sábado, 30 de septiembre de 2017

JACK AL DESNUDO


Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector John Rebus.

Por las calles de Edimburgo de la mano de John Rebus y sus dudas, sus problemas, sus complejos, sus amores, desamores......he leído esta novela de la serie Rebus, que tenía pendiente, y otra vez he comprendido porque Ian Rankin es uno de los grandes de la novela negra-policiaca.
Tema de rabiosa actualidad, aunque la novela es de 1992, político mentiroso y, probablemente corrupto, que cree que todos lo demás son mucho más tontos que el......No digo más¡¡¡

Sinopsis (Ed. RBA)
Una novela inédita del mítico Inspector Rebus.
Durante una redada en un prostíbulo de Edimburgo, la policía descubre a Gregor Jack, un joven y popular diputado del Parlamento escocés, en compañía de una prostituta.

EL TRATAMIENTO


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector Jack Caffery.

Angustioso y cruel, así podría definir este segundo "caso" del inspector Caffery.....
Por su estructura circular podemos definir esta novela, y es que cada vez nos conduce a un círculo infernal más profundo. En este descenso aterrador se une la vida del protagonista con su investigación policial, hasta lograr una novela que no sé si es "redonda o cuadrada" pero deja un poso angustioso y amargo.
Eso ¿quiere decir que es buena?.....ummmm según se mire y se lea.
A continuación la sinopsis y un fragmento para que cada cual saque sus conclusiones.....

Sinopsis (Ed. Siruela)
En el parque Brockwell, una tranquila zona residencial al sur de Londres, la policía encuentra a una pareja brutalmente atacada y encerrada en su casa durante tres días, aunque aún les queda algo peor por descubrir: el hijo de ocho años ha desaparecido. Cuando el detective Jack Caffery llega y analiza las pocas pistas que tiene, encuentra inquietantes semejanzas con oscuros acontecimientos de su propia experiencia: la desaparición de su hermano cuando tenía nueve años, posiblemente a manos de un pederasta de la zona, y cada vez le resulta más difícil mantener la objetividad en el caso. A medida que la investigación y los análisis forenses avanzan, Caffery ve más conexiones entre pasado y presente, y entonces sus pesadillas se hacen reales…

«Uno de los libros más aterradores que he leído.»
The Guardian

«Hayder va tejiendo una historia que es como una cuchilla de afeitar que se va hundiendo en tu alma. Una estructura narrativa magistral para un relato que te hará acurrucarte en tu cama a medianoche, preguntándote si ese ruido que escuchaste era un gato o la Muerte arrastrando su guadaña mientras se acerca…»
Sunday Telegraph

El tratamiento (fragmento)

1
(17 de julio)Cuando por fin acabó todo, el detective de la Unidad de Homicidios (la antigua AMIP) del sur de Londres Jack Caffery habría asegurado sin duda que, de todas las cosas que vio en Brixton aquella nublada noche de julio, los cuervos habían sido lo más impresionante.
Estaban sobre el césped del jardín de la casa de los Peach, eran veinte o más y permanecían indiferentes a las cintas policiales, los testigos y los técnicos. Unos tenían los picos abiertos, otros parecían estar jadeando. Le miraron fijamente, como si supieran lo que había sucedido en la casa o como si se estuvieran riendo a escondidas. Era poco profesional tomarse las cosas tan personalmente.
Más tarde se dio cuenta de que el comportamiento de los cuervos había sido una reacción biológica, que no podían adivinar sus pensamientos ni saber qué le había ocurrido a la familia Peach, pero verlos así le provocó un escalofrío en la nuca. Paró en la parte superior del sendero que atravesaba el jardín, se quitó el mono y se lo entregó a uno de los oficiales forenses; a continuación se puso los zapatos que había dejado del otro lado de la valla policial y atravesó la zona donde estaban los pájaros. Justo en ese instante levantaron vuelo agitando sus plumas de brea.
El parque Brockwell, un parque enorme cubierto de triángulos de bosque y hierba amontonados en cuya cima se encontraba la estación Herne Hill, se extendía durante casi un kilómetro y medio a través del límite entre dos zonas muy diferentes del sur de Londres. En el perímetro oeste estaban las zonas desiertas de Brixton, donde algunas mañanas los trabajadores municipales tenían que echar arena sobre las calles para cubrir la sangre. Hacia el este se encontraba Dulwich, con sus asilos cubiertos de flores y sus claraboyas de John Soane1. Justo frente al parque Brockwell estaba el barrio Donegal Crescent, anclado entre un pub tapiado y una tienda de Gujarati en una esquina. El barrio pertenecía a un municipio pequeño y tranquilo, lleno de casas de los años cincuenta con balcones luminosos, sin árboles que taparan las fachadas y con puertas pintadas de color marrón chocolate. Las casas miraban hacia una extensión de hierba seca con forma de herradura donde los niños montaban en bicicleta por la noche. Caffery pensó que los Peach debían de haberse sentido bastante seguros allí.

EL CASO BIRDMAN



Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector Jack Caffery.

El descubrimiento de un nuevo detective es como la "caza del asesino", emocionante y, casi siempre, satisfactoria.
Seguro que algun@s ya conocen al inspector Caffery, londinense, joven, atormentado, con un pasado oscuro y una novia que no le conviene en absoluto......todos los mimbres para una novela negra de las buenas¡¡¡ y es que si la negra-nórdica ha campado por sus respetos durante mucho tiempo y la negra-mediterránea nos cautiva desde Sicilia, Venecia, Barcelona....., no podemos olvidar "la cuna del crimen" donde ha nacido la más perfecta y esta es la british-negra que ha dado las mejores "damas del crimen" de la historia.
No es que Mo Hayder haya entrado, todavía, en ese Olimpo pero apunta maneras, crímenes escabrosos y retorcidos, trama bien armada y personajes con muchas posibilidades.
De fondo Londres y la Policía Metropolitana, ¿puede haber un escenario mejor?

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS, el 9 de Febrero de 2015.
Hay un policía nuevo en la ciudad, chicas, y debéis saber que tiene un pasado turbio, un presente turbulento y un futuro oscuro.
Seguidle la pista de cerca. Promete emociones fuertes y sangre a raudales.



Sinopsis (Ed. Siruela)
Greenwich, al sudeste de Londres. El inspector Jack ­Caffery –joven, compulsivo, impasible– acude al lugar donde se ha cometido uno de los crímenes más espantosos que jamás ha visto. Cinco prostitutas han sido asesinadas de manera ritual y arrojadas a un descampado cerca del Millenium Dome. Las autopsias posteriores revelan la existencia de una truculenta firma que vincula a todas las víctimas. Caffery se da cuenta pronto de que está tras la pista de una de las figuras delictivas más peligrosas: un asesino en serie. Molesto por la desconfianza hacia él dentro de las fuerzas policiales y obsesionado por el recuerdo de una muerte muy cercana en su infancia, Caffery utiliza todas las armas que la ciencia forense le ofrece para cazar al asesino. Sabe que solamente es cuestión de tiempo que ese sádico criminal actúe de nuevo…

El caso Birdman (fragmento)

