sábado, 5 de agosto de 2017

TODO CUANTO AMÉ


Ser la esposa de Paul Auster y escritora, debe ser una carga casi insoportable, intentar parecerse a el en las novelas, intencionadamente o no, es un imposible.
Esta es la segunda novela de Hustvedt que leo, y al igual que a la primera (El verano sin hombres) le sobran unas cuantas páginas, en este caso casi todas las dedicadas a extensas descripciones artísticas o deslavazadas descripciones científicas. Es indudable que Hustvedt escribe bien, es delicada en la construcción de los personajes y su prosa fluye agradablemente; las tramas de la novela están bien construidas y aceptablemente resueltas, pero.....en mi opinión dos defectos aquejan a esta escritora en general, y alguno más a esta novela en particular.
Los defectos generales son la excesiva extensión injustificada de algunos capítulos de sus novelas, tal pareciera que se las pagan a peso y el tono general depresivo, que contagia al lector hasta límites insospechados.
En cuanto a esta novela, la elección del narrador un historiador de arte de origen judío no acaba de cuajar, Hustvedt construye un personaje tan irreal que acaba "cabreando", toda la historia judía de las familias protagonistas parece calcada de alguna novela de su consorte sin la genialidad y el toque Auster, las relamidas descripciones de arte y medicina, podría habérselas evitado tranquilamente. Ahora dirán ustedes, no te ha gustado, pues la verdad es que si me ha gustado, es una buena novela y bien escrita, pero........Hustvedt no es Auster aunque sea su esposa y haría bien en evitar este tipo de tramas que su marido domina a la perfección.
¿Recomendable????, con reservas.

Todo cuanto amé (Fragmento)

Uno
"Ayer encontré las cartas de Violet a Bill. Su dueño las tenía escondidas entre las páginas de uno de sus libros, y al abrirlo cayeron al suelo. Hacía años que sabía de su existencia, pero ni él ni ella me habían hablado nunca de su contenido. Lo que sí me dijeron es que a los pocos minutos de leer la quinta y última carta, Bill cambió de opinión con respecto a su matrimonio con Lucille, salió del edificio de Greene Street y se dirigió directamente al apartamento de Violet en el East Village.
Yo, mientras las sostenía en la mano, percibí en ellas ese misterioso peso que tienen las cosas que se han visto hechizadas por historias relatadas y vueltas a relatar una y otra vez. Mi vista ya no es tan buena como antes, por lo que tardé largo rato en leerlas, pero al fin conseguí descifrar hasta la última palabra, y cuando terminé con ellas supe que iba a comenzar a escribir este libro hoy mismo.
«Allí, tumbada en el suelo del estudio —decía Violet en la cuarta misiva—, me dediqué a observarte mientras me pintabas. Me fijé en tus brazos y en tus hombros, y especialmente en tus manos mientras trabajabas en el lienzo. Hubiera querido que te volvieras hacia mí y te aproximaras y me frotaras la piel igual que frotabas la pintura. Quería que me oprimieras la carne con el pulgar del mismo modo que hacías con el cuadro, y pensé que si no me tocabas me volvería loca, pero ni me volví loca ni tú me tocaste una sola vez. Ni siquiera me estrechaste la mano.»
La primera vez que vi el cuadro al que se refería Violet fue hace veinticinco años, en una galería del SoHo situada en Prince Street. Por entonces aún no conocía a ninguno de los dos.
La mayor parte de los lienzos de aquella muestra colectiva eran insustanciales obras minimalistas que no me interesaron. El cuadro de Bill pendía en solitario de una de las paredes. Era un cuadro grande, de un metro ochenta de alto por dos y medio de ancho aproximadamente, y mostraba a una joven tendida en el suelo de una habitación vacía. Aparecía reclinada sobre un codo y daba la impresión de estar contemplando algo situado fuera de uno de los bordes del lienzo, desde el que una luz brillante inundaba la estancia y le iluminaba el rostro y el pecho. Su mano derecha reposaba a la altura del pubis, y al aproximarme advertí que sostenía en la mano un taxi diminuto, una versión en miniatura de los omnipresentes taxis amarillos que van y vienen por las calles de Nueva York."

YA SÓLO HABLA DE AMOR



"...la luz en las ventanas de las casas ajenas nos habla siempre de una felicidad que existe sólo fuera de nosotros..." Ray Loriga.

