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jueves, 21 de diciembre de 2017

EL SÉPTIMO NIÑO


Más de 700 páginas narran la historia del orfanato Kungsland y, quizás, deberían ser unas cuantas menos....
La novela es entretenida, aunque un tanto repetitiva y narra la historia de las adopciones realizadas en Dinamarca durante los años 60, una trama de mentiras y engaños políticos que marcan a toda una generación danesa.
Sería una buenísima novela si el autor dejase algo a la imaginación del lector, pero sus exhaustivas descripciones resultan un tanto aburridas, desvelando tanto que a mitad de obra, el misterio está prácticamente resuelto.
Larga¡

Sinopsis (Ed. Maeva)Un orfanato, siete niños, una verdad silenciada
El séptimo niño es uno de los thrillers daneses más potentes de los últimos años. Una trama arrolladora con tintes periodísticos que se basa en un suceso real: los orfanatos donde eran abandonados los niños no deseados de la clase alta danesa.

El orfanato de Kongslund, en el norte de Copenhague, parece ser el hogar infantil perfecto, una institución histórica hecha con las mejores intenciones y situada junto al mar... pero en septiembre de 2011, muy cerca de ahí, aparece el cadáver de una mujer sin identificar: el cuerpo está boca abajo y rodeado de una serie de objetos extraños, entre ellos una fotografía del orfanato. Las pocas pistas sobre el asesinato hacen que el caso quede en la sombra. En 2008, seis personas que vivieron en la llamada Sala de los Elefantes de ese orfanato a principios de los años sesenta reciben el mismo anónimo en el que se alude a un gran secreto relacionado con las altas esferas del país. ¿Qué es lo que se oculta en el pasado de Kongslund? ¿Son ciertos los rumores de que esa institución se utilizó para ocultar los embarazos de la clase alta en una Dinamarca que prohibía el aborto? El periodista Knud Tåsing, una de las seis personas que ha recibido el anónimo, será el encargado de investigar para desvelar el verdadero origen de los «huérfanos» de Kongslund, quién ha enviado esos anónimos y descubrir al asesino de la mujer que apareció muerta en la playa.

El séptimo niño (fragmento)

Prólogo

LA MUJER DE LA PLAYA
Septiembre de 2001
Encontraron a la mujer en la arena, a mitad de camino entre el hotel Skodsborg y el parque de Bellevue, temprano, la mañana del 11 de septiembre de 2001.
Faltaban unas horas para que el mundo se transformase de modo decisivo, cosa que casi todos los habitantes del globo, de muchos países diferentes, vivieron. Aquella extraordinaria coincidencia tuvo una importancia determinante para el desarrollo posterior del extraño caso, y solo puede entenderse como si al Destino le pareciera una broma situar en el mismo día dos sucesos tan inusuales.
El más insignificante de los hechos –el danés– pasó al olvido más o menos enseguida, pese a que durante las primeras horas la Policía lo consideró con la mayor seriedad, y en los primeros informes se describió con todo detalle.
Dieron la alarma a las 6.32. La fallecida yacía casi junto a la orilla, con el rostro apretado contra la arena gris sucia, como si hubiera tratado de devorar la playa favorita de los habitantes de Copenhague de un único mordisco voraz. Tenía los brazos doblados hacia atrás y las manos abiertas, y en sus palmas se veían pequeños dibujos de arena, lo que por un momento hizo pensar a los investigadores del homicidio en un asesinato ritual por algún motivo perverso. Pero también podría deberse, como sostuvo alguien, a que el viento del este hubiera levantado un torbellino y la hubiera depositado sobre el cadáver antes de que el sol saliera por el estrecho de Øresund.
Fue alguien de los elegantes palacetes del cercano barrio de Tårbæk, que había sacado el perro a pasear, quien dio la voz de alarma, espantado. Para los investigadores de la Policía no cabía la menor duda de que la mujer de la playa había muerto en el mismo segundo en que cayó hacia delante. Tenía en la frente un cráter con forma de cono, y el agujero continuaba un buen trecho en el cráneo, y después en el cerebro. Desde allí, la sangre había resbalado por su cabello, mojando la arena junto a ambas sienes.