1Al norte de Greenwich. Finales de mayo. Tres horas antes del amanecer y el río aparecía desierto. Las gabarras renegridas tensaban sus amarras en la corriente y la marea viva liberaba suavemente las pequeñas balandras del fango en el que descansaban. Del agua surgía una bruma que avanzaba hacia el interior, entre almacenes a oscuras y sobre el abandonado Millennium Dome, atravesando páramos solitarios y extraños paisajes de aspecto lunar hasta disiparse entre la maquinaria fantasmal de un depósito de áridos medio en ruinas situado a unos cuatrocientos metros tierra adentro.
Un repentino barrido de faros: un coche de policía entraba en la vía de servicio lanzando silenciosos destellos azules. Momentos después se le unieron un segundo y un tercer coche. Durante los veinte minutos siguientes continuó llegando más policía: ocho coches patrulla, dos Ford Sierra camuflados y la furgoneta Ford Transit blanca del equipo de fotografía forense. Se estableció un control de seguridad al principio de la vía de servicio y se ordenó a los agentes uniformados que cerraran el acceso desde el río. El primer oficial del CID en llegar al lugar se puso en contacto con la centralita de Croydon para solicitar los números de los busca de los miembros de la AMIP, unidad de la policía metropolitana del Gran Londres, formada por investigadores expertos, encargada de prestar ayuda a los detectives del CID en las pesquisas de los delitos importantes. A unos ocho kilómetros, el inspector Jack  Caffery, asignado al Grupo B de la AMIP, despertó en su cama.
Caffery permaneció tumbado, parpadeando en la oscuridad, mientras ordenaba sus pensamientos y combatía el impulso de darse la vuelta y volverse a dormir. Tras una profunda inspiración, hizo el esfuerzo de salir de la cama, se dirigió al baño para echarse agua en la cara –no más Glenmorangies durante la semana de guardia, Jack, júralo, júralo ahora– y se vistió, sin muchas prisas: mejor llegar completamente despierto y sereno, ahora la corbata, un detalle subestimado –a los del CID no les gusta que llamemos la atención más que ellos–, el busca, y café, cantidad de café instantáneo, con azúcar pero sin leche, nada de leche –y sobre todo no comas, nunca se sabe lo que te vas a encontrar–. Se tomó dos tazas de café, cogió las llaves del coche del bolsillo de los vaqueros y, espabilado por la cafeína, con un cigarrillo liado entre los dientes, condujo por las desiertas calles de Greenwich hasta la escena del crimen. Allí su superior, el superintendente Steve Maddox, un tipo de baja estatura y prematuramente cano, impecable como siempre con un traje color pardo, le esperaba fuera del depósito, caminando de acá para allá bajo una farola solitaria mientras jugueteaba con las llaves del coche y se mordía el labio.

MÚSICA DE CÁMARA


Premio Biblioteca Breve 2013, para una novela coral que comienza prometedoramente con un verso de Don Antonio Machado "Estos días azules y este sol de la infancia", y toda la novela es una evocación, una narración melancólica en busca de la felicidad perdida o nunca alcanzada.
Cuatro personajes narran una historia en dos partes, 1949-1950 historia de exilio, postguerra, humillación y triunfo. 1984... historia de reconstrucción. Y como fondo una historia de amor imposible, una historia de Romeo (Javier) y Julieta (Arcadia), catalanes ambos, de familias mucho más alejadas que los Montesco y Capuleto en su momento. Escrita con exquisita prosa poética la historia de Javier y Arcadia es la de nuestro país en los últimos 60 y, digo bien, porque lo ocurrido desde el final de la guerra hasta el principio de la transición continua sojuzgando nuestra vida en el 2014. En un párrafo demoledor podemos leer, hablando de Cataluña en los años 50: "La corrupción legalizada pasa de padres a hijos y de éstos pasará a los nietos y no tendrá fin porque no sólo no hay respuesta judicial y oficial a ello, sino que se ha constituido en una manera de sobrevivir, de medrar y de gobernar....."
Una novela cuya primera parte es mucho más interesante y "redonda" que la segunda, en la que hay un intento de "rematar" un poco forzado; pero que, en resumen, se lee con agrado.
Me quedo con otra cita de la novela, y os dejo con ella:
"Non c'è cosa più amara che l'alba di un giorno/ in cui nulla accadrá. Non c'è cosa piú amara/ che l'inutilità....."
"No hay cosa más amarga que el alba de un día/ en que nada sucederá. No hay cosa más amarga/ que la inutilidad..."
Lo steddazzu (Cesare Pavese)

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
Premio Biblioteca Breve 2013.
La historia del amor de dos jóvenes en los años cincuenta que pertenecen a mundos no sólo distintos, sino contrarios. Y es, también, la historia del reencuentro entre los dos amantes, en el otoño de 1984, durante una larga noche en la que se adentran en una turbadora y lúcida reflexión sobre los años transcurridos.
Acompañada por su tía Inés, una viola y una maleta llena de recuerdos, Arcadia vuelve a Barcelona en 1949. Hija de republicanos exiliados en Francia, se refugia en su pasión por la música para sobrevivir en el ambiente opresivo de la posguerra. Un día conoce a Javier, un prometedor estudiante de derecho que pronto se convertirá en el centro de su vida. Con todo pueden y a todos se enfrentan para llevar adelante su relación, hasta que la personalidad libre y rebelde de Arcadia se convierte en un estigma social que sella sus destinos.
Una novela evocadora y reflexiva a un tiempo, en la que los sentimientos se entrecruzan con las circunstancias sociales, y la vida misma respira con una autenticidad extraordinaria, alzando en cada párrafo un canto a la verdad y a la libertad.
Una novela de ambientación barcelonesa. Desde 1949 hasta los años ochenta, Música de cámara, muestra también la transformación de la ciudad.
El papel de la mujer en los años 50, la transición, ¿qué ocurrió realmente en los despachos de quienes llevaron adelante el pacto democrático? ¿Pudo haberse hecho de otra manera?
«Una poderosa historia de amor que denota un excelente oficio en la elaboración del personaje femenino protagonista y de las diversas voces que lo acompañan.
La novela logra una extraordinaria recreación de la atmósfera de la posguerra y del mundo de los represaliados, y cuestiona de forma implacable y sobrecogedora a la sociedad catalana burguesa de la época y las ambigüedades y claudicaciones de la Transición. Un libro llamado a ocupar un lugar muy destacado en nuestra narrativa contemporánea...»,
Jurado del Premio Biblioteca Breve 2013

José Manuel Caballero Bonald
Pere Gimferrer
José María Guelbenzu
Elena Ramírez
Clara Usón

Música de Cámara (fragmento)

ESTOS DÍAS AZULESEstos días azules y este sol de la infancia. ANTONIO MACHADO

Aquí termina tu exilio, habría dicho mi padre si aquel día lluvioso de abril me hubiera acompañado a la estación. Habría subido conmigo al tren y después de dejar mi maleta en la redecilla del compartimiento y de comprobar que mi billete correspondía al asiento vacío junto a la ventana en la dirección de la marcha me habría levantado el cuello del abrigo para que no cogiera frío, habría descendido del vagón dejándome en la plataforma y se habría situado en el andén adquiriendo un aire mayestático, con el sombrero puesto y los guantes cubriéndole las manos enlazadas en la cintura. Sólo entonces habría pronunciado esas palabras sobre el exilio preparadas y pensadas durante muchos días y muchas noches como si ese breve golpe de trascendencia al que tan aficionado era aunque no recurriera a él más que en las grandes ocasiones pudiera condensar el ansia inalcanzable de su dolorido corazón. Y aprovechando los minutos previos a la leve sacudida que anuncia la partida del convoy habría fijado sus ojos en los míos convencido de que con esa tenue corriente de comunicación yo sería capaz de revivir aquel momento todos los días de mi vida.
Pero mi padre no había ido a la estación de Toulouse a despedirme ni yo de haber podido mantener su mirada cargada de emoción habría comprendido lo que suponía para él acabar con el exilio. A mis doce años el exilio como la vejez era una curiosa situación en la que se encontraban las personas mayores, muy mayores, como mis padres, que habían vivido sumergidos en él, siempre hablaban de él y suspiraban por que un día la frase que mi padre me habría dicho en la estación de haberme acompañado se la hubieran podido dedicar el uno al otro. Para mí en cambio era poco más que el telón de fondo de nuestra vida familiar.