Me gusta Ray Loriga,  me parece uno de los narradores, en castellano, más original y culto entre los que conozco y disfruto.
Sus novelas tienen ese regusto de sentimiento sin sentimentalismo y delicadeza sin ñoñería banal, que tanto buscamos al hablar de amor.
En esta ya "sólo se habla de amor", comienza muy bien y se atasca en una parte central demasiado prolija, para terminar como el sabe hacerlo.
No es de lo mejor que he leído de Loriga, pero pervive esa escritura magnífica, ese manejo del lenguaje más cotidiano hasta elevarlo a lo literario, ese "gen Loriga" que me encanta.
El argumento es otro cantar......¡

Ya sólo habla de amor (Fragmento)


"«Se ha vuelto loco», dijo su portera al verle salir, cabizbajo y ensimismado, con la apariencia esquiva y el caminar acelerado de un hombre que ha contraído deudas imposibles de pagar. «Está siempre solo», añadió con enorme disgusto la dichosa portera, para después forzar una pausa que presagiaba un juicio definitivo, «... y sin embargo, a veces se le ve estúpidamente contento, y además, ya sólo habla de amor».
La vecina, siempre hay alguna vecina, asintió con la cabeza, aunque no tenía el menor interés en el asunto.
A él, por otro lado, no podía preocuparle menos la opinión de su portera, estaba ya pensando en comprarse un traje nuevo. Un traje elegante y oscuro. Estaba muerto por fuera y por dentro pero su vanidad seguía casi intacta. ¿No caen así los soldados? Llevaba demasiados años condenado a los mismos cuatro trajes y si su aspecto no era mejor, la culpa la tenía sin duda su tristísimo ropero. Esa misma tarde pensaba llevar a una mujer muy hermosa a una fiesta muy alegre en la Embajada suiza, y sus trajes no estaban a la altura de las circunstancias. Todas las mujeres a las que alguna vez había querido vestían, en cambio, de maravilla y daba gusto verlas."

LA BERLINA DE PRIM


¿Quién podría escribir de república y revolución, mejor que un irlandés nacionalizado español?.
Ian Gibson arma una trama entre histórica y policiaca para narrar un episodio, relativamente desconocido, de la historia de España.
1873 un hispano-irlandés, intenta desentrañar el asesinato del general Prim, en el escenario convulso de la Primera República Española. Impecablemente documentada, con un toque romántico y, sin duda, muy entretenida.
Seguramente no pasará a la historia de la novela histórica, valga la redundancia, pero se deja leer con agrado.

Un fragmento os convencerá de intentarlo si yo no lo he hecho con mi opinión:

La Berlina de Prim (Fragmento)

" Boyd contemplaba el Guadalquivir desde el puente de Triana. Al lado de la Torre del Oro, el Nuevo Capricho, de la compañía de navegación Ricardo Triay, se preparaba para soltar amarras y echaba densas bocanadas de humo, impaciente por ganar Sanlúcar de Barrameda y el mar, ochenta kilómetros más abajo. Había observado el traqueteo a bordo del vapor al pasar delante del muelle, donde un cartel informaba de que el destino era Burdeos. Gracias a su río, Sevilla, con sus 135.000 habitantes, podía presumir de ser otra vez una ciudad abierta al mundo. Además llevaba veinte años conectada por ferrocarril con Madrid. Reflexionó que ni siquiera bajo el abominable régimen de Isabel II había dejado de avanzar el país.
En la fonda, donde recaló brevemente antes de presentarse en casa de Machado, le esperaba un telegrama de McKinley. Le deseaba una feliz estancia, le pedía crípticamente instrucciones y, al final, se permitía un vibrante «¡Viva la República!».
Cruzando la plaza del Duque de la Victoria se vio de repente asediado por una multitud de clamorosos harapientos, entre quienes repartió unas monedas. Era evidente que, pese a «La Gloriosa» y sus pretensiones, había mucha miseria en la capital andaluza.
Poco después llamaba a la puerta de Palmas, 9. Se trataba de una casa sólida, burguesa, digna del rector de la Universidad Literaria de Sevilla. Le abrió una criada de unos veinte años, guapa y risueña. Tras una cancela había un típico patio sevillano, cubierto por un toldo, con un naranjo en medio, un pequeño surtidor y macetas llenas de geranios rojos.
Arriba, en el piso noble, le esperaba, sonriente, la esposa del catedrático.
Patrick sabía por su correspondencia con Machado que Cipriana Álvarez Durán era hija de un distinguido militar y excéntrico filósofo extremeño, José Álvarez Guerra, muerto hacía dos o tres años, y de una hermana de Agustín Durán, el compilador del monumental y famosísimo Romancero general. Era una mujer hermosa y entrada en carnes —ya lo suponía por su autorretrato en el despacho de su marido—, afable, de aspecto enérgico y bondadoso, quizá diez años más joven que su marido. Se sintió a gusto con ella enseguida.
—Mi hijo, que es un vago, no ha llegado todavía —le explicó la anfitriona después de que Patrick le besara la mano—. Ya vendrá. Ana, su mujer (se casaron en mayo) ha tenido que ir a Triana a ver a su madre, que está un poco indispuesta, pero ya la conocerá. Es encantadora.
Sentado cómodamente en un salón cuyos balcones daban al patio, desde donde llegaba el susurro del surtidor, Boyd contestaba feliz a las preguntas de la dueña de la casa, a cuyo lado ya se había incorporado Machado Núñez.
Cipriana Álvarez tenía interés en conocer sus primeras impresiones de Sevilla. "

