sábado, 11 de noviembre de 2017

HISTORIAS DE HADAS PARA ADULTOS


RESEÑADO por losrelatosdepatri para LIBROS,  el 8 de Enero de 2014.
Terminado "Historias de hadas para adultos" de Daína Chaviano.
Un libro compuesto por tres relatos largos o novelas cortas: "La granja", "La dama del ciervo" y "Un hada en el umbral de la Tierra".
Se trata de historias que mezclan fantasía y ciencia ficción e incluso en algún caso el terror. Me ha gustado y sorprendido mucho, no conocía a esta escritora y me ha encantado su estilo.
Repetiré con esta autora.

Sinopsis (Ed. Minotauro)
Tres relatos donde la ciencia ficción se aúna con elementos mágicos y de terror, atrapando al lector hasta el final. Tres historias narradas con sensibilidad, que sirven de marco para profundas reflexiones filosóficas y sociales.

En "La Granja", Gilberto llega a una extraña finca cuyos habitantes no dejan de sorprenderle por su curioso comportamiento. Allí descubrirá que las puertas que llevan a mundos fantásticos pueden esconderse tras la apariencia de simples graneros. Esta historia recupera y transforma el legado de las leyendas artúricas.
En "La Dama del Ciervo", Vrena y Adante son los protagonistas de una historia de amor prohibido que se verán atrapados en la eterna lucha entre el Bien y el Mal. Una guerra que está profetizada como el castigo por medio del cual los habitantes de su planeta han de expiar el pecado que cometieron al ir demasiado lejos en sus experimentos genéticos. Una historia cargada de referencias bíblicas y de la mitología clásica.
Finalmente "Un hada en el umbral de la Tierra" es un relato en el que se mezclan hábilmente elementos habituales de la ciencia ficción y del terror. En él, una madre y su hijo que permanecen atrapados en un planeta cercano a la Tierra descubrirán que las hadas no existen únicamente en los cuentos infantiles, aunque jamás se hubieran atrevido a imaginarlas así.

Historias de Hadas para adultos (fragmento)

Un hada en el umbral de la Tierra
Es el invierno helado, la estación fría de Garnys.
A lo lejos, las Montañas Plateadas irisan la llanura con sus reflejos. La lluvia polar cae suavemente, matizándolo todo con resplandores azules.
Es la tarde indefensa, desnuda bajo el cielo aterido.
En el interior del domo terrestre, Niza aumenta la temperatura de la calefacción y termina de recoger la vajilla sucia. Los platos y cubiertos son lanzados al destructor automático.
—Mamá, ¿puedo ir al estanque?
Ella se detiene ante el espejo y comienza a repasar ciertos detalles de su rostro.
—Ahora no, Tomy —dice con voz ausente—. Está nevando.

SOLOS



RESEÑADO por Dani Tavares para LIBROS,  el 2 de Enero de 2014.
No recuerdo donde me fijé por primera vez en este libro, pudiera ser en algún blog de esos que exploro o alguien lo recomendó en esta página o quizás me lo bajé sin pensar porque el argumento parece interesante y me apetecía un poco de adrenalina y caña para compensar la excesiva ingesta de alimentos en estas fiestas... o sea, que corran los otros y... que se jueguen la vida que yo me tumbo en el sofá y lo disfruto leyendo...
Os pongo en situación: una enorme plataforma petrolífera en el Océano Ártico, un equipo de unas pocas personas y una evacuación en breve por el posible cierre de la plataforma, pero el barco que los tiene que recoger no aparece y las noticias en los diferentes canales de televisión comienzan a emitir imágenes de un apocalipsis zombi a nivel mundial, las cosas se ponen feas, por suerte allí están a salvo, o no?...
En fin, un guión absolutamente cinematográfico, malos muy malos, buenos buenísimos, suspense, acción, emoción, zombis, supervivencia, mucho frio y capítulos que te cortan la respiración.
Creo que no es el primer libro que intento leer de zombis, lo intenté con Guerra mundial Z y no pasé de los primeros capítulos, también lo intenté con otro autor cuyo nombre mi cabeza no retuvo, el genero no me atrae porque lo encuentro repetitivo pero con este libro he disfrutado, imaginaos ir al cine un domingo y ver un coctel de La cosa, Deep rising, Alien y Walking dead. pues eso, como dice el amigo Ricardo: palomitas, pero a mi me han parecido tan buenas como las que haces en casa un domingo por la tarde.

Sinopsis (Ed. Plaza y Janés)
Una plataforma petrolera medio abandonada y en ruinas, atracada en un remoto lugar del océano Ártico, está a punto de ser cerrada. Una tripulación reducida aguarda la nave que los llevará a casa.
Pero el mundo más allá de este gélido páramo ya no es el que recuerdan. Un siniestro virus se propaga por el planeta a toda velocidad. En cuestión de días, se ven asoladas ciudades enteras. Los contagiados, irreconocibles, se convierten en una horda rabiosa y casi indestructible.
Uno por uno los canales de televisión y radio que unen la tripulación a lo que queda de la civilización humana dejan de retransmitir.
El silencio invade las ondas. La incomunicación es total. Y el largo invierno en el Ártico solo acaba de empezar.
Atrapados en los confines de la tierra, quince hombres y mujeres se enfrentan al panorama desolador del hambre y la hipotermia, inconscientes aún de que la plaga apocalíptica que ha devastado al resto del planeta viene directo hacia ellos.



Solos (fragmento)


RampartEl mar de Barents es tan frío que si se quedara en calma un solo día, si los vientos del Ártico y las corrientes oceánicas dejaran de agitarlo, se solidificaría. Se podría andar por su superficie, se podría dirigir un reflector abajo e iluminar el paisaje de ensueño, sellado con hielo, del fondo del océano. Arrecifes y desfiladeros, restos de naufragios encenagados, organismos ciegos que viven y mueren en perpetua oscuridad.
La refinería Con Amalgam de Kasker Rampart está anclada a un kilómetro de la aglomeración de islas de la Tierra de Francisco José. Una plantilla reducida de quince personas recorre corredores y bloques de alojamiento que habían sido el hogar de mil hombres. Diariamente llevan a cabo monótonos chequeos del sistema, luego pillan un ciego, miran la tele o contemplan el desfallecido y deprimente sol a través de la portilla. Se retrotraen en sus recuerdos, navegan por un paisaje de nostalgia y desazón, matan el tiempo hasta el día que Con Amalgam pone otra vez la plataforma en marcha y el oleoducto del fondo del mar vuelve a bombear.

MUERTE EN EL CLUB DE LECTURA


Octava entrega de la serie de novelas protagonizadas por Aurora "Roe" Teagarden es bibliotecaria en Lawrenceton, una ciudad dormitorio de 15.000 habitantes cerca de Atlanta, Georgia.

La Navidad es el momento propicio para las "aventuras" ingenuamente teñidas de sangre de la maravillosa bibliotecaria Aurora Teagarden. Vive en EEUU en una pequeña población cerca de Atlanta (Georgia) pero para el caso podría vivir en el rural inglés y no notaríamos la diferencia. Nunca pasará, esta serie escrita por Charlaine Harris, a los anales de la literatura de misterio pero l@s aficionad@s disfrutarán de los misterios que Roe Teagarden resuelve sin perder la elegancia y la frescura. Costumbrismo puro y duro lejos de la campiña inglesa pero con un sabor, indudablemente, británico.