EL ARTE DE LA DEFENSA


«Pura diversión, se lee sin ningún esfuerzo. » John Irving
Esta es una recomendación por la cual merece la pena, ya, leer esta novela, pero......
"Chad Harbach recurre al béisbol como símbolo del sueño americano y dialoga con el mundo de Moby Dick". Armando Capalbo
Esta recomendación, si no eres aficionado (o conocedor) del béisbol te desanima profundamente......
Aun así os recomiendo esta novela, ópera prima de Chad Harbach, que hunde sus raíces en la sociedad americana y la "destripa" a través de cinco personajes cuyas vidas se cruzan y entrecruzan en el Medio Oeste, Universidad de Westish y campos de béisbol de la liga universitaria.
En El Arte de la Defensa, el autor despliega una panoplia de personalidades que van de la adolescencia a la madurez, del estudiante al decano, pasando por el deportista sin dinero, la hija rebelde y el joven homosexual; todas sus historias convergen en Westish y ellos nunca volverán a ser los mismos. Coincido con John Irving, pura diversión y calidad literaria a raudales, me ha gustado mucho y eso que no entiendo nada de béisbol.....¡¡¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Con esta historia sobre la amistad y la madurez, envuelta en cierto aire de melancolía, Salamandra presenta en lengua española un escritor con un talento verdaderamente excepcional. Chad Harbach ha sido protagonista de uno de los debuts más resonantes en el panorama literario estadounidense. Elogiada con igual ardor por Jonathan Franzen y John Irving, por The New Yorker y la revista de Oprah Winfrey, la novela fue incluida por el New York Times entre las diez mejores obras de ficción de 2011. Desde entonces, mientras su libro se mantiene en las listas de los más vendidos y se publica en más de quince idiomas, el prestigio de este joven autor no ha hecho más que aumentar. Un acontecimiento fortuito es el nexo que une las vidas de cinco personas. Henry Skrimshander, un talentoso jugador de béisbol, llega a una pequeña universidad con una misión: rescatar al equipo de otra desastrosa temporada. La buena estrella del joven deslumbra a los entendidos y lleva al equipo a los mejores resultados de su historia. Sin embargo, un lanzamiento fallido, que Henry ha realizado con éxito millares de veces, tendrá consecuencias devastadoras para él y quienes lo rodean. Extrañas simetrías, giros inesperados de la fortuna y pruebas del delicado equilibrio entre la voluntad individual y el azar sirven a Chad Harbach para pintar un adictivo retrato de la América contemporánea, trazado con un conmovedor realismo psicológico. Harbach tiene el don de escribir con emoción sin caer en el sentimentalismo, y de crear con humor personajes que conquistan la mente y el corazón del lector.

El arte de la defensa (fragmento)

1Schwartz no se fijó en el chico durante el partido. Mejor dicho, únicamente se fijó en lo mismo que todo el mundo: que era el jugador más enclenque y escuálido del campo, una auténtica novedad en un parador en corto, rápido de pies pero flojo con el bate. Sólo después del partido advirtió la elegancia que acompañaba sus movimientos, cuando el chico, Henry, volvió al diamante abrasado por el sol para atrapar unas bolas rasantes más.
Era el segundo domingo de agosto, en el verano anterior al segundo curso de Schwartz en el Westish College, ese pequeño centro universitario situado junto al pulgar del guante de béisbol que es Wisconsin. Había pasado el verano en Chicago, su ciudad natal, y en las competiciones estivales promovidas por la Legión Americana su equipo acababa de derrotar a un puñado de campesinos de Dakota del Sur en las semifinales de un torneo sin nombre. El escaso público, unas decenas de personas desperdigadas por las gradas, aplaudió sin demasiado entusiasmo cuando el último jugador quedó eliminado. Schwartz, debilitado a lo largo del día por los calambres que le causaba el calor, lanzó al suelo la máscara de receptor y dio unos pasos vacilantes hacia la caseta. Mareado, desistió, se dejó caer en tierra y apoyó la dolorida espalda contra la alambrada. Aunque ya atardecía, el sol seguía brillando inclemente. Desde el viernes por la noche, había jugado cinco partidos, asándose como un escarabajo bajo su negro equipo de receptor.
Sus compañeros lanzaron los guantes a la caseta y fueron al quiosco de bebidas.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

NOS VEMOS ALLÁ ARRIBA

Primera entrega de la Trilogía Los hijos del desastre.


Si hay algún momento propicio para leer "Nos vemos allá arriba" de Pierre Lemaitre, ese es este final de Julio, principio de Agosto de 2014 en el que se cumple el 100 aniversario del comienzo de la Primera Guerra Mundial (28 de Julio de 1914).
No esperéis, sin embargo, una novela de guerra en el sentido clásico; más bien la guerra lo ocupa todo aunque la mayor parte de la historia transcurre tras el armisticio.
Es una novela narrada con una delicada brutalidad sobre las consecuencias de la guerra: físicas, psíquicas, morales, estructurales, ambientales y vitales. La destrucción o reconstrucción, según se mire, de un modo de vida, de una generación y de un país (la novela transcurre en Francia) aunque se adivinan todos los países y sus habitantes en la piel de los personajes.
Me ha gustado muchísimo y creo que confirma que el Goncourt es un "vivero" de grandes autores.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 19 de Noviembre de 2014.
Con este libro voy a ser muy breve y muy concreto:
Espectacular.


Sinopsis (Ed. Salamandra)
Galardonada con el Premio Goncourt, ensalzada por los críticos y convertida en un auténtico fenómeno editorial en Francia —donde ya ha superado el medio millón de ejemplares vendidos—, esta novela es un emocionante canto a la capacidad de superación del ser humano y, a la vez, un fresco y atrevido retrato de una sociedad descompuesta por uno de los más crueles inventos del hombre: la guerra.
En noviembre de 1918, tan sólo unos días antes del armisticio, el teniente d’Aulnay-Pradelle ordena una absurda ofensiva que culminará con los soldados Albert Maillard y Édouard Péricourt gravemente heridos, en un confuso y dramático incidente que ligará sus destinos inexorablemente. Édouard, de familia adinerada y con un talento excepcional para el dibujo, ha sufrido una horrible mutilación y se niega a reencontrarse con su padre  y su hermana. Albert, de origen humilde y carácter pusilánime, concilia el sueño abrazado a una cabeza de caballo de cartón y está dispuesto a lo indecible con tal de compensar a Édouard, a quien debe la vida. Y Pradelle, aristócrata venido a menos, cínico y mujeriego, está obsesionado con recuperar su estatus social. De regreso en París, los tres excombatientes se rebelarán contra una realidad que los condena a la miseria y al olvido. Así, Édouard pergeña una ingeniosísima estafa con el fin de vengarse de su progenitor, que siempre lo repudió por su sensibilidad y sus habilidades artísticas. De paso quiere ayudar al fiel Albert, cuyo prurito es huir a las antípodas para olvidar a Cécile, su amor perdido. Aunque tal vez el más ambicioso sea Pradelle, que sacudirá la conciencia de Francia entera mediante una monumental operación delictiva concebida para amasar una rápida fortuna. Los escollos son considerables, pero la voluntad de los tres parece infinita.
En una brillante fusión de literatura popular y alta literatura, Pierre Lemaitre ha creado una trepidante historia que progresa al ritmo de una trama detectivesca. Integrando con maestría elementos de géneros tan diversos como el relato de aventuras, el drama psicológico, la crónica social y política y el alegato antibélico, la narración es un derroche de humor, rabia y compasión que sin duda cautivará a todo tipo de lectores.