VIVÍ AÑOS DE TORMENTA


Todavía con un cierto...¿desconcierto?? procedo a comentar este libro que he leído en tres tardes al borde de la piscina y una en casa por la "pertinaz lluvia" que nos acosa.
La verdad no sé que decir, si que el escritor es tan bueno que ha bordado la transición contada por una "superpija de familia supeerpija" de la calle Serrano y se ha metido tanto en el personaje que habla, piensa, escribe y respira como la "superpija", o que se trata de un "superpijo" metido a "escritor" que no sabe más que escribir como habla habitualmente y se retrata a sí mismo y a su entorno de la única forma que sabe hacerlo.....
Entretenida por tratarse de una historia tan reciente de España, tramposa y desconcertante en grado sumo, la verdad no se si recomendarla o no?????

Dejaré que cada uno juzgue y decida, por tanto un fragmento vendrá bien para empezar:

Viví años de tormenta (Fragmento)
1
"Tu caso está siendo muy sonado, doctora, y la publicidad en cuestiones como ésta nunca es buena — dijo Enrique Lerma sonriendo con el gesto cálido que yo había odiado toda mi vida, enseñando los dientes blanquísimos como si afirmara que todo estaba bien y que nada debía preocuparnos
—. Es cierto que no nos solemos ocupar de asuntos de esta naturaleza, pero, bueno, somos amigos, ¿no? Eres una Villaurbina, ¿no? Y como has sido suspendida sin investigación previa, sin pruebas concluyentes…
—… O no concluyentes — interrumpí—, sin pruebas y punto, Enrique.
Juan, mi hermano, sentado a mi lado en el enorme despacho, se revolvió en su asiento.
Lerma lo miró sin alterar la sonrisa.
—Sin pruebas, claro. Tienes razón, doctora Ruiz de Olara.
—¿Por qué no me llamaría Lola?—. Sin pruebas y merced a una denuncia anónima.
En fin —se frotó las manos—, nada de ello me parece muy correcto. Y por eso — añadió mirando de nuevo a mi hermano —, es de justicia que nos ocupemos del problema. Además, el consejero de Sanidad siempre ha sido un idiota presumido. ¿Os acordáis de las tonterías que decía todo el tiempo? Hubo un silencio.
—Gracias por ocuparte de mi defensa —dije secamente.
Mi hermano me miró con alarma, pensando seguro que mi tono estaba siendo demasiado desabrido con alguien que me estaba ofreciendo una ayuda que todos consideraban impagable. Pero yo no tenía ninguna gana de facilitarle las cosas a un tipo tan engreído y pedante como Enrique Lerma. Me había pasado la vida aguantándole las impertinencias y la suficiencia y la arrolladora simpatía con la que no simpatizaba. Y encima se hubiera dicho que no pasaban los años por él: seguía siendo como en nuestra juventud, un hombre atlético, no demasiado alto, con todo su pelo blanco peinado suavemente hacia atrás, la célebre mandíbula cuadrada y los ojos oscuros escondidos detrás de las gafas de concha negra. Ahora tendría unos sesenta años y seguía pareciendo Superman, listo para arrancarse la camisa y saltar por la ventana en defensa de los débiles y torturados de este mundo o para sacarles el dinero. O para que lo hicieran presidente del gobierno. Y además estaba lo de Marta. No, yo no estaba sentada aquí, precisamente aquí, porque Enrique Lerma fuera el mejor, sino porque era el más poderoso.
Manteniendo cruzadas y sin gesticular sus manos de dedos sólidos sobre el cristal de su mesa de despacho, Lerma giró ligeramente la cabeza hacia mí.
—Dime una cosa, doctora —tomó aire y pensé: «Aquí viene»—, ¿mataste al pequeño Rodríguez? —dicho en un tono liviano, como preguntándome si me apetecía un helado de vainilla o un batido de chocolate.
No había dejado de sonreír.
—No.
—¿Estás segura? Sé bien que es una pregunta comprometida, pero te la hago porque, antes de decidirnos por una línea de defensa o una estrategia de ataque, debemos saber si eres inocente o culpable. No te juzgo, no juzgo tus motivos ni tus métodos. Ésa no es mi misión.
—Sonrió de nuevo, como en las películas americanas.
Y yo pensé: «Vamos, Perry Mason, qué más te dará: tu obligación es defenderme incluso si yo fuera Jack el Destripador."

