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martes, 23 de enero de 2018

EL FERROCARRIL SUBTERRÁNEO


Termino El ferrocarril subterráneo y, partiendo de la base de que el tema que trata no está entre mis favoritos (más que nada por "trillado" en cine y literatura), me ha gustado, con moderación.
Esta recreación de la Red de fuga de esclavos en EEUU, tiene una parte fabulatoria y una parte más realista. Se trata de la historia de una fuga, una persecución y una situación brutal que, no por conocida, deja de ser impactante.
Escrita con corrección y con personajes que podrían estar mejor construidos, se deja leer pero no emociona, eso sí, desespera.
La recomiendo con reservas.

Sinopsis (Ed. Literatura Random House)
Galardonada con el Premio Pulitzer 2017 y con el National Book Award, El ferrocarril subterráneo ha sido el acontecimiento literario del año en Estados Unidos.
Colson Whitehead es uno de los pocos escritores que ha conseguido ambos premios por el mismo libro. Con El ferrocarril subterráneo entra a formar parte del grupo de grandes nombres como Faulkner, Proulx, Updike y A. Walker.
Una renovada visión de la esclavitud donde se mezclan leyenda y realidad y que oculta una historia universal: la de la lucha por escapar al propio destino
Cora es una joven esclava de una plantación de algodón en Georgia. Abandonada por su madre, vive sometida a la crueldad de sus amos. Cuando César, un joven de Virginia, le habla del ferrocarril subterráneo, ambos deciden iniciar una arriesgada huida hacia el Norte para conseguir la libertad.
El ferrocarril subterráneo convierte en realidad una fábula de la época e imagina una verdadera red de estaciones clandestinas unidas por raíles subterráneos que cruzan el país. En su huida, Cora recorrerá los diferentes estados, y en cada parada se encontrará un mundo completamente diferente, mientras acumula decepciones en el transcurso de una bajada a los infiernos de la condición humana... Aun así, también habrá destellos de humanidad que le harán mantener la esperanza.
Whitehead nos brinda una historia universal, onírica y a la vez brutalmente realista, sobre la libertad y las ilusiones truncadas, que nos habla de la fuerza sobrehumana que emerge ante la determinación de cambiar el propio destino.
El ferrocarril subterráneo ha sido
ganador del
Premio Pulitzer 2017,
National Book Award 2016,
Indies Choice Book Award 2017,
galardonado con la Andrew Carnegie Medal of Excellence,
destacada por Barack Obamay Ophra Winfrey,
número 1 de la lista de best seller de The New YorkTimes durante más de 36 semanas,
seleccionado
libro del año 2016 por Amazon y Apple,
una de las mejores novelas de 2016 según The New York Times Book Review y Publishers Weekly.
La adaptación televisiva de la novela correrá a cargo de Barry Jenkins, director de Moonlight, ganadora del Oscar a la mejor película en 2017.

El ferrocarril subterráneo (fragmento)

La primera vez que Caesar le propuso a Cora huir al norte, ella se negó.
Fue su abuela la que habló. La abuela de Cora no había visto el océano hasta aquella tarde luminosa en el puerto de Ouidah y el agua la deslumbró después del encierro en las mazmorras del fuerte. Los almacenaban en las mazmorras hasta que llegaban los barcos. Asaltantes dahomeyanos raptaron primero a los hombres y luego, con la siguiente luna, regresaron a la aldea de la abuela a por las mujeres y los niños y los condujeron encadenados por parejas hasta el mar. Al mirar el vano negro de la puerta, Ajarry pensó que allá abajo, en la oscuridad, se reuniría con su padre. Los supervivientes de la aldea le contaron que, cuando su padre no había podido aguantar el ritmo de la larga marcha, los negreros le habían reventado la cabeza y habían abandonado el cadáver junto al camino. La madre de Ajarry había muerto años atrás.
A la abuela de Cora la vendieron varias veces en ruta hacia el puerto, los negreros la cambiaron por conchas de cauri y cuentas de vidrio. Costaba decir cuánto habían pagado por ella en Ouidah porque fue una compra al por mayor, ochenta y ocho almas por sesenta cajones de ron y pólvora, a un precio que se fijó tras el regateo de rigor en inglés costeño. Los hombres sanos y las embarazadas valían más que los menores, lo que dificultaba los cálculos individuales.
El Nanny había zarpado de Liverpool y había hecho dos escalas previas en la Costa de Oro. El capitán alternaba las adquisiciones para no acabar con un cargamento de un único temperamento y cultura. A saber qué tipo de motín podrían tramar los cautivos de compartir un idioma común. Ouidah era la última parada antes de cruzar el Atlántico. Dos marineros de pelo amarillo acercaron a Ajarry al barco en bote, tarareando. Tenían la piel blanca como los huesos.
El aire tóxico de la bodega, la penumbra del confinamiento y los gritos de los demás encadenados la enloquecieron. Dada su tierna edad, sus captores no satisficieron inmediatamente sus impulsos con ella, pero al final, a las seis semanas de travesía, algunos de los oficiales más veteranos terminaron sacándola a rastras de la bodega. Ajarry intentó suicidarse dos veces durante el viaje a América, una privándose de comer y la otra ahogándose. Los marineros, versados en las maquinaciones e inclinaciones de sus esclavos, frustraron ambos intentos. Ajarry ni siquiera alcanzó la borda cuando trató de saltar al mar. Su pose bobalicona y su aspecto lastimero, vistos en miles de esclavos antes que ella, delataron sus intenciones. La encadenaron de los pies a la cabeza, de la cabeza a los pies, multiplicando así el tormento.