Nos vemos allá arriba (fragmento)"A Albert tampoco le gustaba aquel pelo negro tan ensortijado por todas partes, incluso con mechones que le brotaban del cuello bajo la manzana de Adán. Seguramente, en tiempos de paz se debería afeitar varias veces al día para no despertar sospechas. Aunque es cierto que existían mujeres de aspecto viril, feroz, masculino, vagamente español. Incluso sin mencionar a la propia Cécile, Albert no era capaz de soportar al teniente Pradelle. Desconfiaba. Porque amaba el peligro. Le encantaba todo lo relacionado con el ataque, el asalto y la conquista. Desde hacía algún tiempo, de hecho, parecía menos atractivo de lo habitual. Era evidente que la posibilidad de un armisticio ofendía su fervor patriótico. La idea del fin de la guerra arruinaría al teniente Pradelle.
Manifestaba con impaciencia sus inquietudes. La falta de entusiasmo de los soldados lo exasperaba. Cuando caminaba entre las trincheras y se dirigía a los hombres, dotaba a su discurso de tanto entusiasmo como era capaz, evocando la necesidad de un último golpe de gracia al enemigo, la respuesta de su soldada, apenas un leve gruñido, mientras sentían el peso su nariz punzante sobre sus botas. No se trataba sólo del miedo a la muerte, sino de la idea de morir ahora. Morir el último, se dijo Albert, no es como morir el primero. "


#LIBROS 


DIARIO DE UNA DAMA DE PROVINCIAS


Duda, básicamente retórica: ¿Por qué la gente dice tantas veces de las mujeres casadas, con hijos y sin profesión que llevamos una vida <<desahogada>>? No encuentro respuesta" (fragmento del Diario de una dama de provincias)
Si lo british te gusta, léelo; si quieres una lectura ligera con un toque irónico, en ocasiones sarcástico, léelo; si te gustan las historias femeninas con un toque feminista, léelo¡¡¡
En resumen he disfrutado un par de días con esta colección de historias que su autora publicaba en el Time and Tide, por entregas, durante los años 30.
Deliciosamente decadente¡¡

Sinopsis (Ed. Libros del Asteroide)
La dama de provincias vive en una preciosa casa de campo, tiene dos hijos encantadores y un marido que, cuando está con ella, acostumbra a dormitar tras las páginas del Times. Lleva un diario que le sirve para poner un poco de distancia con las cosas que le suceden; en él escribe sobre sus esfuerzos para equilibrar la economía familiar y lidiar con su temperamental cocinera y la sensible institutriz francesa de sus hijos; así como sobre su lucha constante por mantener a raya a su engreída vecina, Lady B., y sus denodados esfuerzos por estar siempre a la altura de las circunstancias.
Con el relato cotidiano de las desventuras de su protagonista, de sus agobios y preocupaciones, de sus pequeños triunfos, E. M. Delafield ha creado un vivísimo e inolvidable personaje con el que se identificará cualquier lector que se haya sentido alguna vez sobrepasado por los quehaceres del día a día.
Publicado por primera vez de forma seriada en una revista de los años treinta y recogido después en forma de libro, Diario de una dama de provincias es un hilarante retrato de la clase alta británica y una de las más divertidas novelas de la literatura inglesa del XX.

Diario de una dama de provincias (fragmento)

7 de noviembre. Planto los bulbos de interior. Cuando llevo cerca de la mitad, aparece lady Boxe. Digo que estoy encantada de verla, aunque no es verdad, y le pido que se siente mientras acabo. Lady B. hace un decidido intento de sentarse en una butaca en la que he dejado dos cuencos con bulbos y la bolsa de carbón vegetal, pero lo ataja justo a tiempo y se instala en el sofá. ¿No sabía que es muy tarde para los bulbos de interior?, me pregunta. La época ideal es septiembre, o incluso octubre.
¿No sabía que la única empresa fiable para los jacintos es la de no sé quién en Haarlem? El nombre, en holandés, se me escapa, y contesto que ya lo sabía, pero que considero mi deber comprar productos del Imperio. En ese momento tengo la sensación, y la sigo teniendo, de que es una respuesta excelente. Por desgracia, al cabo de un rato Vicky entra en el salón y airea mi desliz con los yanquis: «Anda, mamá, ¿no son esos los bulbos que compramos en Woolworths?».
Lady B. se queda a tomar el té. (Recordatorio: Rebanadas de pan con mantequilla demasiado gruesas. Hablar con Ethel.) Hablamos un poco más sobre los bulbos, de la pintura de la escuela holandesa, de la mujer de nuestro párroco, de la ciática y de Sin novedad en el frente.
(Duda: ¿Es posible cultivar el arte de la conversación cuando se vive todo el año en el campo?) Lady B. pregunta por los chicos. Le digo que Robin —a quien me refiero con indiferencia como «el niño» para que no piense que me tiene loquita— va bastante bien en el colegio, y que, según Mademoiselle, Vicky está pillando un resfriado.

LA IRA DE LOS ÁNGELES


Decimoprimera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Charlie Parker, investigador privado y personaje oscuro, donde los haya.

"En las profundidades de los bosques de Maine se descubren los restos de un avión siniestrado. No hay cadáveres. Nunca se informó de la desaparición de dicho avión." (The Wrath of Angels, 2012).
Termino ahora mismo más de 400 páginas de novela negra-terrorífica-sobrenatural, protagonizada por uno de mis detectives favoritos, el atormentado Charlie "Bird" Parker, muy sobrenatural es esta última entrega, en ella se retoma la trama y algunos personajes de El Ángel Negro.
He añorado un poco más de vida personal de Parker y sus inseparables compañeros-protectores, Louis y Ángel pero, como siempre, he disfrutado de la prosa delirante de este escritor irlandés que borda este género propio de una forma casi impecable, en ocasiones le sobran algunas páginas, pero también eso se lo perdono.
Desde luego estas novelas oscuras son más de invierno que de verano, pero "la ocasión hace al lector"¡¡¡¡
Para aficionad@s, fieles e iniciados es perfecta, para l@s que no conocen al escritor y su protagonista, recomiendo empezar por la primera novela de la serie Todo lo que muere (Every Dead Thing, 1999).

Sinopsis (Ed. Tusquets)
En las profundidades de los bosques de Maine se descubren los restos de un avión siniestrado. No hay cadáveres. Nunca se informó de la desaparición de dicho avión. Pero hombres de toda laya lo buscaban desde hacía mucho tiempo. Lo que esconden los restos del aparato es algo más importante que el dinero: es una lista de nombres, crucial en el combate contra las fuerzas de las tinieblas. La lucha por obtener esa lista atrae al detective Charlie Parker. También capta la atención de otros: una mujer hermosa, de cara marcada, con afición a matar; un niño callado que recuerda su propia muerte; y el asesino en serie conocido como el Coleccionista, que busca nuevos corderos para sus sacrificios. Pero a medida que las fuerzas rivales se abaten sobre el lugar, el bosque se prepara para recibirlos, ya que en su espesura oculta otros secretos. Alguien sobrevivió al accidente. Sí, alguien sobrevivió. Y está esperando…


La ira de los ángeles (fragmento)

1"En el momento de morir, cuando le llegó el día y la hora, Harlan Vetters emplazó a su hijo y a su hija junto a su lecho. El cabello largo y gris del anciano, resplandeciente por efecto de la luz de la lámpara, se esparcía sobre la almohada como si fueran las emanaciones de su espíritu ya a punto de partir. Tenía la respiración anhelante; las pausas entre aspiración y exhalación eran cada vez más largas, y pronto cesarían por completo. El ocaso se imponía lentamente, pero por la ventana del dormitorio se veían aún los árboles, los centinelas de los Grandes Bosques del Norte, porque el viejo Harlan siempre decía que vivía en la mismísima frontera, que su casa era el último lugar antes de los dominios del bosque.
Ahora tenía la impresión de que, al flaquear sus fuerzas, también se debilitaba su capacidad para mantener la naturaleza a raya. En el jardín crecían hierbajos, y zarzas entre los rosales. El césped, muy descuidado, presentaba un aspecto desigual: era necesario cortarlo una última vez antes de la llegada del invierno. Lo mismo ocurría con el amago de barba que tenía en el mentón y que le raspaba molestamente los dedos, porque su hija no era capaz de afeitarlo tan bien como se afeitaba él antes. Las hojas caídas permanecían sin recoger, como las escamas de piel seca que se desprendían de sus manos, sus labios y su cara, desparramándose por las sábanas. Veía declive más allá de la ventana, y declive en su espejo, pero sólo uno de ellos albergaba la promesa de renacer.
Su hija afirmaba que ella ya tenía preocupaciones de sobra para encima andar pensando en árboles y arbustos, y su hijo, todavía resentido, se negaba a realizar siquiera esa sencilla tarea por su padre moribundo, pero para Harlan esos detalles eran importantes. Había que librar una batalla, una guerra de desgaste permanente contra el impulso erosivo de la naturaleza. Si todo el mundo pensara como su hija, las casas sucumbirían ante el avance de las raíces y la hiedra, y los pueblos desaparecerían bajo mares de color marrón y verde. En ese condado bastaba con abrir los ojos para ver los escombros de antiguas viviendas asfixiadas por la vegetación, o abrir los oídos para escuchar los nombres de poblados que ya no existían, perdidos a saber dónde en la espesura del bosque.
Era necesario, pues, mantener la naturaleza a raya y circunscribir los árboles a su territorio.
Los árboles, y lo que habitaba entre ellos."

