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jueves, 30 de noviembre de 2017

VE Y PON UN CENTINELA


Hace unos días se ha publicado en España la segunda novela de Harper Lee y desde entonces "vivo sin vivir en mi..."; lo tengo y...¿debo leerlo?.......That is the question!!!
Puedo destrozar la imagen de Atticus Finch para siempre???
No se que hacer.....para los que vivan en la misma duda, un reportaje sobre la novela, que no se si nos aclarará algo, pero es entretenido¡
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/07/14/actualidad/1436897156_963970.html


Y cediendo a la tentación, he leído esta "segunda parte" de Matar a un ruiseñor..., he aquí mi opinión:
El inconveniente de revisitar los lugares de nuestra niñez y juventud, aquellos lugares en los que fuimos felices, estriba en que casi siempre los encontramos más pequeños, deslucidos, diferentes, peores...., y pensamos que hubiese sido mejor mantener el recuerdo...
Al leer esta novela me he explicado, al fin, porque Harper Lee no escribió o publicó (no lo se muy bien) nada más después de Matar a un ruiseñor y, la verdad, mejor sería que así se hubiera quedado; la razón de haber publicado esta "novelucha" sentenciosa, pobre, llena de prejuicios y de bajísima calidad literaria; se me escapa y también se me escapa la razón que he tenido para leerla, cuando todas mis "alertas" me avisaban de que era una idea pésima. No es que los personajes sean planos, estereotipados y las situaciones artificiosas, no es que Atticus Finch sea racista (que no lo es), no es que Scout sea una parodia de si misma.....es que la novela carece de lo más elemental, argumento; aunque intenta paliarlo con los "argumentos" de otros, de hecho la colección de citas ocupa varias páginas al final de la novela...
Resumiendo, no se me ha caído el mito de Atticus Finch, porque es imposible que este "panfleto" haga, ni siquiera, sombra a Matar a un ruiseñor.
No la recomiendo, en absoluto¡¡

Sinopsis (Ed. HarperCollins)

Tras la obra maestra ganadora del Premio Pulitzer Matar a un ruiseñor, Harper Lee nos sorprende con Ve y pon un centinela, una nueva mirada sobre el clásico.
Maycomb, Alabama. A los veintiséis años Jean Louise Finch, Scout, vuelve a casa desde Nueva York para visitar a su padre, Atticus. Con el trasfondo de la lucha por los derechos civiles y los disturbios políticos que estaban convulsionando el Sur, el regreso de Jean Louise a casa se torna agridulce. El descubrimiento de perturbadoras verdades sobre su familia, la ciudad y las personas que más quiere, unido a los recuerdos de su infancia, va a hacer que se cuestione todos sus valores. Ve y pon un centinela capta a la perfección la dolorosa transición vital de una joven que deja atrás las ilusiones del pasado en un viaje que únicamente puede ser guiado por la propia conciencia.
Escrito a mediados de los años cincuenta, Ve y pon un centinela nos ayuda a entender y apreciar a Harper Lee en toda su intensidad. Una novela inolvidable de sabiduría, humanidad, pasión, humor y espontánea precisión, una obra de arte hondamente emotiva que evoca de una forma maravillosa otra época, que nace siendo un clásico y, como tal, tiene plena vigencia.

Ve y pon un centinela (fragmento)

1
Desde Atlanta, venía mirando por la ventanilla del vagón restaurante con un deleite casi físico. Mientras se tomaba el café del desayuno, vio cómo quedaban atrás las últimas colinas de Georgia y aparecía la tierra rojiza, y con ella las casas con tejados de chapa en medio de patios bien barridos, y en los patios las inevitables matas de verbena rodeadas de neumáticos encalados. Sonrió cuando vio la primera antena de televisión en lo alto de una casa de negros sin pintar. Conforme aparecían más y más, se redobló su alegría.
Jean Louise Finch siempre hacía el viaje por aire, pero para aquella visita anual a casa decidió ir en tren desde Nueva York hasta el Empalme de Maycomb. Por un lado, porque se había llevado un susto de muerte la última vez que viajó en avión, cuando el piloto optó por atravesar un tornado. Por otro, porque llegar a casa en avión significaba que su padre tenía que levantarse a las tres de la mañana, conducir ciento sesenta kilómetros para ir a buscarla a Mobile y trabajar después toda la jornada. Tenía ya setenta y dos años, y no era justo hacerle eso.
Se alegraba de haber decidido ir en tren. Los trenes habían cambiado desde su niñez, y la novedad de la experiencia le divertía: cuando apretaba un botón que había en la pared, se materializaba un genio orondo en forma de revisor; cuando lo pedía, un lavamanos de acero inoxidable salía de otra pared, y había un retrete sobre el que se podían poner los pies.