CINCUENTA SOMBRAS DE GREY


Doy gracias a los dioses por no haberme permitido invertir ni un euro en este "libro"....
No voy a desvelar el argumento porque sencillamente no tiene argumento, se trata de una sucesión de actos sexuales narrados con poca o ninguna maestría, repetitivos y aburridos, trufados por frases del tipo "...la diosa que llevo dentro...." o ".....es guapísimo....", obvio las groserías porque ni para utilizar ese lenguaje, tiene gracia la autora.
En resumen léanlo si quieren aburrirse soberanamente, léanlo como ejemplo de mala novela, léanlo como ejemplo de lenguaje ramplón y falto de recursos, pero les recomiendo que no pasen de las primeras 50 páginas, las 300 restantes son pura repetición de lo mismo....¡
Sólo se me ocurre una palabra para calificarlo BASURA¡

En esta ocasión no ofrezco un fragmento ya que no hay ninguno rescatable o que pueda reproducir sin sentir que estoy compartiendo algo que no tiene nada que ver con la literatura.

EL GUARDIÁN DE LOS NIÑOS


Ambiente opresivo, secretos, maltrato, enfermedad mental, acoso, alcoholismo, psicólogos, pedagogos, infancias destrozadas.....son las constantes de la negra-nórdica y esta novela no es una excepción, ahora bien Johan Theorin combina los ingredientes con una habilidad especial para hacernos sentir....angustia¡¡¡
Se lee rápido porque uno desea llegar al final cuanto antes, sólo que el final.........¡

Una más de negra-nórdica con un toque cruel que hace el entretenimiento un poco angustioso.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS, el 5 de Agosto de 2014.
'El guardián de los niños' de Johan Theorin. Igual era un buen libro para leer seguido pero es horrendo para ir picoteándolo.
Previsible en el desenlace y típico en el final. Para una película de A3 de domingo tarde.
El peor de los tres, a pesar de haber dejado otro a medias.