Sinopsis (Ed. Suma de Letras)
Poppy, la cuñada de Roe, ha aparecido ensangrentada y muerta en la puerta trasera de su casa. Es cierto que Poppy tenía sus defectos, y que ella y su marido estaban teniendo serios problemas para mantenerse fieles el uno al otro, pero desde luego no se merecía ser brutalmente asesinada.
La investigación de un caso como este nunca es fácil dada la atmósfera chismosa de cualquier pueblo pequeño. Y menos teniendo en cuenta los romances extramatrimoniales de la asesinada y la necesidad de proteger a su familia. Además, «Roe» también está viviendo una incipiente relación romántica y la aparición repentina de su medio hermano adolescente.
Demasiadas cosas para una sola persona... incluso para una mujer tan equilibrada como Roe.

Muerte en el Club de Lectura (fragmento)

Prólogo

Apenas presté atención a mi última conversación con la mujer de mi hermanastro, mi «cuñadastra» Poppy Queensland. Poppy me caía bien —más o menos— pero en ese momento, cuando me llamó, lo que me invadió fue sobre todo irritación. Solo tenía cinco años más que ella, pero conseguía hacerme sentir como una abuela victoriana. Cuando me comentó que se disponía a jorobar nuestros planes, me sentí muy... ofendida. ¿A que parezco una gruñona?
Escucha —dijo Poppy. Como era habitual en ella, mostraba un tono imperativo y exaltado. Poppy siempre hacía que su vida sonara más importante y emocionante que la de los demás (por ejemplo, que la mía)—. Me voy a retrasar así que id yendo vosotras dos. Ya nos encontramos allí. Guardadme un sitio. Más tarde caí en que había esperado a llamarme a las diez y media porque sabía que yo ya estaría casi lista para dejar mi casa con el propósito de ir a buscarla a ella primero y a Melinda a continuación. Poppy y Melinda eran las mujeres de mis dos hermanastros. Dado que yo había adquirido esta nueva familia bien entrada mi edad adulta, no contábamos con una historia compartida y nos estaba llevando cierto tiempo sentirnos cómodos los unos con los otros.
Normalmente yo me refería a Poppy y Melinda como mis cuñadas para evitar así una explicación más compleja. En nuestro pequeño pueblo de Georgia, Lawrenceton, las explicaciones no solían ser necesarias. De forma gradual, Lawrenceton estaba siendo engullido por el extrarradio de Atlanta, pero por lo general aún conocíamos las historias familiares de los demás.
Con el teléfono inalámbrico en la oreja, me miré en el espejo del baño para ver si el colorete rosa de mis mejillas estaba igualado. La verdad es que mi mente estaba muy ocupada pensando en lo inexplicable y exasperante que resultaba ese cambio de planes.
—¿Va todo bien? —pregunté, pues quizá el pequeño Chase se había puesto enfermo o el calentador de agua de la casa había explotado. Sin duda, tenía que suceder algo grave para que Poppy decidiera no asistir a la reunión de las Mujeres Engreídas. Esa mañana, supuestamente, iba a ser admitida en el club. Era un acontecimiento muy importante en la vida de una ciudadana de Lawrenceton. Poppy, si bien no había nacido en el pueblo, había vivido en Lawrenceton desde que tenía diez años y era innegable que entendía el honor que suponía ser un nuevo miembro.
Ni siquiera mi madre había sido propuesta para formar parte de las Mujeres Engreídas, y eso que mi abuela había pertenecido al club. Se consideraba que mi madre siempre había estado demasiado centrada en su negocio (al menos así era como ella lo explicaba). Yo tenía que poner gran empeño por no mostrarme orgullosa delante de mi madre. No era muy habitual que yo hiciera algo que obligara a mi exitosa y autoritaria madre a mirarme con admiración.



LOS ÚLTIMOS DÍAS DE NUESTROS PADRES


Dice Joël Dicker "No me consideraré escritor hasta dentro de 20 años..." , y dice bien porque mientras no encuentre un estilo propio debería "no considerarse" escritor.
Reseñé, en su momento, La verdad sobre el caso Harry Quebert, y ya recordareis que supuso una decepción tras la publicidad salvaje que habíamos soportado sobre el libro, en él, el autor realiza una mezcla literaria entre Philip Roth ...y la negra-nórdica que no llega a buen puerto, precisamente.
En Los últimos días de nuestros padres (¿....?) cambia radicalmente de estilo y viene a escribir como John LeCarré trufado con Hazañas Bélicas..., entretenido si, es entretenido,  aunque le sobran algunas páginas y nada más¡¡¡
Una opción para Navidad si no tienes otra cosa a mano....¡

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
La primera novela del «fenómeno planetario» Joël Dicker, ganadora del Premio de Escritores Ginebrinos.
Una combinación perfecta entre trama bélica de espionaje, amor, amistad y una reflexión profunda acerca del ser humano y sus debilidades, a través de las vicisitudes del grupo F del SOE (Special Operation Executive), una unidad de los servicios secretos británicos encargada de entrenar a jóvenes europeos para la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial.
Personajes inolvidables, una documentación exhaustiva acerca de un episodio poco conocido de la Segunda Guerra y el incipiente talento de un jovencísimo Dicker, quien luego se consagrará con el fenómeno literario mundial La verdad sobre el caso Harry Quebert.

Los últimos días de nuestros padres (fragmento)

Primera parte

1.

Que todos los padres del mundo, a punto de abandonarnos, sepan el gran peligro que corremos sin ellos.
Nos enseñaron a caminar, y ya no caminaremos.
Nos enseñaron a hablar, y ya no hablaremos.
Nos enseñaron a vivir, y ya no viviremos.
Nos enseñaron a convertirnos en Hombres, y ya ni siquiera seremos Hombres. Ya no seremos nada.
Fumaban al amanecer, mientras contemplaban sentados el negro cielo que bailaba sobre Inglaterra. Y Palo recitaba su poema. Al abrigo de la noche, recordaba a su padre.
Sobre la colina donde se encontraban, las colillas teñían de rojo la oscuridad: habían adoptado la costumbre de venir a fumar allí a primera hora de la mañana. Fumaban para hacerse compañía, fumaban para no desesperar, fumaban para no olvidar que eran Hombres.
Gordo, el obeso, olisqueaba entre los matorrales imitando a un perro vagabundo, ladrando para ahuyentar a los ratones de campo entre la hierba húmeda, y Palo se enfadaba con el falso perro.
—¡Para, Gordo! ¡Hoy hay que estar triste!
Gordo se detuvo tras tres reprimendas y, enfurruñado como un niño, dio la vuelta al semicírculo que formaba la decena de siluetas y se fue a sentar al lado de los taciturnos, entre Rana, el depresivo, y Ciruelo, el tartamudo infeliz, secretamente enamorado de las palabras.
—¿En qué piensas, Palo? —preguntó Gordo.
—En cosas…
—No pienses en cosas malas, piensa en cosas bonitas.
Y con su mano grasa y regordeta, Gordo buscó el hombro de su camarada.
Los llamaron desde la escalinata del viejo caserón que se levantaba frente a ellos. El entrenamiento iba a comenzar. Inmediatamente, todos se pusieron en marcha; Palo permaneció sentado un instante más, escuchando el murmullo de la bruma. Volvía a pensar en su último día en París. Pensaba sin cesar en ello, todas las noches y todas las mañanas. Sobre todo las mañanas. Hoy hacía exactamente dos meses que se había marchado.
Había sucedido a principios de septiembre, justo antes del otoño; resultaba inevitable: era preciso defender a los Hombres, defender a los padres. Defender a su padre, al que sin embargo había jurado no abandonar nunca, años atrás, cuando el destino se había llevado a su madre. El buen hijo y el viudo solitario. Pero la guerra los había atrapado y, al elegir las armas, Palo había elegido abandonar a su padre. Ya en agosto sabía que iba a marcharse, pero había sido incapaz de anunciárselo. Sin coraje suficiente, solo pudo reunir el valor necesario para despedirse la víspera de partir, después de la cena.
—¿Por qué tú? —se atragantó su padre.
—Porque si no soy yo, no será nadie.
Con el rostro tan compungido como orgulloso, había abrazado a su hijo para infundirle valor.
Su padre había pasado el resto de la noche encerrado en su habitación, llorando. Lloraba de tristeza, pero le parecía que su hijo de veintidós años era el más valiente de los hijos. Palo había permanecido ante su puerta, escuchando los sollozos. Y de pronto se había odiado tanto por hacer llorar a su padre que se había cortado el torso con la punta de su navaja hasta hacerse sangre. Con el cuerpo herido frente a un espejo, se había insultado y había socavado más aún la carne a la altura del corazón para estar seguro de que la cicatriz no desaparecería nunca.

