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sábado, 26 de agosto de 2017

LAS CRÓNICAS DEL SOCHANTRE


Recomendado por Dani Tavares el 1 de Noviembre de 2013.
Pues mi recomendación para el día de difuntos es la siguiente (digo yo que algun@ lo pillara...)

Yo recomendaría su lectura en gallego As Crónicas do Sochantre (Ed. Galaxia)

Sinopsis (Ed. Galaxia)
Unha historia contada a través dun fidalgo Bretón que se desenvolve durante a Revolución francesa, época que Cunqueiro escolle para sorprendernos cos seus coñecementos históricos e co seu dominio dos distintos rexistros literarios.
Son as crónicas dos espectros as que chegan ao lector na voz do Sochantre Pontivy. Nos tempos da Revolución Francesa, o sochantre viaxa polos camiños da Bretaña acompañado por unha comitiva de mortos contadores de historias. En palabras de Carballo Calero, "asombra a coherencia xeográfica e histórica" do libro, no que se bota de ver o fondo coñecemento que Cunqueiro posuía do país da Bretaña coma dos costumes franceses da época da Revolución.
Historias de misterio e crime, que o autor escribiu cun gran talento creador, acaban por seducir a todo tipo de lectores. As crónicas do Sochantre, publicadas no ano 1956, son hoxe un clásico da literatura galega
Las crónicas del Sochantre (fragmento)

"Aterido se sentía el señor sochantre de Pontivy al levantarse tan temprano, y más todavía en un tiempo como aquel, vestido de cierzos de la Mancha, lluvias frías atlánticas y calladas y heladas nieblas del río Blavet, que impedían que el sol bri...llase en el mundo. Sin salir de la cama, muy surtida de mantas, calzaba las medias de lana de Vitré, bien teñidas de morado con palo de Sicilia; se ataba al cuello el babero planchado de almidón, arrojaba el gorro de dormir, se acomodaba el solideo, y aclarándose con el rapé matutito, saltaba del lecho estruendosamente, pateando el suelo, gritando en latín, estornudando, llamando a madame Clementina mientras se apretaba las cintas del calzón del delantal y abrochaba el chaleco de botonadura roja, y por si madame no le había oído, se ponía a repicar la campanilla como acólito de Pascua. Y entraba madame Clementina con sus rizadoras de boj puestas, palmeando como en el teatro porque el señor sochantre se había levantado temprano y tan valiente en aquella cruda mañana, y se arrodillaba para abrochar en la canilla los seis botoncitos de plata del calzón del sochantre, y mientras lo hacía, el sochantre apretaba las rizadoras de boj en la cabeza de madame Clementina, pues siempre se le antojaba que estaban algo flojas. Todas las mañanas se repetía esta fiesta."