martes, 26 de septiembre de 2017

MR. GWYN


"...Paseando por Regent's Park Mr. Gwyn decidió que lo que había hecho hasta entonces para ganarse la vida ya no era adecuado para el. Por tanto envió a The Guardian un artículo con un listado de 52 cosas que ya no volvería a hacer; la primera era escribir artículos para The Guardian y la última escribir libros......"
De esta forma (resumida) comienza el penúltimo libro publicado por Alessandro Baricco, todos aquellos que busquen un argumento contundente, consistente y real, absténganse de leer Mr. Gwyn. Dicho esto, todos aquellos que leen por el simple placer de sentir hermosas frases, palabras escogidas con amor, ideas nuevas y/o originales sin mucho propósito pero con gran sentido estético; tienen aquí su libro.
Un libro corto, apenas 100 páginas, escrito con una imaginación desbordante y no tanto talento como es necesario para canalizar esta gran imaginación.
La ventaja, se lee pronto, el inconveniente aporta poco excepto la belleza onírica de su prosa, que no es poco.
Desde la cita que lo inaugura "Tout commence par une interruption" de Paul Valéry todo augura inconsistente belleza y así es¡¡¡

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Jasper Gwyn es escritor, vive en Londres y, verosímilmente, es un hombre que ama la vida. De repente, tiene ganas de parar de escribir, aunque la suya no es la crisis que aflige a los escritores sin inspiración, él parece querer cambiar de perspectiva, llegar hasta el meollo de cierta magia. Le sirve de apoyo, de cómplice, una muchacha que va recogiendo lo que progresivamente va siendo el misterio de Mr Gwyn. Baricco entra en las simetrías secretas de este misterio con el paso seguro y resuelto de quien conoce y ama los senderos que recorre, y el resultado es una joya literaria.

Mr. Gwyn (fragmento)
"Si Jasper Gwyn tuviera que decir cuándo empezó a pensar que había una solución, probablemente mencionaría cierto día en que ella se había puesto, en un momento determinado, la camisa, y no era una forma de echarse atrás con respecto a una decisión suya, sino de ir hacia adelante, más allá de lo que había decidido. La tuvo puesta un rato, desabrochada por delante —jugaba con los puños. Entonces hubo algo en ella que se desplazó, de una manera que podría definirse como lateral, y Jasper Gwyn sintió, por primera vez, que Rebecca le estaba dejando entrever su propio retrato.
Esa noche salió a caminar por las calles y lo hizo durante horas, sin notar cansancio. Se fijó en que había lavanderías que no cerraban nunca, y constató ese detalle con cierta satisfacción.
Ya ni siquiera la veía gorda, o bella, y todo cuanto hubiera pensado o advertido sobre ella, antes de entrar en aquel estudio, se había disuelto por completo, o nunca había existido. Como tampoco le parecía que allí dentro el tiempo pasara, sino más bien que se desarrollaba un único instante, siempre idéntico a sí mismo. Empezaba a reconocer, de tanto en tanto, pasajes del loop de David Barber, y ese periódico volver a pasar, siempre iguales, otorgada a toda forma de transcurrir una inmovilidad poética frente a la que el acaecer del mundo, fuera de allí, perdía cualquier encanto. Que todo adquiriera forma en una única luz inmóvil de tono infantil era algo de una delicia infinita. Los olores del estudio, el polvo que iba posándose sobre las cosas, la suciedad a la que nadie oponía resistencia —todo ofrecía la impresión de un animal aletargado, que respiraba lentamente, apenas visible. A la señora del fular impermeable, que pedía explicaciones, Jasper Gwyn llegó a explicarle que había algo hipnótico en todo aquello, afín a los efectos de una droga. Yo no exageraría tanto, dijo la anciana. Y le recordó que, en el fondo, se trataba de un trabajo, su trabajo como copista. Mejor piense usted en hacer algo que sea bueno, añadió, si no, me voy derechita a buscar a mis estudiantes. "


LA DETECTIVE MIOPE


La vida de Irene Ricart es una tragedia, a las pérdidas personales que ha sufrido recientemente se suman las secuelas, pierde vista a un ritmo escalofriante, las dioptrías se le multiplican de tal forma que no tiene tiempo a gastar las lentillas y las gafas (es el sueño de cualquier óptica del mundo), mientras tanto trata de resolver casos detectivescos (cinco por lo menos) con la máxima siguiente...:
"¿Sabes que entre tu y cualquier persona en el mundo hay como mucho seis grados de separación?" Novela que aparentemente bebe de las fuentes de la negra-clásica pero trata de ser original a toda costa y para ello "diseña" personajes imposibles y una trama que cojea por todas partes. Como es corta se lee rápido y como no precisa concentración por la ausencia de complejidad, vale perfectamente para la playa.
Palomitas playeras (que diría Ricardo Cortat) de calidad discreta.
Dice la autora que "se lo ha pasado bárbaro escribiendo esta novela", quizás debería cambiar sus prioridades....es una sugerencia.

Sinopsis (Ed. DEBOLSILLO)
Irene Ricart ha perdido al marido, la hija, la cordura y, casi casi, la vista. Y aun así se toma la vida con un característico humor que la ayuda a seguir viva, a aguantar el tiempo necesario para encontrar al asesino de su familia. Sabe cómo, lo ha leído en la portada de una revista cuyo titular parece una revelación: «¿Sabes que entre tú y cualquier persona en el mundo hay como mucho seis grados de separación?». Y así es: solo tiene que encontrar la relación con las personas que la separan de quien acabó con la vida de sus dos seres queridos.

La detective miope (fragmento)

1

TARJETA DE VISITA
"Muchos detectives privados son ex policías. Yo no. Yo soy viuda de un policía. Y detective privada.
Trabajo para la agencia Detectives Marín, a cuyo frente se encuentra su fundador, Miguel Marín Caballero, mi jefe.
Marín me contrató de inmediato después de nuestra primera entrevista. Cuando digo de inmediato quiero decir tras hablar conmigo poco más de una hora.
Era mi segunda entrevista ese día. Por la mañana, el director de la agencia Argos me había despachado a los pocos minutos. Creo que en realidad me había invitado sólo para echarme un vistazo, tal vez para ver si se me notaba algo. No sabría decir qué; pero por lo visto lo decepcioné. Me devolvió el currículum con una mezcla de conmiseración e impaciencia.
—No se haga muchas ilusiones.
¿Por qué no? Tenía ganas de trabajar, tenía experiencia, tenía buenas referencias. Excelentes las del jefe de mi agencia anterior, que con ellas se lavaba el cargo de conciencia por no contratarme a mi regreso.
—Tu sustituto es muy bueno, Irene.
—Yo también.
—Compréndelo. Lleva más de medio año con nosotros y se ha integrado muy bien en la plantilla.
Yo llevaba más de ocho años en la agencia y me consideraba parte de la plantilla. Pero nadie vino a reclamar mi vuelta. No era nada personal, supongo. Simplemente no sabían cómo tratar conmigo.
La entrevista con Marín era, pues, la segunda de ese día. De ese día y en total. Y la última, también en total. Las otras agencias a las que había escrito no se habían molestado en responderme.
Repasó ante mí el currículum que le había enviado.
—Me parece todo excelente, señora Ricart. Justo lo que andaba buscando."