LA SOLTERONA


Increíblemente, todavía no había leído esta novela de Edith Wharton, al empezar me percaté de que había visto la película protagonizada por Bette Davis hace mil años o mas.....
Por supuesto, seguí leyendo y no me he arrepentido, una magnífica novela profundamente feminista, para la época en la que fue escrita, una maravilla en la forma y en el fondo.
Absolutamente recomendable.

Sinopsis (Ed. Impedimenta)
Edith Wharton firma una nouvelle magistral, que explota la que fuera una de sus obsesiones recurrentes: las opciones de la mujer de su tiempo y estatus en la tramoya social que la coarta.
En 1850 la alta burguesía neoyorquina disfruta de una desentendida prosperidad. Delia, «reina» del endogámico clan de los Ralston, ultima los detalles de su vestuario para brillar en el acontecimiento social del año: el enlace de su prima Charlotte Lovell con Joe Ralston, que además sellará una alianza entre las dos familias hegemónicas de Nueva York. Cuando nada parece poder desbaratar tan idílico porvenir, una desquiciada Charlotte irrumpe en casa de Delia para desvelarle un secreto que alterará para siempre la placidez de sus vidas y que, de saberse, tumbaría los códigos éticos de los que ambas se han venido nutriendo. Los destinos de Charlotte y Delia quedan trágicamente atados bajo la inviolabilidad del secreto que comparten, consolidándose entre ambas una tormentosa relación en la que convergerán los celos, la compasión, el amor filial y la suspicacia.

La solterona (fragmento)
"A Delia nunca se le había ocurrido pensar que su influencia sobre Tina pudiese suscitar rencores. Descubrirlo ahora proyectaba un instantáneo haz de luz sobre el abismo que había separado siempre a ambas mujeres. Sin embargo, al cabo de unos minutos, Delia se reprochó haberle atribuido a su prima sentimientos de celos. ¿No debía más bien atribuírselos a sí misma? Charlotte, como madre de Tina, tenía todo el derecho a desear estar cerca de ella, en todos los sentidos posibles. ¿Qué derecho tenía Delia a oponerse a aquel privilegio natural? A la mañana siguiente dio instrucciones de trasladar las cosas de Charlotte a la habitación contigua a la de Tina. Esa misma noche, a la hora de acostarse, Charlotte y Tina subieron juntas; Delia se demoró en el salón con el pretexto de escribir unas cartas. En realidad, temía el momento de traspasar el umbral donde, noche tras noche, la había retenido la alegre risa de las jóvenes mientras Charlotte Lovell dormía su sueño de solterona en el piso superior. Delia sufrió un espasmo al pensar que a partir de ahora se vería privada de aquel pretexto para preservar su cercano contacto con Tina. Una hora más tarde, cuando subió las escaleras, Delia se percató con cierta sensación de culpabilidad de que estaba caminando lo más sigilosamente posible sobre la tupida alfombra del pasillo y de que estaba tardando más de lo necesario en apagar la lámpara de gas del descansillo. "

EL PARAÍSO IMPERFECTO. Antología tímida


En la noche clara e invernal leo a un maestro que nació un día como hoy, Augusto Monterroso, (Tegucigalpa, 21 de diciembre de 1921 – Ciudad de México, 7 de febrero de 2003),
"Como mis libros son ya antologías de cuanto he escrito, reducirlos a ésta me fue fácil; y si de ésta se hace inteligentemente otra, y de esta otra, otras más, hasta convertir aquéllos en dos líneas o en ninguna, será siempre por dicha en beneficio de la literatura y del lector". Con esta frase se cierra este Paraíso Imperfecto, que reúne toda la perfección de la prosa de Monterroso, os lo recomiendo¡¡¡

Sinopsis (Ed. Debolsillo)
Se presenta aquí una cuidada antología que pretende trazar un camino de ida y vuelta sobre la obra de Augusto Monterroso, amigo de las cosas irónicamente simples y máxima figura del género más breve de la literatura: el microrrelato. Articulado en dos bloques complementarios, el volumen recoge los cuentos y ensayos más narrativos del autor, proporcionando un viaje a la felicidad y a la sencillez, a la gracia y a la discreción, al humorismo y a la tristeza. Un tímido homenaje al más refinado de los escritores hispanoamericanos. «Hay que leerlo manos arriba. Su peligrosidad se funda en la sabiduría solapada y la belleza mortífera de la falta de seriedad. »Gabriel García Márquez

Paraíso Imperfecto (fragmento)

Estatura y PoesíaLos enanos tienen una especie de sexto sentido que les permite reconocerse a primera vista. EDUARDO TORRES

Sin empinarme, mido fácilmente un metro sesenta. Desde pequeño fui pequeño. Ni mi padre ni mi madre fueron altos. Cuando a los quince años me di cuenta de que iba para bajito me puse a hacer cuantos ejercicios me recomendaron, los que no me convirtieron ni en más alto ni en más fuerte, pero me abrieron el apetito. Esto sí fue problema, porque en ese tiempo estábamos muy pobres. Aunque no recuerdo haber pasado nunca hambre, lo más seguro es que durante mi adolescencia pasé buenas temporadas de desnutrición. Algunas fotografías (que no siempre tienen que ser borrosas) lo demuestran. Digo todo esto porque quizá si en aquel tiempo hubiera comido no más sino mejor, mi estatura sería ahora más presentable. Cuando cumplí veintiún años, ni un día menos, me di por vencido, dejé los ejercicios y fui a votar.
De todos es sabido que los centroamericanos, salvo molestas excepciones, no han sido generalmente favorecidos por una estatura extremadamente alta. Dígase lo que se diga, no se trata de un problema racial. En América hay indios que aventajan en ese sentido a muchos europeos. La verdad es que la miseria y la consiguiente desnutrición, unidas a otros factores menos espectaculares, son la causa de que mis paisanos y yo estemos todo el tiempo invocando los nombres de Napoleón, Madero, Lenin y Chaplin cuando por cualquier razón necesitamos demostrar que se puede ser bajito sin dejar por eso de ser valiente.