Sinopsis (Ed. Literatura Random House)
Una oscura historia de amor y un ardiente thriller psicológico.
Cuando Jan Hauger se traslada a vivir a una pequeña ciudad de la costa este de Suecia nada se sabe de su pasado; es más, un elemento turbador hace sombra a su impecable comportamiento. El trabajo de Jan consistirá en ser el nuevo profesor de la escuela infantil de la clínica psiquiátrica Santa Patricia, conocida con un apelativo siniestro: Santa Psico.
La guardería de la clínica es un lugar moderno y aparentemente idílico en el que apenas hay diez alumnos, todos ellos hijos de los pacientes del psiquiátrico. Los niños mantienen contacto con sus padres, pero siempre de un modo controlado, y Jan es el responsable de crear un clima de «normalidad» en un lugar plagado de malos recuerdos y accidentes inexplicables.
Tras un período de prueba, Jan resulta ser un profesor indispensable, responsable y serio. No obstante, ¿Cuál es la verdadera razón de que Jan esté en la guardería de un remoto centro psiquiátrico? Tal vez tenga algo que ver con Alice Rami, una residente del hospital. ¿Y cuál es la historia que esconde Jan? Porque hace años que Jan oculta algo: nunca se habló de los sucesos que tuvieron lugar en otra guardería, hace unos años, cuando llevó a un grupo de niños de excursión al bosque y volvió con uno menos# ¿Fue un secuestro? ¿Un asesinato? ¿O una desaparición?
Así arranca una novela que es la crónica de una sociedad que esconde profundas cicatrices, la crónica de un crimen y de una historia de amor.

El guardián de los niños (Fragmento)

"Jan mira a un lado, a la sucesión de casas, y piensa en el hombre con quien pronto se encontrará.
El doctor Patrik Högsmed, médico jefe. Su nombre aparecía debajo de la oferta de trabajo que Jan encontró a mediados de junio:

CUIDADOR DE NIÑOS / PROFESOR DE ESCUELA INFANTIL
para cubrir suplencia en Gläntan

El texto debajo del titular se parecía a muchos otros que había leído.

Eres cuidador de niños y/o profesor de preescolar, en particular hombre joven, pues aspiramos a formar un equipo humano paritario y variado.
Eres una persona segura de sí misma, abierta y sincera. Te gusta la música, los juegos y toda clase de actividades creativas. Nuestra escuela de preescolar linda con una zona verde, así que también te deben gustar las excursiones por el bosque.
Trabajarás activamente a favor de un ambiente positivo en el parvulario y en contra de cualquier forma de tratamiento vejatorio.

Muchos de los requisitos se ajustaban a Jan. Era joven, profesor de preescolar, le gustaban los juegos y en la adolescencia había tocado la batería, como pasatiempo.
Y, por razones personales, detestaba las vejaciones.
¿Era abierto y sincero? No estaba seguro. Pero al menos se le daba bien parecerlo.
Fue la dirección de la persona de contacto, Patrik Högsmed, lo que le impulsó a recortar el anuncio: «Administración, clínica regional de psiquiatría forense Santa Patricia, en la ciudad de Valla».
A Jan siempre le había costado venderse. El anuncio permaneció varios días sobre la mesa de la cocina; clavaba la vista en él un día tras otro, hasta que por fin marcó el número que figuraba debajo del nombre del médico jefe.
–Högsmed –respondió una voz apagada de hombre."

BETIBÚ


Me gustan los personajes que dibuja esta escritora argentina "cosecha del 60", me gustan sus mujeres excesivas o excesivamente controladas, sus hombres psicoanalíticos y porreros, sus country clubs con aspiraciones anglófilas, sus jefes totalmente cabrones, sus crímenes tan elaborados, el pasado siempre vuelve, el presente es un reflejo.....me gusta Claudia Piñeiro y me ha gustado Betibú¡¡

Como no quiero desvelar nada acerca de esta novela "argentinamente policiaca" dejaré un fragmento del inicio y nada más....:

Betibú (Fragmento)

