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lunes, 8 de enero de 2018

UN MAL SECRETO


Una semana en la vida de un ama de casa insatisfecha y traumatizada, eso es lo que nos narra Un mal secreto.
Una semana larguiiiiísima en la que su pareja se encuentra de gira con una obra teatral.
Una semana en la que Mary Rose McKinnan, hija de militar escocés y ama de casa libanesa, nos ofrece su panoplia de traumas físicos y psíquicos, quejas e incapacidades, frustraciones y éxitos, relaciones pasadas y presentes......
En fin "la vida entera en una semana" como dice la publicidad de la novela, yo diría las "obsesiones de una mujer rica e insatisfecha" que no sabe disfrutar de su posición económica, dos hijos sanos, una pareja que la quiere y una situación de "paro laboral temporal" elegido por ella misma para cuidar a sus hijos, cosa que hace de forma bastante obsesiva y muy deficiente.
En mi opinión relata a la perfección una de las enfermedades más graves de nuestra civilización occidental, la insatisfacción permanente hija de la sociedad enferma en la que nos hemos apalancado y que ataca con especial virulencia a las mujeres en la mediana edad.
Me ha gustado, aunque resulta un poco larga y repetitiva, porque en algunos pasajes (muy a mi pesar) me he sentido aludida y eso se debe, únicamente a la magnífica prosa de la autora que imprime un ritmo narrativo constante a una historia en la que "no pasa nada".
Recomendable, eso sí quédense con el titulo original Adult Onset y no se les ocurra buscar el secreto que se ha inventado el que tituló la novela en castellano, y que sin duda lo hizo sin leerla.

Sinopsis (Ed. Lumen)
Una novela intimista y profunda sobre la familia, la memoria, el amor, la necesidad del perdón y los nuevos modelos familiares.
Hay semanas que resumen una vida entera y nos cuentan de nosotros más de lo que querríamos saber. Un mal secreto arranca un lunes cualquiera, mientras Mary Rose MacKinnon está sentada en la mesa del desayuno de su casa, y acabará en domingo, pero en estos siete días el caos del día a día y los recuerdos de infancia se irán trenzando para dar la imagen de un mundo donde caben la comedia y el drama.
Bien mirado, Mary Rose algo de responsabilidad tiene en todo eso; es ella quien ha decidido dejar de lado su carrera para dedicarse a sus hijos, Maggie y Matthew, dos criaturas que tendrá que cuidar sola mientras su compañera Hilary está de viaje por trabajo. En general, todo parece dispuesto para lo mejor, pero hay detalles que duelen: ¿nadie se ha fijado en la abolladura de la nevera?, ¿cómo es posible que Maggie aparezca de repente con unas tijeras en la mano?, ¿dónde está el maldito mando del coche...?
La voz cansada y lejana de Hilary que llama por la noche no basta para recobrar el equilibrio y la presencia de sus padres, que invaden la casa con tiernas extravagancias, devuelven a Mary Rose a un momento del pasado, a una oscura enfermedad y un mal secreto que la familia decidió borrar de su historia.
Lunes, martes, miércoles... la vida transcurre y la espléndida prosa de Anne-Marie MacDonald cose los retales del presente y del pasado perdido con el talento de una maestra.
«Mirar la vida como si estuviera cortada a cachos es muy difícil, pero tiene una ventaja: no te hace falta saber cuánto pesa la mochila que llevas cargando en la espalda.»Ann-Marie Macdonald

Un mal secreto (fragmento)

Lunes

Sueños de un ama de casa cotidiana
En medio de nuestra vida mortal, Mary Rose MacKinnon está sentada junto a la alegre mesa de la cocina repasando el correo electrónico. Es lunes. Su hija de dos años se entretiene intentando empotrar un cochecito de muñecas contra el zócalo de la pared, así que tiene unos cuantos minutos libres.
«Tienes 99 solicitudes de amistad pendientes en Facebook.» Lo borra, se encoge de hombros al ver otra invitación para participar en un festival literario, repasa a toda prisa las noticias del colegio de su hijo de cinco años y se apunta como acompañante de la clase del niño para la visita al museo de los reptiles. Se salta con sentimiento de culpa todos los mensajes sin responder y los enlaces curiosos que le han enviado sus amigos (entre ellos, uno de su hermano en el que aparece una mujer gorda cuyo torso desnudo se parece a la cara de Homer Simpson), y está a punto de apagar el portátil cuando el ordenador pita a dúo con el horno y un correo electrónico que acaba de entrar llama su atención. Está destacado en un estridente color amarillo fosforito y contiene la siguiente advertencia: «Mail cree que este mensaje es correo no deseado». Lo observa con cautela. Teme que sea un virus u otro anuncio de Viagra. Es de un bromista (como diría su padre) que tiene la dirección damadelinfierno@sympatico.ca y el siguiente asunto:
Algunas cosas pejoran de verdad…
¿Será un boletín informativo de un curso estrambótico que le envía algún ama de casa loca? Muerde el anzuelo y clica en el mensaje.