EL MÉTODO DEL COCODRILO


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Giuseppe Lojacono,  inspector de policía en Nápoles.
Atención¡¡¡¡ Ricardo Cortat, Nuria Moragues, Noelia Vallina......y otr@s apasionados de la negra-mediterránea (entendida como la producida en el sur de Europa), aun no habíamos terminado de "cogerle el punto" al intenso comisario Ricciardi y......., Maurizio de Giovanni nos sorprende con un nuevo personaje y una nueva serie de novelas, cuyo ambiente se refleja en este párrafo:
"...Esto es Nápoles como nunca se había visto antes. Una ciudad caótica cuyos callejones arrojan sombras y ecos de pasos inciertos....."
Giuseppe Lojacono es un policía siciliano que ha sido desterrado a Nápoles, sus problemas personales y su carácter enigmático no le granjean, precisamente, simpatías en su nuevo destino en el que su único amigo (desterrado como el) le apoda "Montalbano", una novela en el Nápoles contemporáneo, que tiene posibilidades de cuajar un nuevo protagonista para la novela negra del sur de Europa.
Recomendable¡¡

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 12 de Febrero de 2015.
De Giovanni pasa del Nápoles fascista al actual pero el ambiente, las personas, las maldades cambian poco. Los mismos perros con distintos collares. Lo salva la historia pero debería cambiar el decorado porque corre el riesgo de encasillarse.
Leed la reseña completa en el siguiente enlace:
https://www.evernote.com/shard/s67/sh/b8898ec4-daeb-44bd-91ae-3855a6ee4568/e85efd4558cdd66221fcc03059c5d80e

Sinopsis (Ed. Literatura Random House)
La historia de un inspector, unos misteriosos asesinatos y la corrupción de la policía y la mafia en Italia. Un nuevo capítulo en la eterna lucha entre el bien y el mal. M. de Giovanni, ya conocido por el publico por el personaje Ricciardi, crea un nuevo personaje, tenebroso y tremendamente humano, destinado a marcar el corazón de los lectores
Esto es Nápoles como nunca se había visto antes. Una ciudad caótica cuyos callejones arrojan sombras  y ecos de pasos inciertos. Los napolitanos viven absortos por sus preocupaciones cotidianas, de espaldas a la comunidad. En esta atmósfera un asesino puede cometer sus crímenes con bastante soltura, pasar desapercibido entre la multitud y volverse prácticamente invisible. Tres jóvenes que aparentemente no tienen nada en común aparecen muertos tras haber recibido un tiro mortal, a modo de ejecución. El inspector Giuseppe Lojacono acaba de ser transferido de Sicilia a Nápoles tras verse implicado en un turbio caso con la mafia. Arrastrado por su instinto y por circunstancias personales difíciles, se propone descubrir quién está detrás de los asesinatos. En su empeño se verá acompañado por la joven y atractiva magistrada Laura Piras, que ha oído hablar de la increíble habilidad de Lojacono, de su capacidad de observación y deducción.Las primeras investigaciones señalan a un asesino frio y metódico, que la prensa ha bautizado como"El Cocodrilo"porque, al igual que el reptil, es una máquina de matar perfecta y despiadada. Y al igual que el animal, cuando devora a sus propias víctimas, llora, pero las suyas son... lágrimas de cocodrilo. En el origen de estos asesinatos se descubrirá un dolo arraigado y ancestral, una culpa que no ha sido purgada y un amor que todo lo consume.

El método del cocodrilo (fragmento)

1

La Muerte entra por la vía tres a las ocho y catorce, con siete minutos de retraso.
Se confunde entre los viajeros, zarandeada por mochilas y bolsos, por carritos y maletas indiferentes a su frío aliento.
La Muerte camina vacilante, defendiéndose de las prisas ajenas. Ahora se encuentra en la gran sala de la estación, rodeada del griterío de los chicos y el olor a cucuruchos derretidos. Mira a su alrededor, con gesto rápido se seca una lágrima que se desliza por debajo de la lente izquierda, y el pañuelo vuelve al bolsillo superior de la chaqueta.
En medio de todas las tiendas nuevas, busca la salida para huir del ruido y del gentío. No reconoce el lugar, después de tantos años todo ha cambiado. Lo ha preparado todo punto por punto; la búsqueda de la salida será su único momento de vacilación.
Nadie la ve. Los ojos de un muchacho que fuma recostado en un pilar la recorren como si fuera transparente. Es una mirada clínica: nada llama la atención, los zapatos viejos y el traje pasado de moda dicen tan poco como las gafas fotocromáticas y la corbata oscura. Los ojos van más allá, se detienen en el bolso abierto de una señora que habla por el móvil y gesticula frenética. Nadie más ve a la Muerte cuando cruza insegura el vestíbulo de la estación.
Ya está fuera, al aire libre. Huele a humedad, a gas. Ha dejado de llover hace poco, la acera está embarrada y resbaladiza. Un rayo de sol se abre paso, la Muerte entrecierra los ojos ante el destello imprevisto y se seca otra lágrima. Mira a su alrededor y ve el aparcamiento de taxis, avanza arrastrando un poco los pies.
Se sube a un coche destartalado. Huele a humo rancio, el asiento está desfondado. Murmura la dirección al conductor, que la repite en voz alta para confirmarla, mientras arranca con una sacudida y se incorpora al tráfico sin ceder el paso. Nadie protesta.
La Muerte ha llegado a la ciudad.

LA BUENA REPUTACIÓN


"Todas las familias felices se parecen entre si; las infelices son desgraciadas cada una a su manera" (León Tolstoi).
Quizás la cita no es literal pero es totalmente real y en esta novela de Martínez de Pisón se demuestra de forma inequívoca que las familias infelices lo son, independientemente, de su origen, de su dinero, de su religión y de su forma de vida.
Esta novela, es la historia de tres generaciones de una familia de origen judío asentada en Melilla. Comienza en los años 50 y llega casi hasta los 90; la historia de la familia es parte de la historia de España y narra un aspecto desconocido de ella; como las familias judías españolas sobrevivieron a los sucesivos exilios y acabaron, muchas de ellas exiliándose de nuevo.
Esta es una familia infeliz, en la que todo está por descubrir, una familia cuyos principios hacen adivinar sus finales.
Me ha gustado.

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
Samuel y Mercedes contemplan con preocupación el futuro de sus dos hijas ante la inminente descolonización de Marruecos y el regreso de los españoles del Protectorado a la Península. Estamos en Melilla, son los años cincuenta y, en ese contexto de cambio e incertidumbre, el matrimonio decide viajar a Málaga para establecerse en una España que comienza a abrirse lentamente a la modernidad. De la mano de cinco miembros de una misma familia, esta saga recorre treinta años de nuestra historia y transita por ciudades como Melilla, Tetuán, Málaga, Zaragoza o Barcelona. Los deseos e ilusiones de Samuel y Mercedes, de sus hijas y de sus nietos se verán condicionados por secretos inconfesables en una vida que transcurre fugaz e inesperada.
La buena reputación es una novela sobre la herencia que recibimos del pasado y sobre el sentimiento de pertenencia, la necesidad de encontrar nuestro lugar en el mundo. Autor imprescindible de las letras españolas,
Ignacio Martínez de Pisón da vida en estas páginas a unos personajes inolvidables, en un retrato nítido y veraz de la vida cotidiana y el devenir de una familia. Una lectura
maravillosa a la que uno desea volver porque en ella vemos reflejadas nuestras propias vivencias y la nostalgia de aquellos momentos que se pierden en el recuerdo.

