lunes, 22 de enero de 2018

EL BOSQUE


Nunca me defrauda Edward Rutherfurd, con su diseño clásico de contar la Historia a través de las historias de varias familias, me conquista siempre.
En esta ocasión nos relata la vida y los cambios en New Forest, zona boscosa en la costa sur de Inglaterra, coto de caza real durante siglos. Nueve siglos de historia y seis familias para vivirla y contarla, más de 1000 páginas que se hacen amenas si te gusta la Historia novelada.
Es verdad que si se ha leído previamente Sarum, del mismo autor, algunos pasajes se hacen repetitivos, per igualmente he disfrutado!
Sinopsis (Ed. Roca)
Descubre la historia paralela a Sarum a través de seis familias que viven durante novecientos años en el New Forest, la comunidad rural más grande del sur de Inglaterra, con sus dramas y sus pasiones, sus intrigas y sus destinos.
Hay pocos lugares en Inglaterra tan evocadores y misteriosos como New Forest, una vasta zona boscosa situada junto a la costa del sur de Inglaterra.
A lo largo de los siglos, este bosque ha sido el escenario de las actividades más diversas: sus tierras acogieron la brujería y el contrabando, pero también sirvieron como coto de caza a los reyes sajones y normandos, y sus robles se emplearon para la construcción de la armada de Nelson.
Personajes de todo tipo y extracción social se asentaron en estos parajes, vidas que se entretejieron llevadas por enemistades, lealtades, guerras, pasiones e incluso crímenes que socavaron los cimientos de la sociedad en que se perpetraron.

El Bosque (fragmento)

La piedra de Guillermo II el RufoAbril del 2000 La avioneta sobrevolaba Sarum. Más abajo, la airosa catedral con su elevado campanario reposaba sobre el inmenso césped como una gigantesca maqueta. Más allá del recinto de la catedral, la ciudad medieval de Salisbury relucía bajo el sol. Aquella mañana había caído el típico chubasco abrileño, pero en estos momentos el cielo estaba despejado y mostraba un color azul pálido. Un día ideal, pensó Dottie Pride, para realizar un vuelo de reconocimiento. Por enésima vez, dio gracias por trabajar en televisión.
Se diga lo que se quiera sobre su jefe —algunos afirmaban que John Grockleton era algo rudo—, tenía una gran habilidad para ciertas cosas como alquilar avionetas. «Sólo pretende granjearse tu simpatía», había comentado en cierta ocasión un cámara. Eso a Dottie le tenía sin cuidado. Lo importante era que en este preciso instante se hallaba a bordo del Cessna y que hacía una mañana espléndida.
Desde Sarum, el hermoso valle del Avon se extendía hacia el sur a través de frondosos y verdes prados a lo largo de treinta kilómetros, hasta alcanzar las resguardadas aguas del pequeño puerto de Christchurch.

No hay comentarios:

Publicar un comentario