1

"Los lunes son los días que lleva más tiempo entrar en el Club de Campo La Maravillosa. La cola de empleadas domésticas, jardineros, albañiles, plomeros, carpinteros, electricistas, gasistas y demás obreros de la construcción parece no terminar nunca. Gladys Varela lo sabe. Por eso se maldice, ahí donde está, parada frente a la barrera de la que cuelga el cartel “Personal y proveedores”, detrás de por lo menos otras quince o veinte personas que, igual que ella, intentan entrar. Se maldice por no haber cargado la tarjeta electrónica que le permitiría el acceso directo. Pero es que la tarjeta vence cada dos meses y los horarios en los que se puede hacer el trámite para recargarla coinciden con los horarios en los que ella trabaja para el señor Chazarreta. Y el señor Chazarreta no tiene buen carácter. O al menos no tiene buena cara y a Gladys, esa cara, la intimida. Aunque ella no sabe si el gesto con que él la mira se debe a que es hosco, o seco, o de poco hablar. Pero sea lo que fuere, ésa es la razón por la que no se atrevió hasta ahora a pedirle salir antes o tomarse un rato para ir a la guardia a recargar su tarjeta de ingreso. Por la cara con que la mira. O no la mira, porque en realidad rara vez el señor Chazarreta lo hace. Mirarla. Mirarla a ella. Mira en general, mira alrededor, mira hacia el jardín, o mira una pared en blanco. Siempre con mala cara, serio, como enojado. También, con todo lo que tuvo que pasar, se entiende. Por suerte ella tiene, al menos, el permiso de ingreso firmado, eso sí; entonces tendrá que hacer la cola, como de hecho la está haciendo, pero nadie va a llamar al señor Chazarreta para que autorice su entrada al barrio.
Al señor Chazarreta no le gusta que lo despierten, y cada tanto él duerme hasta tarde. Cada tanto se acuesta a cualquier hora. Y toma. Mucho. Gladys cree, o sospecha. Porque ella con frecuencia encuentra un vaso y una botella de whisky en el lugar de la casa donde el señor Chazarreta cayó dormido la noche anterior. A veces es el dormitorio. Otras veces el living, o la galería, o el cine ese que tienen en la planta alta. Tienen no, tiene, porque el señor Chazarreta vive solo desde la muerte de su mujer. Pero de eso, de la muerte de su mujer, Gladys no pregunta, ni sabe, ni quiere saber. Con lo que vio en el noticiero le alcanza."

viernes, 4 de agosto de 2017

ASESINATO EN DIRECTO (Un caso en televisión)


Obra póstuma de esta dama negra de la novela israelí, son sus novelas algo más que novelas policiacas, son la vida en Israel, el conflicto y sus consecuencias, la complicadísima sociedad judía y sus entresijos, el pasado y el futuro del sionismo, la presión ultraortodoxa, el racismo sutil y siempre presente.....y un policía de película el teniente coronel Michael Ohayon y sus circunstancias.
Todas las novelas policiacas de Batya Gur aportan un plus al género y, además tienen subtítulo, esta es Asesinato en Directo. Un caso de televisión. Muy buena, una pena que sea la última¡

En este caso voy a "ofrecer" tres diálogos de la novela, que resumen casi toda la obra de Gur y retratan a su protagonista que es el que habla:

Asesinato en directo (Un caso en televisión) Fragmentos

"-No sé si podré callármelo -dijo Michael finalmente- no sé cómo va a ser posible vivir con un secreto como este.
-¡Ya lo creo que va a ser posible! -le dijo Shorer, ahora con pena-. ¡Y de qué manera! No vas a decir una palabra -afirmó cada vez más apenado. Y tras un breve silencio añadió-: ¿No ves que estamos evolucionando? Cada vez somos capaces de callarnos cosas más graves"

"-El problema es que como judíos esperábamos tener un comportamiento más moral…, mostrarnos más comprensivos con el prójimo…. y resulta que somos exactamente iguales a los demás.
-Ése es el comportamiento que tienen los perros, que marcan su territorio- murmuró Yubal "

"– Pero yo no quiero, de ningún modo vivir en un sitio así. Creo que sería mejor… marcharme a otro lugar. En realidad lo que quiero es marcharme de aquí.
-¿Adonde?- le preguntó Michael conteniendo la respiración, aunque al cabo de un instante se dijo que, de momento, aquello no eran más que palabras, de manera que se concentró en su panecillo con queso fresco.
-Puede que a Canadá -respondió Yuval pensando en voz alta, y Michael tuvo que disimular el escalofrío que le recorrió el cuerpo entero"

EL CUARTO MANDAMIENTO


Y el libro de hoy es, Los magníficos Ambersons, también publicada en España con el título El cuarto mandamiento, Premio Pulitzer de novela en 1919, es un "novelón" sobre el ascenso y caída de una aristocrática familia norteamericana, con todas los "tics" que ello supone.
Una novela larga y contundente que, a pesar del tiempo transcurrido desde su publicación, no ha perdido actualidad.
El fragmento de hoy es el comienzo de la novela y estoy segura de que sentiréis auténticas ganas de seguir leyendo:
 