DULCE ENEMIGA MÍA


Siempre me gusta Marcela Serrano, pero sus libros de relatos me encantan, Dulce enemiga mía, cuenta las vidas de 17 mujeres y 2 que no lo son......cuenta sus alegrías y sus tristezas, sus matrimonios y soledades y lo cuenta todo con un punto de conocimiento y solidaridad tan profundamente femenina que me ha conquistado por completo¡¡¡

Sinopsis  (Ed. Alfaguara)
Con Dulce enemiga mía, de Marcela Serrano, escritora de otros libros como Hasta siempre, mujercitas o El albergue de las mujeres tristes, la autora vuelve a demostrar su talento para penetrar el alma y la psicología femeninas con un grupo de veinte relatos protagonizados por mujeres frágiles, poderosas, aventureras o temerosas, amas de casa o intelectuales, jóvenes o maduras, cuyas voces e historias se graban a fuego en la memoria. Fue galardonada con el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 1994, distinción concedida a la mejor novela hispanoamericana escrita por mujeres, por su novela Nosotras que nos queremos tanto. También ganó el Premio Municipal de Literatura en Santiago de Chile 1994 por Para que no me olvides. Junto a Isabel Allende y Ángeles Mastretta, Marcela Serrano es una de las autoras latinoamericanas más populares de la actualidad, traducida a 18 idiomas.
Esta obra de la narrativa hispanoamericana nos cuenta como desde las calles de los Balcanes hasta Santiago de Chile pasando por La Mancha, hay hilos capaces de unir el mundo interior de las mujeres: a veces serán la fuerza de la risa, el valor de la amistad, el amor o el sexo; otras, los miedos ante un matrimonio vacío, la hipocresía, la soledad o el temor al abandono.

Dulce enemiga mía (fragmento)

La yegua

Ana María llevaba veinte años casada y seguía enamorada de su marido. Por supuesto, hoy ya no eran un par de lirios, mermada la lozanía, el vigor y la potencia. Pero ella siempre decía que deseaba envejecer junto a Víctor y veía el deterioro como una fase más, insalvable, inevitable, inexorable. Le gustaba decirle por teléfono a su amiga Bárbara estas palabras comenzadas en «in», las sentía potentes y seguras de sí mismas. Apuntaba a la ternura como reemplazo del deseo y soñaba con escenas pertinentes, ambos abrazados en la cama matrimonial viendo una película en DVD o cruzando, protector él, la calle de la mano en alguna ciudad distinta, de las muchas que aún deseaban conocer. Si se empeñaba, la vejez les traería una dulzura desconocida y reconfortante. Aun así, por supuesto, no se resignaba al paso de los años. Su apariencia había derivado en su mayor ocupación, bien sabía que Víctor era un hombre guapo y no le pasaban inadvertidas sus ocasionales tendencias a actuar como un seductor. ¿Ocasionales?, le preguntó una vez Bárbara por teléfono y ella se alarmó, luego se enojó y no llamó a su amiga por una semana. Ana María ejercitaba su cuerpo con disciplina. Practicaba la equitación en su parcela al lado de la ciudad, Baby —la yegua— era, después de su marido y sus hijos, lo más cercano a su corazón. Asistía cuatro veces a la semana al gimnasio, se privaba de la grasa y los dulces y llevaba una cuidadosa contabilidad de las calorías diarias que ingería. Además, se hacía masajes —tanto reductivos como de relajación— y nunca faltaba a la cita con el peluquero que incluía la tintura de las canas, el corte, la pedicura y la manicura. A veces se agotaba consigo misma y la embargaba la tentación de dejarse estar, entregarse por fin a vivir la edad que tenía. Después de todo, si era una opción para otras mujeres, ¿por qué no para ella? Pero prefería no hacerse trampas, consciente de que era sólo eso, una tentación, y se decía con paciencia, vamos, Ana María, no todas tienen maridos apuestos como el tuyo, eso impone obligaciones. Y luego agregaba, severa, ¿cómo resistir el asedio de las mujeres jóvenes si no peleo contra la decadencia?
Las mujeres jóvenes era la nomenclatura para todo objetivo donde se posaran los ojos de Víctor, todo foco que no fuese ella. Eran el fantasma, el miedo, el mal. ¡Cómo las aborrecía! Trataba de convencerse de que eran todas tontas, superfluas, incultas. Había llegado a formular una regla aritmética: a más culo y más busto, menor coeficiente intelectual. Así se calmaba. También pensando en los hijos y en lo hogareño que era Víctor, en cómo gozaba de la vida en común, de la casa tan bonita —y tan cara—, del asado del día domingo en el jardín, de los hijos con sus novias, de la perfecta disposición de alguna mano mágica para su buen vivir. Todo aquello parecía imposible con una mujer más joven.
Y sin embargo, la idea de ser abandonada era su peor pesadilla. El fracaso es como la peste, se decía, huele mal, aleja, hace huir a los demás. Nadie se siente cómodo al lado de un fracasado. Al principio te consuelan, luego escapan, ya lo sabía ella, lo había hecho tantas veces.
A Ana María le complacía sobremanera su vida en la cama. Volvía a enamorarse de su marido con cada orgasmo, atestiguar la lujuria en sus ojos le confirmaba ser el objeto de su amor. (Además, le parecía importante sentir la recompensa luego de tanto esfuerzo.) A veces, en muy raras ocasiones, se preguntó si era el sexo lo que de verdad le gustaba o si era Víctor comprometido en el sexo con ella. Se consolaba serenamente con que el tiempo era largo, hoy en día se podía hacer el amor eternamente, y de paso daba gracias a los científicos por haber inventado esa píldora azul, para el día en que resultase necesaria.
Y el día llegó, antes de lo pensado.

LA BIBLIA DE LAS TINIEBLAS


Decimonovena entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector de la policía escocesa John Rebus.

El referéndum para la independencia de Escocia como fondo, un extraño accidente de coche que parece no convencer a nadie y el pasado que vuelve cuando menos se lo espera.....
Rebus en estado puro, rebajado de categoría, para incorporarse, sigue siendo el mismo gruñón concienzudo que conocemos, sigue siendo el mismo detective intuitivo de siempre, sigue siendo el mejor; aunque vuelva a ser sargento detective, como en sus principios..., espero que esto signifique que nos quedan todavía muchos relatos con John Rebus de protagonista.
Con la política como soporte, narración muy actual en la que nada es lo que parece pero todos se parecen a algo....¡¡
Muy recomendable.

Sinopsis (Ed. RBA)
«Los buenos nunca son tan buenos y los malos nunca son tan malos, pero hay un punto en que ambos se encuentran, y es entonces cuando el asunto puede ponerse interesante».Un accidente de tráfico en el culo del mundo. Implicados: la heredera de un magnate londinense y el hijo de un ministro, adalid de la secesión escocesa. Justo cuando el país se parte en dos ante el referéndum para la independencia. Algo en la escena no cuadra, y el veterano John Rebus, recién reincorporado al cuerpo de policía, empieza a investigar.
Al tiempo, la fiscalía reabre un caso feo de hace treinta años, en el que Rebus y su antigua cuadrilla, autodenominados los «Santos», tuvieron mucho que ver. Aquella vieja división de policías juraron silencio sobre «la Biblia de las Tinieblas» y ahora se han convertido en sospechosos. Nada evitará que el detective Rebus y el inspector de asuntos internos Malcolm Fox se enfrenten para descubrir quiénes son los santos y quiénes los pecadores, y lo que se oculta tras el juramento.