La buena reputación (fragmento)
"Con los preparativos fue recuperando el buen humor. Los contactos de Ramiro para alquilar apartamento tardaban en dar resultado, así que confiaron en una agencia de viajes que les consiguió una reserva para un hotel en primera línea de playa recién inaugurado, el Montemar. Ramiro se aseguró de que Miriam no se enterara del precio, lo que quería decir que no debía de ser precisamente barato. La esplendidez de su marido se le antojaba una prolongación de su capacidad natural para organizar las cosas. A su lado todo parecía fácil, como cuando era niña y sabía que, estando con su padre, nunca tendría que preocuparse por nada. El mundo a veces se le presentaba sencillo, ligero, armonioso, como un juego que se atuviera a unas reglas claras y precisas, y entonces todo cobraba un sentido especial y se incorporaba a una escala más amable, en la que lo arduo se volvía llevadero y lo llevadero gustoso. Que Daniel se pasara el día haciendo trastadas o que Elías estuviera desarrollando una leve cojera no tenían por qué amargarle la existencia, y lo mismo le ocurría con las intempestivas llamadas de sus padres o con el desapego de su hermana. La vida podía ser hermosa sin ser perfecta. Más aún: la vida podía ser hermosa en su imperfección. Cuando pasaba por una de esas fases de exaltación, hasta Ramiro le parecía bastante más atractivo de lo que en realidad era: no veía en él ni las piernas gordezuelas ni la tripita tirante ni los ojos más bien juntos, y sí las manos sin pelos y la nariz recta y la distinguida arruga de la frente. No, nunca diría que Ramiro era un hombre guapo pero, como esos retratistas que captan los mejores rasgos del modelo y esconden sus imperfecciones, sabía distinguir su expresión más noble o su sonrisa más favorecedora, y era así como tendía a representárselo. Pensaba Miriam que el amor estaba unido a la belleza: o nos enamoramos de lo que nos parece hermoso o aquello que amamos nos lo acaba pareciendo. La naturaleza, por otro lado, había repartido entre Daniel y Elías los rasgos de Ramiro con tan rara equidad que, sin parecerse entre ellos, se parecían los dos a su padre. Uno tenía su mentón y sus ojos y su manera de mover los brazos, el otro su nariz y su cuello y la forma de su cara. ¿Cómo explicarse la belleza de sus hijos (que ella consideraba indiscutible) sin apreciar al menos un germen de belleza también en su marido? Querer a Daniel y a Elías era querer en ellos a Ramiro y viceversa, y ahora Miriam empezaba a vislumbrar las dificultades de ser hija y madre a la vez: en cuanto fundabas tu propia familia, dejabas de pertenecer a tus padres para pertenecer a tus hijos. Si de nuevo volvía a ilusionarse con la idea de grabar un disco, era sobre todo por ellos: por los niños, por Ramiro. Eran ellos los que tenían que sentirse orgullosos de ella, y nada la animaba tanto como saber que contaba con su respaldo.
Sara salía de cuentas pocos días antes del viaje. Como el parto se preveía complicado, los médicos optaron por practicarle la cesárea, así que tuvo que permanecer ingresada durante más de una semana. Miriam iba por las tardes a visitarla y echarle una mano. La víspera del viaje, en cambio, acudió por la mañana. La recién nacida era una muñequita pelona de cara redonda y grandes mofletes. A Miriam le gustaba apoyársela en el pecho y pasear por la habitación dando saltitos. Sara hacía gestos de dolor cada vez que cambiaba de posición en la cama. "

LA FERIA DE LAS VANIDADES


Si hubiese sido escrito en nuestra época sería el culebrón del momento, La feria de las vanidades, es el retrato ácido de una sociedad, de una clase social o varias clases sociales y la demostración fehaciente de la perspicaz y afilada pluma de William Makepeace Thackeray (Calcuta, 18 de julio de 1811 - Londres, 24 de diciembre de 1863) novelista inglés del realismo.
Es tan moderna la novela que sus adaptaciones al cine han necesitado pocos retoques para expresar lo que el autor deseaba expresar.
Recomendable.

Sinopsis (Ed. Rialp)
Un clásico que nos revela los detalles y vericuetos de la sociedad inglesa de principios del siglo XIX. Los dos personajes femeninos -la apocada Amelia y la osada Becky- son parte de este gran escenario por el que desfilan criaturas tratadas con magistral ironía. Un fresco de enorme encanto y pasmosa veracidad, que traspasa los siglos.

La feria de las vanidades (fragmento)

LIBRO PRIMERO

1

"Chiswick Mall
Una espléndida mañana de junio, cuando el siglo actual acababa de empezar, una gran carroza tirada por un magnífico tronco de brillantes arreos, conducido por un robusto cochero de tricornio y peluca, llegó a una velocidad de cuatro millas por hora a la verja de hierro de la academia para señoritas de miss Pinkerton, en Chiswick Mall. Apenas se hubo detenido el carruaje ante el rótulo de pulido bronce de MISS PINKERTON, un criado negro que venía sentado en el pescante al lado del robusto cochero se apeó, desentumeció sus piernas zambas y, cuando hizo sonar la campanilla, una veintena de cabezas asomaban ya por las ventanas del suntuoso edificio de ladrillos. Solo un agudo observador hubiera reconocido la naricita encarnada de la bonachona miss Jemima Pinkerton por encima de las macetas de geranios que adornaban la ventana del salón.
—¡El coche de mistress Sedley, hermana! —anunció—. Sambo, el criado negro, acaba de llamar, y el cochero lleva un chaleco rojo flamante.
—¿Ya están terminados los preparativos necesarios para la marcha de miss Sedley, Jemima? —preguntó la majestuosa miss Pinkerton, la Semíramis de Hammersmith, la amiga del doctor Johnson, la que se escribía con la mismísima mistress Chapone.
—A las cuatro ya estaban levantadas las muchachas, arreglando los baúles, hermana —contestó miss Jemima—; le hemos hecho un gran ramo.
—Di un bouquet, Jemima; es más elegante.
—Bueno, un manojo tan grande como un montón de heno; he puesto en la maleta de Amelia dos botellas de agua de alhelí para mistress Sedley, con la fórmula para prepararla.
—Supongo, Jemima, que habrás sacado una copia de la cuenta de miss Sedley. ¡Ah! ¿Es esta? Perfecto: noventa y tres libras y cuatro chelines. Haz el favor de dirigirla a John Sedley, y timbrar esta carta que escribo a su señora.
Una carta autógrafa de su hermana era para miss Jemima objeto de tan honda veneración como si se hubiera tratado de la carta de una reina. Solo cuando las alumnas dejaban la escuela o estaban a punto de contraer matrimonio, o en casos excepcionales, como cuando la pobre miss Birch murió de escarlatina, se decidía miss Pinkerton a escribir a los padres de sus pupilas. Jemima estaba convencida de que, si algo podía consolar a mistress Birch por la pérdida de su hija, eran los piadosos y elocuentes términos en que miss Pinkerton le anunciaba la desgracia.
En el presente caso, la carta de miss Pinkerton era del tenor siguiente:
The Mall, Chiswick, 15 de junio de 18…
Señora:
Después de seis años de residencia en la Alameda, tengo el honor y la dicha de presentar a miss Amelia a sus padres como una señorita que puede ocupar dignamente el lugar que le corresponde en su culta y distinguida sociedad. Las virtudes que caracterizan a las jóvenes mujeres inglesas y los conocimientos que convienen a su nacimiento y posición no se echarán de menos en la amable miss Sedley, cuya aplicación y obediencia le han valido la estima de sus profesores, y cuya dulzura de carácter ha sido el encanto de sus compañeras, tanto de las de edad como de las jóvenes.
En música, en danza, en ortografía, en toda clase de bordados y labores de aguja, colmará los más profundos anhelos de sus amigos. En geografía deja mucho que desear, y el cuidadoso y regular uso de la cotilla, cuatro horas diarias durante los próximos tres años, es tan recomendable como necesario para adquirir ese porte y ese aire tan indispensables en todas las señoritas de buen tono."