domingo, 16 de agosto de 2015

MATAR A UN RUISEÑOR


55 años hace que Harper Lee escribió y publicó esta novela sobre el "profundo sur" esta novela que narra el aprendizaje de una niña y "sus hermanos" sobre la vida, los sentimientos, la honradez y la defensa de las convicciones, una novela que retrata al padre que todos quisimos tener (y algunos tuvimos) y una novela, al fin, que ha hecho más por la igualdad de derechos que muchas declaraciones altisonantes. 
Atticus Finch es un héroe, es mi héroe, es nuestro héroe. Pero si la novela cumple 55 años, hay una celebración mucho más redonda 50 ANIVERSARIO de su versión cinematográfica, una versión que nos ha hecho unir el rostro de Atticus Finch al de Gregory Peck, por siempre jamás. Una película inolvidable sobre una novela inolvidable!
Y esta es la peculiar reseña de mi amigo Ricardo Cortat, que tenía pendiente su lectura desde hace tiempo:
UNA RESEÑA "PECULIAR" DE RICARDO CORTAT
18 de Febrero de 2013
"Matar un rossinyol" de Harper Lee.
Ayer iba a hacer la reseña cuando me encontré con el follón de los plagios y ahora que me pongo otra vez, justo debajo mío, hay un concierto para órgano de Handel.
Cuando he caído en la doble coincidencia del título no he podido evitar reírme... y va a ser que el comentario de texto se va a quedar para otro libro.
La mayoría ya conoce a Atticus Finch, bien por el libro, bien por la novela, y si alguien aún no tiene el placer, debería.
Feliz semana.


Y ahora la opinión de nuestra amiga Marie-Loup Raffestin:
RESEÑADA por Marie-Loup Raffestin  para LIBROS, el 23 Octubre de 2013.
Hace un par de días, terminé "Matar a un ruiseñor" de Harper Lee.
La historia se pasa en Maycomb, un pequeño pueblo de Alabama, en los años 30 y captura un momento en la vida de la familia Finch. Atticus, que es viudo, hace lo mejor que puede para educar a sus dos hijos, Jem y Scout, con valores. Su mundo se transforma cuando Atticus está nombrado de oficio para defender a Tom Robinson, un hombre negro acusado de haber violado a un muchacha blanca, y que los niños están expuestos a la injusticia, al racismo y al odio.
Scout, que es la narradora, es una niña turbulenta, avispada e inteligente y es imposible no encariñarse con ella. Y la autora hizo un gran trabajo recreando los juegos infantiles, la relación con el hermano, el difícil descubrimiento de los prejuicios y la maldad. Todo suena muy auténtico, ni demasiado infantil, ni demasiado adulto, y seguro que más de un lector recordará travesuras y penas de su propia niñez. De todos los libros contados desde el punto de vista de un niño, me parece el mejor. Y gracias al personaje de Atticus y sus valores admirables e integras, el libro es también una oda a la justicia y a la tolerancia. Me dio mucha pena terminar el libro. Me hubiera gustado pasar más tiempo con la familia Finch, conocer a Jem y Scout de adultos... No lo suelo hacer pero creo que es un libro que volveré a leer porque lo disfruté muchísimo.
Le pongo un 10 y claro, lo recomiendo.

Probablemente ningún lector avezado necesite fragmentos de Matar a un ruiseñor pero aquell@s que no lo han leído, lean este fragmento y disfruten de la inestimable sensación de leer, aunque sólo sea, unas frases de esta novela por primera vez:

"Atticus Finch no hacía nada que pudiera despertar la admiración de nadie: no cazaba, no jugaba al póker, no pescaba, no bebía, no fumaba... Se sentaba y leía. 
(...)
Cuando nos dio nuestros rifles de aire, Atticus no nos enseño a disparar. Fue el tío Jack quien nos instruyó en sus principios, dijo que Atticus no estaba interesado en armas. Atticus le dijo a Jem un día, 
-Prefiero que disparen a las latas vacías en el patio trasero, pero se que ustedes van tras los pájaros. Dispara a todos los pájaros azules que quieras, si es que les puedes acertar, pero recuerda que es un pecado matar un ruiseñor-. 
Ese fue el único momento que escuché a Atticus decir que era un pecado hacer algo, y le pregunté a la señorita Maudie al respecto. -Tu padre tiene razón-, me dijo ella. Los ruiseñores no hacen otra cosa que crear música para que la disfrutemos. No se comen los jardines de la gente, no hacen nidos en los graneros, no hacen otra cosa que cantar su corazón para nosotros. Es por eso que es un pecado matar a un ruiseñor."