La biblia de las tinieblas (fragmento)

PRÓLOGO—¿Adónde vamos?
—Solo estamos dando una vuelta en coche.
—Pero dando una vuelta ¿adónde?
Rebus volvió la cabeza para ver a su acompañante. Se llamaba Peter Meikle. El hombre había pasado casi la mitad de su vida adulta cumpliendo condena en diversas cárceles y tenía la palidez y la actitud propias de los ex presidiarios. Necesitaba un afeitado y sus ojos hundidos eran como agujeritos negros y recelosos. Rebus lo había recogido a la puerta de una casa de apuestas en Clerk Street. Unas cuantas hileras de luces y empezaron a dejar atrás Commonwealth Pool en dirección a Holyrood Park.
—Hacía una buena temporada — comentó Rebus—. ¿Qué te traes entre manos ahora?
—Nada de lo que la poli tenga que preocuparse.
—¿Te parezco preocupado?
—Tiene la misma pinta que cuando me puso a la sombra en 1989.
—¿Tanto hace? —Rebus hizo alarde de menear la cabeza en un gesto de sorpresa—. Pero, a decir verdad, Peter, opusiste resistencia a la detención… y por aquel entonces tenías muy mal talante. —¿Acaso no lo tenía usted?
Al no responder Rebus, Meikle siguió mirando por la ventanilla. A estas alturas, el Saab había llegado a Queen’s Drive, las escarpaduras de Salisbury Crags camino de St. Margaret’s Loch. Algún que otro turista intentaba dar pan a los patos y los cisnes, aunque toda una tropa de acechantes gaviotas parecían estar llevándose bastante más de lo que les correspondía. Rebus puso el intermitente derecho para iniciar el sinuoso ascenso por la ladera de Arthur’s Seat. Adelantaron a corredores y paseantes mientras la ciudad se perdía de vista.

EL MONTE DE LA BRUJA


Nuestra querida amiga https://www.facebook.com/iaia.piolin, hace una reflexión magnífica sobre este libro, leedla y opinad si gustáis¡¡
"Me he estado preguntando si yo recomendaría a mis nietos que leyeran un libro como El monte de la bruja, de Emily Smith. Es una historia difícil: habla de prejuicios que controlan nuestra vida; de malos amigos capaces de decepcionarnos profundamente e incluso de hacernos daño; de acoso escolar; de maltrato a los animales; de responsabilidad y consecuencias de nuestras acciones..., definitivamente no es un libro fácil. Pretende mostrar valores que deberíamos inculcar a nuestros niños. Pero en el otro platillo de la balanza está la capacidad infinita de perdonar y de mejorar que tiene el ser humano; la amistad con mayúsculas; la valentía para enfrentarse a cualquier reto; el esfuerzo para conseguir un objetivo que parece imposible... Y, si la balanza aún no está equilibrada podemos añadir una pizca de humor en cada página, otro poco de optimismo y mucho, muchísimo, de afecto y respeto por los lectores a los que va dirigida."

Sinopsis (Libro autopublicado)
Maca y Santi sufren una calamidad en su vida cotidiana peor que el meteorito que extinguió a los dinosaurios. Tienen que abandonar sus amigos, sus juegos, su vida para trasladarse de una gran ciudad a un pueblecito perdido entre montañas; allí se encuentran con un lugar extraño donde no conocen a nadie y ante ellos se abre un futuro problemático y muy, pero que muy aburrido o eso creen ellos hasta que tropiezan con Piruja y su gato.





jueves, 9 de noviembre de 2017

EL HOMBRE DE LA MÁSCARA DE ESPEJOS


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por la Inspectora de policía Valentina Negro y el criminólogo Javier Sanjuán.

Anunciada como la última entrega de la trilogía protagonizada por Valentina Negro y Javier Sanjuan, quizás la cosa no termine aquí....¡
Creo que me gustan estos libros porque desde que los leo miro mi ciudad con otros ojos....más oscuros, menos inocentes.
No voy a contar nada sobre la novela porque cualquier dato sería spoiler, sólo decir que, salvo algunos "errores lingüísticos y geográficos" banales, he disfrutado con las investigaciones de la inspectora Negro y el criminólogo Sanjuan y que pronto La Coruña podrá incorporarse a la "ruta negra" de ciudades europeas, lo espero porque significará que las andanzas de los protagonistas no han terminado.
Recomendable para un fin de semana (o un poco más) de tormenta¡

Sinopsis (Ediciones B)
La inspectora Valentina Negro lucha por superar los traumáticos recuerdos de su último caso, cuando estuvo cerca de perder la vida a manos de un asesino en serie. Pero la maldad no da tregua: pronto se ve envuelta en una nueva cadena de muertes. La ayuda del criminólogo Javier Sanjuán será clave para desentrañar una compleja trama relacionada con la desaparición de varias chicas y el rodaje de unas terroríficas películas snuff que recuerdan al cine expresionista de Fritz Lang.
El dolor, la belleza y la locura se dan la mano en las páginas de esta adictiva novela negra, que es al mismo tiempo un excelente retrato de la mente del psicópata firmado por dos expertos criminólogos. Las páginas de El hombre de la máscara de espejos son una invitación a asomarse al abismo a través de una historia trepidante que engancha y estremece desde la primera página.

El hombre de la máscara de espejos (fragmento)

[primera parte]: Las trompetas del ángel

Viernes, 22 de marzo de 2013. A Coruña, colegio de las Madres Franciscanas, en la zona de A Zapateira.

Andrea salió de su escondrijo detrás del enorme hórreo de piedra, caminó hasta la verja y movió con cuidado la puerta. Apenas miró hacia atrás, temerosa de
que alguna profesora o incluso la portera del colegio estuviese mirando en aquel justo momento. Con rapidez, casi con pánico a que su huida fuese descubierta y sin atreverse a cerrar la verja, corrió unos metros camino abajo, apretando los libros contra su abrigo azul marino. Jadeando, se dio la vuelta con excitación y constató que nadie la había visto, así que se subió la falda de tablas hasta dejar a la vista los calcetines largos y reanudó su camino hacia el Campus de Elviña. Había quedado con dos amigas, mayores que ella, que le iban a presentar a un chico que estudiaba primero de Derecho. Era víspera de Semana Santa y prefería tomarse unas cervezas y fumarse unos porros con ellas y otros chicos antes que tener que tragarse todas las misas y celebraciones tediosas que rodeaban siempre las vísperas de la crucifixión de Jesús. Andrea creía en Dios, sí, pero estaba segura de que a Él no le importaría que se saltase un par de obras de teatro insufribles y luego la misa de todos los años, con la asistencia de los padres de las más pequeñas, y la pelea por los canapés y los vinos baratos de después en el pabellón de deportes.
Siguió caminando un buen rato por la calle Castro de Elviña hasta divisar el Campus. El sol le picaba cuando salía entre las nubes y le hacía entrecerrar los ojos. Se revolvió, incómoda, dentro del abrigo de lana con cuello de terciopelo. Al fondo, el cielo perlado de nubes blancas como sábanas recién tendidas enmarcaba una hermosa vista de toda la ciudad de A Coruña, que contrastaba con el azul marino, muy oscuro, del océano en calma. Miró el reloj: llegaba tarde, sus amigas debían de estar ya en la cafetería. ¿Sería mejor esperar el autobús? La parada no estaba lejos, así que sacó el móvil y consultó los horarios de paso. No tardaría más de diez minutos… Sopesó lo que podía tardar andando y se decidió a esperar sentada en la marquesina. Andrea, sofocada por el calor, se quitó el abrigo del uniforme y lo dejó a un lado del asiento, doblado sobre los libros.

OFRENDA A LA TORMENTA


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por la Inspectora Amaia Salazar.

No hay como un fin de semana largo para "degustar" una buena novela negra "del norte", de nuestro norte¡¡¡
Tercera (¿y última?) entrega de la Trilogía del Baztán en la que todos los misterios "parecen" resolverse......
Nuevo caso de la inspectora Amaia Salazar trufado de antropología, magia y tradiciones. No puedo contar nada porque cualquier cosa que diga sería spoiler, seguro¡¡¡
Ritmo trepidantemente negro que me ha mantenido en vela todos estos días, menos mal que no había que madrugar¡¡
No es la calidad literaria la característica principal de estas novelas sino el ritmo narrativo y la intriga que domina la voluntad y hace que, aun reconociendo los fallos, una no pueda dejar de leer.

