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lunes, 28 de agosto de 2017

A LA COMISARIA NO LE GUSTAN LOS VERSOS


Primera novela de la serie protagonizada por la comisaria Lancier. Viviane Lancier es comisaria de la 3ª División de la Policía Judicial de Paris. Tiene treinta y siete años, está soltera, mide poco mas de un metro sesenta de altura. En los dos últimos años ha engordado 8 kilos, está permanentemente a dieta. Tiene el pelo castaño, corto. Ojos grises. Conduce un Clio. Vive en un piso de dos habitaciones en la calle Simenon. Hace sudokus, disfruta de la música de Bach y le van las series televisivas, de vez en cuando se toma unas cervezas en el bar de la rue Daguerre.

RESEÑADA por Gloria González para LIBROS, el 4 de Junio de 2013.
"A la comisaria no le gustan los versos", de Georges Flipo,ni a mí me ha gustado la comisaria. Bueno, en realidad ella tiene su puntito, por eso llamó mi atención: solitaria, eternamente a dieta (Dukan incluida) pero adicta a las barritas de Mars, le encanta estar exclusivamente rodeada de hombres en el trabajo y tiene en este caso un ayudante al que no sabe si abofetear o llevárselo a la cama. Ha resultado un personaje extraño que me ha dejado algo boquiabierta, sobre todo al final, cuando hace lo que hace.
He leído la obra del tirón y no sé por qué.

Esta es la opinión de LIBROS sobre esta novela:

Hace 4 años, más o menos, mi querida Gloria González compartió una NO-recomendación de esta novela y...., lamento mucho no haberle hecho caso.
La comisaría Viviene Lancier de la 3° DPJ, es un "coñazo". Misógina, acomplejada, viejuna, pesada, caótica......no sé qué más decir de ella, ¿quizás antipática?.
El caso que la ocupa se embrolla y embrolla hasta resultar aburrido, lo peor es que su resolución se lleva a cabo por casualidad y no una casualidad sino múltiples casualidades encadenadas, lo cual resulta frustrante y absurdo en una novela policiaca.
Totalmente prescindible!

Sinopsis (Ed. El Aleph)
Un libro aclamado por la crítica francesa y seleccionado para varios premios literarios en el año 2011

 «-Quiero decir ¿usted iría a por la bolsa de un vagabundo, justo en medio de un puente? ¿Antes que a por el bolso de una burguesa rica que sale de Chanel, o antes que a por la cartera de un turista en la terraza de Les Deux Magots?»
A la comisaria Viviane Lancier no le interesa para nada la poesía, pero se obligada a apasionarse por Baudelaire: un soneto tórrido presuntamente escrito por el poeta será el causante de que un asesino múltiple envíe a la morgue a todos los que se interesen por él. Con la ayuda de su ingenuo teniente, Monot, se sumerge en una investigación donde los muertos parecen burlarse de los supervivientes e incluso de sus fantasmas. 

Viviane Lancier no tiene tiempo para lamentarse de sus quilos de más, ni de su vida amorosa inexistente, y celebra cada viernes que le toca quedarse de guardia. Una noche, la misteriosa muerte de un vagabundo pondrá a prueba a ella y a su equipo, todo hombres, y especialmente al joven atractivo y trabajador, Agustin  Monot, que será el único que conocerá a fondo los versos de Baudelaire, la única pista que el equipo podrá seguir para descubrir qué ha pasado.

A la comisaria no le gustan los versos (fragmento)

Lunes 21 de Enero
COMISARIA VIVIANE LANCIER
3ª DIVISIÓN DE LA POLICÍA JUDICIAL, PARIS

"Cuando la puerta del despacho estaba cerrada, el pequeño panel era visible desde lejos, en todo el open space. Se suponía que afirmaba un territorio y una función jerárquica, pero para los hombres de Viviane era al contrario: cuando la puerta estaba cerrada, sabían que aquello ya no era un despacho, era su saloncito. Ella era entonces un poco menos jefe, un poco más mujer.
Esto no sucedía más que en momentos breves, durante el día. A la hora del almuerzo, por ejemplo, una hora que raramente duraba más de veinte minutos. Aquel lunes le habían bastado quince y eso era mucho, teniendo en cuenta el menú.
Viviane Lancier, comisaria de la 3ª DPJ,  echó al fondo de la papelera el envoltorio de su bandeja de pollo con pepino en salsa de yogur y lo ocultó bajo un periódico: la comida de una mujer no era asunto de sus hombres y sus objetivos íntimos, todavía menos. Guardó en el cajón el Beauté Express - tras las fiestas, diez dietas que funcionan - . Esta comida baja en calorías no le bastaba, seguía teniendo hambre; afortunadamente, todavía le quedaba el joven Monot para hincarle el diente. Descolgó el teléfono."