domingo, 24 de septiembre de 2017

TODO LO QUE HAY


¿Una explicación muy rápida para los lectores que no han descubierto aún a James?
"¿Rápida? No, no sabría. Tendrán que leerlo para entenderlo, leerlo y descubrir la densidad de una página de Salter". Juan Milá (Ed. Salamandra)
Y eso mismo me pregunto yo ¿Cómo es posible que hasta ahora no haya leído nada de James Salter????? y no encuentro explicación, lo único que se me ocurre es que lleva 35 años sin publicar una novela (y una es mayor, pero......), bien dejemos las preguntas, porque nunca es tarde si la dicha es buena¡¡¡¡ Y he leído, en un tiempo record, esta novela de Salter la última, recién publicada, con toda la intensidad y la experiencia de 88 años de escritor vivo¡¡¡¡
Todo lo que hay, es realmente todo lo que hay que saber y todo lo que hay en la vida de Philip Bowman, un editor, un neoyorkino, un hombre.
Es la primera novela que leo de Salter y no será la última, lo garantizo¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Tres décadas después de la publicación de su anterior novela, la aparición de Todo lo que hay constituyó el acontecimiento literario del año en Estados Unidos. Ambientada en las décadas doradas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, en ella se dan cita los temas, inquietudes y pensamientos que han ocupado a Salter toda su vida, ese afán permanente por capturar los espacios íntimos, evanescentes, que todos albergamos y dejarlos grabados en tinta sobre papel.
Tras participar como joven oficial en las batallas navales de Okinawa, Philip Bowman vuelve a casa y, después de pasar por Harvard, consigue un empleo en una pequeña editorial de renombre en Nueva York. En esa época, la edición atañe a un puñado de editoriales en América y Europa que desarrollan su negocio en una frenética actividad social: cócteles, cenas, encuentros en apartamentos de leyenda y conversaciones que se alargan hasta altas horas de la madrugada. En esos ágapes mundanos donde se fraguan acuerdos furtivos y se deciden carreras literarias, Bowman se siente como pez en el agua. Sin embargo, pese a su éxito profesional y a sus infalibles dotes de seductor, el amor duradero parece eludirlo. Cuando finalmente conoce a una mujer que lo fascina, Bowman emprenderá un camino que nunca había pensado transitar.
La narración de Salter es un deslumbrante y en ocasiones devastador laberinto de amor y ambición, un retrato intimista de las conmociones y los placeres de estar vivo. El éxito comercial de esta obra cumbre —llegó a los primeros puestos del NYT— contribuirá sin duda a que un público mucho más amplio disfrute de la maestría narrativa de uno de los autores norteamericanos más importantes de su generación.

Todo lo que hay (fragmento)

1
Primeras luces
"Toda la oscura noche el agua se deslizó veloz.

Bajo la cubierta, tendidos de seis en seis sobre literas de hierro, yacían cientos de hombres callados, muchos de ellos boca arriba y con los ojos aún abiertos aunque se acercaba el alba. Las luces eran tenues, los motores palpitaban sin descanso y los ventiladores inyectaban aire húmedo; mil quinientos hombres con armas y macutos tan pesados que los habrían conducido directamente al fondo, como yunques arrojados al mar; una porción del formidable ejército que navegaba hacia Okinawa, la gran isla situada al sur de Japón. Pero Okinawa era en realidad Japón, pertenecía a esa madre patria desconocida y extraña. La guerra, que duraba ya tres años y medio, estaba llegando a su desenlace. Al cabo de media hora, los primeros grupos de hombres se pondrían en fila para el desayuno y comerían de pie, hombro con hombro, silenciosos, solemnes. El barco se deslizaba suavemente con un ruido sordo. El acero del casco crujía.
El frente del Pacífico no se parecía a los demás. Las distancias eran enormes. Durante días y días no había nada más que el vacío del mar y sitios con nombres extraños separados por miles de kilómetros. Fue una guerra de muchas islas arrebatadas una tras otra a los japoneses. Guadalcanal, que se convirtió en una leyenda. Las Salomón y su ranura, el estrecho de Nueva Georgia. Tarawa, donde las lanchas de desembarco encallaban en arrecifes alejados de la costa y los hombres caían abatidos por un fuego tan denso como un enjambre de abejas; el horror de las playas, cuerpos hinchados meciéndose entre la espuma de las olas batientes, los hijos de la nación, algunos de ellos hermosos."

DÍAS DE NEVADA


Creo que la primera novela que leí de Bernardo Atxaga fue Obabakoak y, aun, no siendo lo mío el género fantástico ya adiviné tras sus líneas al gran narrador que era y es; repetí con El hijo del acordeonista y mis sensaciones positivas se reforzaron, me pareció una gran obra en la línea de los grandes narradores de historias norteamericanos que me encantan (Auster, Roth, Faulkner....).
Atxaga hizo de mi una incondicional de su literatura y ahora llega Días de Nevada (Nevadako Egunak), que desde mi óptica lectora le consagra como uno de mis autores de cabecera.
Días de Nevada es un juego de palabras para relatar una año en Nevada (USA), un invierno en Nevada (USA) y toda una vida en Euskadi y en el mundo. ¿Qué pasa en la novela? preguntaréis, pues nada y todo, y de ahí su grandeza, su genialidad ¿Qué pasa en el Brooklyn de Auster? nada y todo......., pues eso.
Atxaga narra la vida sencillamente y con una emoción que no te deja parar de leer. Días de Nevada es, desde su título, una metáfora, la metáfora de la existencia engarzada profundamente con los padres, los hijos, los abuelos, los amigos, los amores.......
Me ha encantado¡¡¡¡ Y sólo tengo un reproche, ya que Atxaga es su propio traductor y en la novela hace gala de conocer todos los idiomas patrios, rectifique la errata en el título de la novela de Castelao que menciona varias veces, el título es Os vellos non deben namorarse.

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Esta es la historia de un escritor que viaja a Nevada, Estados Unidos, entre agosto de 2007 y junio de 2008, pero es también mucho más. Es un relato en el que lo vivido, el instante real, se mezcla con recuerdos, imágenes, sueños y evocaciones. En el que el paisaje árido y hostil del desierto y el horizonte verde, rojo y fucsia de los casinos de la ciudad de Reno, con su trama de luces brillantes y acristaladas, conducen una y otra vez al narrador —y al lector— a ese otro paisaje más íntimo, más personal del País Vasco.Días de Nevada es una historia hecha de historias, a modo de caja china, que nos muestra cómo cada experiencia que vivimos, cada vínculo creado entre las personas más allá de las distancias temporales y espaciales, cada emoción que nos impacta, cada amenaza que combatimos permanece indeleble. Y nos convierte en lo que somos.

Días de Nevada (fragmento)

«También yo quería entrar en el mundo real, y por un momento lo logré.
Los dos caballos salvajes que estaban frente al Chevrolet Avalanche se pusieron a girar como en un carrusel, y con ellos el de Cornélie, el caballo negro de Franquito y otros caballos que formaban parte de mi pasado. Pensé —solo por un momento, ya lo he dicho— que aquella era la imagen de mi vida, y que me sería fácil poner junto a los caballos, o en su lugar, criaturas humanas: la mujer que leía el Reader’s Digest, el hombre que en el hospital se sentía enjaulado como un mono, José Francisco, Didi, Adrián, L., yo mismo, Ángela, Izaskun, Sara... Una vuelta, dos vueltas, tres, cuatro, y así hasta que el carrusel se parase. Pero ¿Dónde estaba el centro? ¿Dónde el eje en torno al cual giraba todo?»