Sinopsis (Ed. Destino)
Ha pasado ya un mes desde que la inspectora de la Policía Foral recuperó a su hijo y pudo detener a Berasategui. Pero a pesar de que tanto la Guardia Civil como el juez Markina dan por muerta a Rosario, Amaia siente que no está libre de peligro, un desasosiego que sólo Jonan comprende.
La muerte súbita de una niña en Elizondo resulta sospechosa: el bebé tiene unas marcas rojizas en el rostro que indican que ha habido presión digital, y además, su padre intenta llevarse el cadáver. La bisabuela de la pequeña sostiene que la tragedia es obra de Inguma, el demonio que inmoviliza a los durmientes, se bebe su aliento y les arrebata la vida durante el sueño. Pero serán los análisis forenses del doctor San Martín los que convencen a Amaia
Salazar de investigar otras muertes de bebés, que pronto revelarán un rastro inaudito en el valle.
Berasategui muere, entonces, inexplicablemente en su celda, lo que despliega una trepidante
investigación que llevará a Amaia al auténtico origen de los sucesos que han asolado el valle de Baztán.
Y mientras, desde el bosque, una impresionante tormenta llega para sepultar la verdad más demoledora.

Ofrenda a la tormenta (fragmento)

1Sobre el aparador, una lámpara iluminaba la estancia con una cálida luz rosada que adquiría otros matices de color al filtrarse a través de los delicados dibujos de hadas que decoraban la tulipa. Desde la estantería, toda una colección de animalitos de peluche observaba con ojos brillantes al intruso, que, en silencio, estudiaba el gesto quieto del bebé dormido. Escuchó atento el rumor del televisor encendido en la habitación contigua y la estentórea respiración de la mujer que dormía en el sofá, iluminada por la luz fría proveniente de la pantalla. Paseó la mirada por el dormitorio estudiando cada detalle, embelesado en el momento, como si así pudiera apropiarse y guardar para siempre aquel instante convirtiéndolo en un tesoro en el que recrearse eternamente. Con una mezcla de avidez y serenidad grabó en su mente el suave dibujo del papel pintado, las fotos enmarcadas y la bolsa de viaje que contenía los pañales y la ropita de la pequeña, y detuvo los ojos en la cuna. Una sensación cercana a la borrachera invadió su cuerpo y la náusea amenazó en la boca del estómago. La niña dormía boca arriba enfundada en un pijama aterciopelado y cubierta hasta la cintura por un edredón de florecillas que el intruso retiró para poder verla entera. El bebé suspiró en sueños, de entre sus labios rosados resbaló un hilillo de baba que dibujó un rastro húmedo en la mejilla. Las manitas gordezuelas, abiertas a los lados de la cabeza, temblaron levemente antes de quedar de nuevo inmóviles. El intruso suspiró contagiado por la niña y una oleada de ternura le embargó durante un instante, apenas un segundo, suficiente para hacerle sentir bien. Tomó el muñeco de peluche que había permanecido sentado a los pies de la cuna como un guardián silencioso  y casi percibió el cuidado con el que alguien lo había colocado allí. Era un oso polar de pelo blanco, pequeños ojos negros y prominente barriga. Un lazo rojo, incongruente, envolvía su cuello y le colgaba hasta las patas traseras. Pasó dulcemente la mano por la cabeza del muñeco apreciando su suavidad, se lo llevó al rostro y hundió la nariz en el pelo de su barriga para aspirar el dulce aroma de juguete nuevo y caro.

PALABRAS A MEDIAS


Primera novela que leo de esta autora y, tengo claro que no será la última. Me picó la curiosidad al leer la contraportada en la que, someramente, se dice:
"¿Te imaginas que tu padre, en su lecho de muerte, te confiesa que la noche del 23-F mató a un hombre?..."
Sin duda, un cebo insuperable para l@s que vivimos esa noche con angustia y expectación y la recordamos cada vez que tenemos oportunidad como "la noche que pudo cambiar nuestras vidas..." Pues bien, a través de cinco personajes de una misma familia,  Busquets desgrana una historia de sobreentendidos en la que todos saben más de lo que parece y algunos menos de lo que se imaginan. El hilo conductor es, precisamente, la noche del golpe de estado del 81, y desde ella asistimos al cambio de una familia, contado sin sentimentalismo pero con un profundo sentimiento.
Me ha gustado mucho.

Sinopsis (Ed. Grijalbo)
A partir de la confesión que les hace su padre antes de morir, Anabel, Albert y Nina recordarán qué era de sus vidas la noche del 23F de 1981. Anabel fue una de las pocas personas que no se enteró del golpe de Estado. En su piso de estudiante de Barcelona pasó toda la noche en vela esperando, ajena por completo a la política. Esa misma noche, Albert comenzó una historia de amor con alguien inesperado, que se convertiría en la persona más importante de su vida. Y Nina, la hermana pequeña y la más devota de la familia, era una estudiante de Enfermería que acababa de volver a Vic después de estar un año en un convento. Esa noche, mientras la radio retransmitía los acontecimientos, sus padres y ella recibieron una visita imprevista que modificaría sus destinos para siempre.

Palabras a medias (fragmento)

Annabel

Nos hemos quedado los tres estupefactos cuando mi padre ha pedido ver a un cura, porque siempre nos ha dicho que no ha vuelto a pisar una iglesia desde que hizo la comunión, pero todavía nos ha sorprendido más el motivo:
—He… matado… a… un hombre.
Lo ha dicho entre espasmos agónicos. Mis hermanos y yo nos hemos mirado un momento y luego Albert ha espetado:
—Te lo imaginas, papá… ¡Tú no has matado a nadie!
Pero al oírlo mi padre se ha inquietado todavía más y ha dado la impresión de que quería levantarse para ir a por el cura. Hemos tenido que impedírselo entre los tres y volver a acostarlo con delicadeza. Emite unos jadeos terribles, parece que busca aire y no lo encuentra. Pero, pese a todo, ha vuelto a hablar:
—Dejadme, que tengo que confesarme… No puedo irme así al otro mundo.
—Pero si tú no crees en Dios, papá…
—Ya lo sé, pero por si acaso…
Vaya, por si acaso. Ya decía la abuela que nadie se acuerda de santa Bárbara hasta que truena. Con un gesto, mi hermana Nina nos ha indicado que ya se encargaba ella de avisar al cura. Y se ha marchado. Yo me he inclinado sobre mi padre:
—Ya está, el cura viene enseguida… Tranquilo.
—Gracias a Dios… —ha respondido, más relajado.
Le he mirado atentamente y no me he resignado a quedarme sin saber la verdad de su insólita afirmación. Aunque sigue jadeando, se le ve más tranquilo. De repente, Albert le ha bombardeado con un aluvión de preguntas como si estuvieran sentados en el sofá de la sala:
—Veamos, papá, ¿a qué viene eso de que has matado a un hombre? ¿Cuándo? ¿Disparaste a alguien cuando ibas a cazar?

