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martes, 19 de diciembre de 2017

HURRA


Hay momentos en que una antes de leer según que libros debería dedicarse a hacer punto o cualquier otra cosa productiva.....
Una "novela", por llamarle de alguna forma, caótica, grosera en el fondo y la forma, centrada en vomitonas y otras situaciones escatológicas continuas, personajes repelentes, trama desagradable y final acorde con todo lo demás.
El autor tiene 23 años y flaco favor le hacen los que le consideran un innovador, cuando lo que hace es escribir un diario cutre del caos y la marginación sin talento, ni fundamento....!

Sinopsis (Ed. Blackie Books)
Desde que Ellen se fue la familia de Dan, que ya de por sí era disfuncional, terminó de romperse. Ellen se suicidó y ellos se dieron cuenta de sus carencias como familia, pero no tanto, de sus excesos. A sus dieciocho años Ellen se suicidó y no llevaba la ropa interior conjuntada. Dan y Adam, los hermanos de Ellen, están obsesionados con ella: con sus libros, de ella, con sus DVD, de ella, con su muerte, de ella. Adam además está obsesionado con Amélie. Mamá echó a papá de casa y ahora sale todas las noches, ella. Él vive en una tienda de campaña en el jardín y espera la llegada de una fiera salvaje que merodea por el vecindario. Adam y Dan piensan que deberían haber muerto ellos en lugar de Ellen. Y Dan está enamorado. Y Saskia es perfecta….
Hurra por la única chica que te entiende. Hurra por Ben Brooks, que brinda la historia del duelo por una hermana en una familia que es la versión desesperada e hilarante de las de Salinger. Hurra, tres hurras, por «Hurra», su novela más emocionante, tierna y desesperada.
«Nadie entiende mejor el mundo de hoy que Ben Brooks.» THE GUARDIAN

Hurra (fragmento)

Hurra por la hermana que salta desde un aparcamiento de varias plantas y lleva ropa interior sin combinar. Hurra por imaginar un entierro al que van Harry Potter, las últimas vaquitas marinas y los dos Murakamis. Hurra por dormir hasta tarde, las cervezas para desayunar y los universos paralelos donde todo es un poco mejor. Hurra por los tatuajes importantes hechos con tinta de boli y aguja de coser. Hurra por el padre que vive en una tienda de campaña y por la madre que siempre dice «yo también tengo derecho a salir». Hurra por la huida a París, Berlín y Barcelona.