UNA ESPOSA PERFECTA


A veces una se lía, entre las recomendaciones de l@s amig@s y las consultas propias.......
Comencé esta novela pensando que la había recomendado Amelia Ruiz allá por Octubre de este año, pero al leer la última reseña de Rosi Torres me di cuenta de que no era, no era......, jajaja tengo que decir, en honor a la verdad, que en el primer tercio de "esta novela" empezó a crecer en mi la inquietud de que Amelia Ruiz y yo nos hubiésemos alejado mucho "literariamente hablando" y no, no, no ha sido así......! El alivio me ha invadido inmediatamente.
Para resumir, este librito que comienza como un Memorias de África de los años 40, sólo mantiene la atención 30-40-50??? páginas, y eso porque un@ espera que lo que se anuncia como secreto, ese matrimonio tortuoso, esa ingenua (boba) jovencita pueden dar más juego y....., realmente podrían hacerlo en manos de una escritora de verdad y no de este remedo de "Corintellado tanzana" que no tiene imaginación, ni talento, ni fundamento¡¡¡
Apuré mi cáliz hasta el final, en castigo por mi descuido y torpeza, y la cosa no mejora sino que empeora mucho-mucho-mucho, sólo me consoló un pasaje hilarante en que la protagonista acude al veterinario con un monito, mientras el cadáver de su marido reposa en el asiento trasero de su coche....eso es demasiado hasta para Corín Tellado, pero no hay duda de que original sí, es.
En fin, una pérdida de tiempo¡
No puedo recomendarla en absoluto, ni por su calidad literaria, ni por su argumento, ni por nada de nada.

Sinopsis (Ed. Planeta)
1948. Kitty Hamilton llega a Tanganica con grandes expectativas hacia su nueva vida. Una emocionante aventura al otro lado del mundo puede ser justamente lo que ella y Teo necesitan para recuperarse del escándalo que casi acaba con su matrimonio.
Ella está dispuesta a adoptar el rol de la esposa perfecta, pero sus sueños pronto se empiezan a empañar. En esta tierra salvaje y extraña, donde se enfrentan distintos poderes, el cerebro no siempre puede controlar al corazón. Las viejas heridas resurgen y se encienden nuevas pasiones, y Kitty y Teo se enfrentan a emociones que les llevan más allá de lo que nunca hubieran pensado. Una lucha entre el deber y el deseo, entre los celos y el amor, entre el compromiso y la libertad. Un canto a la necesidad de seguir los dictados del propio corazón, te lleven a donde te lleven.

Una esposa perfecta (fragmento)

UNO
Impaciente, Kitty cambiaba de postura en su asiento. Daba la impresión de que el viaje se había eternizado, aunque por fin se acercaba ya el final y pronto se reuniría con su marido. Iban a volver a empezar juntos, a reiniciar su matrimonio. A partir de ese momento, a salvo de un pasado que quedaba atrás, todo sería nuevo, inmaculado, indemne. No podía resistir las ganas de que el avión aterrizase... y de que comenzara su vida en África.
Como distracción, se alisó la chaqueta y se cepilló las migas de la camisa de lino de color crema. Apoyó la cabeza en el respaldo del asiento y cerró los ojos. Los sentía resecos e irritados; apenas había dormido en veinticuatro horas. En algún lugar entre Roma y Bengasi, la tripulación había preparado unas camas para los nueve pasajeros, pero a Kitty le había costado relajarse aunque se encontraba bastante cómoda. Le molestaba la vibración de las hélices, que se filtraba a través del metal del fuselaje, desnudo de aislamiento, y a esto se le sumaba la incomodidad propia de acostarse para dormir en medio de un grupo de hombres que, antes del inicio de aquel viaje, eran completos desconocidos. Tenía la sensación de haberse quedado apenas traspuesta cuando la tripulación regresó para plegar los camastros y servir el desayuno.
Abrió los ojos y volvió la cabeza hacia el pasajero que tenía a su lado. Paddy no mostraba signo alguno de cansancio. Se sentaba erguido, mientras leía una novela de bolsillo bien manoseada y con las esquinas de las páginas dobladas. Levantó la vista como si hubiera sentido la mirada de ella. —No falta mucho. Apuesto a que se muere de ganas de ver a ese marido suyo.
Kitty asintió.
—Seis semanas parecen una eternidad.
—Es amor verdadero, entonces — sonrió con descaro.
Ella le correspondió. Paddy no mostraba las contenidas formas de los británicos; era incapaz de imaginárselo de pie como siempre hacía Theo, aguardando a que una señora tomase asiento antes de hacer él lo mismo. En ese sentido, aquel irlandés era como los australianos, y tal vez fuera ese el motivo de que Kitty se sintiese tan cómoda con él. También estaba el hecho de que era bajito y regordete, con un porte que le recordaba a una mascota cariñosa. Resultaba imposible imaginar que pudiera suponer una amenaza de ninguna clase.

EL BALCÓN EN INVIERNO


No sé, si como dice la "banda promocional" de Tusquets este libro es el "más sincero" de Luis Landero (significa eso que los otros eran mentirosos??) de lo que estoy segura es de que es muy-muy hermoso. Acabo de terminarlo y hay frases, pasajes que perduran y seguirán en mi memoria por mucho tiempo
"A lo mejor lo que yo recuerdo no es el contenido del relato ni la imagen del lector rodeado de sus... oyentes sino solo la música del lenguaje en el silencio de la noche." (pag. 41)

Y eso es, este libro, música en el silencio, prosa musical y cuidada, elegancia estilística pura para relatar la vida de un joven que va para escritor, de un joven que nace a la lectura y a la literatura, transitando "del caos al canon" por obra y gracia de un profesor en el Madrid de la inmigración interior, la miseria, la postguerra y el franquismo. Nada de ello se toca directamente, todo se ve de lejos y por eso el libro es tan especial, porque sólo el verdadero talento es capaz de narrar de esa forma la situación de un país, sin ser tan explícito que suene a trillado, ni tan abstruso que no se entienda.
Luis Landero se hizo un hueco en mi corazón con sus Juegos de la edad tardía, y nunca me ha abandonado, proporcionándome la misma alegría cada vez que uno de sus libros llega a mis manos.

De la primera a la última página, un placer deliciosamente literario y como el mismo cierra:
"Eso es todo y no hay más que contar. Un grano de alegría, un mar de olvido." (pág, 144)

Leed a Landero, no os arrepentiréis¡¡

Sinopsis (Ed. Tusquets)
Asomado al balcón, debatiéndose entre la vida que bulle en la calle y la novela que ha empezado a escribir pero que no le satisface, el escritor se ve asaltado por el recuerdo de una conversación que tuvo lugar cincuenta años antes, en otro balcón, con su madre. «Yo tenía dieciséis años, y mi madre cuarenta y siete. Mi padre, con cincuenta, había muerto en mayo, y ahora se abría ante nosotros un futuro incierto pero también prometedor.». Este libro es la narración emocionante de una infancia en una familia de labradores en Alburquerque (Extremadura), y una adolescencia en el madrileño barrio de la Prosperidad. Es también el relato, a veces de una implacable sinceridad, otras chusco y humorístico, de por qué oscuros designios del azar un chico de una familia donde apenas había un libro logra encontrarse con la literatura y ser escritor. Y de sus vicisitudes laborales en comercios, talleres y oficinas, mientras estudia en academias nocturnas, empeñado en ser un hombre de provecho. Pero dispuesto a tirarlo todo por la borda para ser guitarrista, y vivir como artista. Y en ese universo familiar de los descendientes de hojalateros, surge un divertidísimo e inagotable caudal de historias y anécdotas en el que se reconoce la historia reciente.

El balcón en invierno (fragmento)
"También en la vida real la memoria funciona así, con pasajes subrayados y notas marginales, con detalles cargados de sugerencia, a veces convertidos en símbolos. Hay épocas de nuestra vida de las que apenas recordamos nada. Años que, por intrascendentes y rutinarios, que son casi todos, la memoria ha ido abandonando hasta entregarlos al más atroz de los olvidos. ¿Qué hice yo cuando tenía treinta y cuatro, veintiséis, cuarenta y ocho años? Imposible saberlo, fuera de algún episodio excepcional o del vago contorno de las tareas habituales, de las costumbres fuertemente arraigadas. Fuera de eso, y salvo que se escriba, porque lo que no se escribe se pierde sin remedio, recordamos si acaso un olor, un sabor, un gesto, un rostro, la pesadumbre de una lejana tarde de lluvia, y a menudo queda tan solo una sensación casi inefable, una sensación que es la experiencia destilada en el alma y hecha ya sentimiento. Y los sonidos, cómo no, la banda sonora de la memoria, porque a veces del pasado no nos llegan tanto las palabras y las cosas como las voces, los ruidos —el golpe de una garrota en la percha—, las risas, los murmullos, la honda significación del silencio en ciertos momentos definidos precisamente por las pausas, como ocurre a menudo en la música, en el teatro o en el cine.
Todo esto, estos párrafos de sabor proustiano, es algo que he sabido desde casi siempre, y sobre lo que he disertado y escrito en más de una ocasión, pero ahora, al enfrentarme de un modo tan directo con mi pasado, lo veo con una claridad nueva, deslumbrante. Y ayer, mientras ya me disponía a iniciar un breve viaje sentimental por mi biblioteca, de pronto miré a mi alrededor y, también con un repente de extrañeza, me quedé asombrado de la cantidad de libros que tenía. ¿Cuántos habría en la biblioteca de Emma Bovary? Ah, sus manos pecadoras en los libros, mordiéndose los labios mientras lee, mordisqueándose las uñas, deshilándose un mechón de cabello, preludiando caricias y suspiros que dentro de poco se consumarán en la realidad... ¿Cuántos? Yo debo de tener 4000 o 5000 libros, y eso sin contar los del trastero y los que he ido dejando, cientos y cientos, en los bancos de las plazas públicas para que los curiosos los hojeen y se lleven a casa los que quieran, como quien adopta a un animal abandonado.
Cuatro o cinco mil libros, se dice pronto. Quién me iba a decir a mí que iba a llegar a tener tantos y tantos libros. Entonces me acordé de los primeros que tuve en propiedad, del inicio de esta biblioteca, como el hilo de agua del manantial que llega a convertirse en un río caudaloso. Y de aquellos libros de entonces, me acordé especialmente de uno, que compré en 1969, que no llegué a leer pero que fue esencial para mi destino de lector y escritor. Sí, aquel fue un año singular, uno de esos años del que uno conserva muchos recuerdos, quince o veinte recuerdos por lo menos, y con una nitidez que parece que los viví ayer mismo.
Pensé que el día, tan llamado a ser un vano ayer, aún podía ser rescatado para la vida, aunque solo fuese por mediación de la memoria, de la reminiscencia de otros días que sí fueron vividos con plenitud, y que ahora acudían al rescate de un presente sin alma. "



miércoles, 8 de noviembre de 2017

VESTIDO DE NOVIA



No se si lo he leído en alguna parte o es de mi propia cosecha pero tengo la sensación de haber asistido a "las vueltas y revueltas del escritor en su laberinto".
Han calificado este libro de thriller, novela negra e, incluso, negrísima, y...., no sé que decir. Indudablemente Lemaitre escribe exquisitamente y es un placer leer cualquier novela que escriba, pero....., debe ser deformación por haber leído tanta y tanta negra de cualquier origen, una sensación me invade de que a esta le faltan cosas y le sobran muchas otras.
Uno de los requisitos principales de una buena novela negra es que sea creíble y por ahí patina Lemaitre y patina mucho. Aun así, la recomiendo porque es corta y está muy bien escrita, un placer leer Vestido de Novia pero no un placer inolvidable.



RESEÑADO por Rossana Cabrera para LIBROS,  el 6 de Noviembre de 2014.
Normalmente voy por libre en mis lecturas. Anoto lo que otros recomiendan en mis páginas favoritas pero, repito, voy por libre.
Pero a veces, cuando un libro se repite, y se repite, y se repite, y gente de la que me fío literariamente, porque compartimos gustos empieza a poner:
"adictivo"," no se puede parar", "no te suelta"," ahhh que entretenidísimo...".
Entonces, esas veces, suelto el resto de lo que estoy leyendo y sigo la corriente.
Y a veces, como ésta, dejarse ir haciendo la plancha por el río común, es sumamente gratificante.
Como dicen mis otros amigos de Tropa de libros, "Vestido de novia" es adictivo, no se puede parar, no te suelta...


RESEÑADO por Rosi Torres Marino para LIBROS,  el 30 de Enero de 2015.
Uhmmmm.... sí pero no, es lo primero que me viene a la cabeza cuando termino su lectura. No se puede negar que la primera parte es del todo intrigante, que pasa las páginas con avidez pero...el giro que da para mí ha sido pasarse de vueltas la tuerca. Aún así, se lee. Habrá adaptación cinematográfica? No creo que tarde mucho. Ideal entre lecturas densas, pero ya, hasta ahí.

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
No dejes que nadie te desvele nada de esta historia.

Sophie Duguet no entiende qué le sucede: pierde objetos, olvida situaciones, es detenida en un supermercado por pequeños robos que no recuerda haber cometido. Y los cadáveres comienzan a acumularse a su alrededor...
Y ya no podemos desvelar nada más de este thriller para así mantener intacto el escalofriante placer de la lectura y la adictiva búsqueda de la verdad por parte del lector.


Vestido de Novia (fragmento)

SophieEstá sentada en el suelo, con la espalda contra la pared y las piernas estiradas, jadeante. Léo está pegado a ella, inmóvil, y tiene su cabeza en el regazo. Con una mano ella le acaricia el pelo y con la otra intenta secarse los ojos, pero con movimientos desordenados. Llora. Algunos sollozos se convierten en gritos, chilla, le sale de las entrañas. Cabecea. A veces, la pena es tan intensa que se golpea la parte de atrás de la cabeza contra el tabique. El dolor la reconforta un poco pero no tarda en notar que todo se le vuelve a derrumbar por dentro. Léo se porta muy bien, no se mueve. Baja los ojos
hacia él, lo mira, le estrecha la cabeza contra el vientre y llora. Nadie puede imaginarse lo desgraciada que es.
1Aquella mañana, como tantas otras, se despertó llorando y con un nudo en la garganta, aunque no tenía ninguna preocupación concreta. En su vida, el llanto no es nada excepcional: las lágrimas la acompañan todas las noches desde que está loca. Si por las mañanas no se notara las mejillas empapadas,
podría llegar a creer que pasa noches tranquilas de sueño profundo. Por las mañanas, la cara llena de lágrimas y la garganta atenazada son mera información. ¿Desde cuándo? ¿Desde que Vincent sufrió el accidente? ¿Desde su muerte? ¿Desde la primera muerte, muy anterior? Se ha enderezado apoyándose en un codo. Se seca los ojos con la sábana mientras busca los cigarrillos a tientas y, al no encontrarlos, se acuerda de pronto de dónde está. Lo recuerda todo, lo que sucedió el día anterior, la velada… Recuerda inmediatamente que tiene que irse, salir de esa casa. Levantarse e irse, pero se queda ahí, clavada en la cama,
incapaz de un gesto mínimo. Agotada.