El Cuarto Mandamiento (The Magnificent Ambersons) Fragmento

"El Comandante Amberson hizo su fortuna el año 1873, precisamente cuando otras gentes andaban perdiendo las suyas, y de entonces data el comienzo de la magnificencia de los Amberson. Es la magnificencia, como la importancia de un caudal, relativa siempre, y así lo descubriría el mismísimo Lorenzo el Magnífico si su espíritu visitara el Nueva York contemporáneo; fueron magníficos los Amberson para su época y para la ciudad en que vivían. Su esplendor subsistió durante todos los años que vieron a su ciudad del Midland* extenderse y tornarse sombría hasta llegar a ser una gran urbe, mas alcanzó su mayor brillo en aquella época en que todas las familias pudientes y con niños tenían un perro de Terranova.
En aquella ciudad, y en aquellos tiempos, todas las mujeres que gastaban sedas y terciopelos conocían a todas las mujeres que gastaban sedas y terciopelos, y si alguna compraba un abrigo de piel de foca, hasta las inválidas eran llevadas a la ventana para que lo vieran pasar por la calle. En las tardes de invierno, briosos trotones corrían presurosos por National Avenue y Tennessee Street arrastrando trineos; caballos y conductores eran de todos conocidos; y también los conocían cuando llegado el verano eran los veloces y ligeros tílburis los que renovaban las competencias de las carreras del invierno. Todo el mundo conocía los coches familiares de los demás y podía identificarlos en la calle a media milla de distancia, habilidad en extremo útil para asegurarse de quién iba de compras, quién a una fiesta, o a casa desde la oficina o la tienda, ya fuera para el almuerzo, ya para la cena. "

Sin que sirva de precedente, voy a recomendar la película dirigida por Orson Wells y estrenada en 1942,  cuyo guión escribió el propio Wells basándose en la novela de Tarkington.
The Magnificent Ambersons contó entre sus intérpretes con:
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Fue comparada en su momento con Ciudadano Kane y recibió varias nominaciones al Oscar, no consiguió ninguno pero ello no merma su calidad.
En el siguiente enlace pueden ver el montaje realizado por un estudiante de cine al que se pidió captar en pocos minutos la esencia de la película
https://youtu.be/tkgkKpJEdtw

jueves, 3 de agosto de 2017

ESNOBS


«Los ingleses, sean de la clase que sean, son adictos a la exclusividad. Deja a tres hombres en una habitación e inventarán una regla que evite que se les una un cuarto». J. Fellowes
Absténganse los no-adictos al british puro y duro.
Alta sociedad en su salsa, todos los tics de la aristocracia británica en un tono de comedia que, la verdad, no acaba de cuajar completamente. Quizás le sobran unas cuantas páginas, pero es una buena opción "palomitera" para el borde de la piscina y para aquellos que quieran conocer en profundidad todos los "recovecos" de una "clase" que hemos visto en numerosas obras y películas del imperio británico.
Visto lo visto, prefiero a Fellowes como guionista de Gosford Park o Downton Abbey¡¡¡

Un fragmento ilustrará perfectamente el tono general de la novela:

Esnobs (fragmento)

"No sé con exactitud cómo Edith Lavery llegó a entrar en la vida de Isabel Easton. Probablemente tuvieran algún amigo común, o pertenecían al mismo club, o tal vez fueran sencillamente a la misma peluquería. Pero lo que sí puedo recordar, por alguna extraña razón, es que Isabel decidió desde el primer momento que Edith sería su buena obra del momento, ese alguien un tanto especial que se puede imponer a los vecinos del campo en pequeñas dosis. La historia demostraría que tenía razón, desde luego, aunque cuando yo la conocí no existiera prueba indiscutiblemente clara de que así fuera a ser. Edith era muy guapa, pero no tanto como lo sería después, cuando encontrara su estilo, como dicen los diseñadores. Encajaba en un estereotipo, si bien en uno de clase superior: la inglesa rubia de ojos grandes y modales exquisitos."

miércoles, 2 de agosto de 2017

EL VERANO SIN HOMBRES


Historia de un verano femenino, un verano de "Pausa", pero, un verano al fin, en el que nada cambia, todo vuelve a ser como antes al terminar el verano.
Apenas 150 páginas de lectura agradable, si exceptuamos, cierta dosis excesiva de pseudofeminismo y jerga "científica", lo mejor el toque sarcástico.
La verdad,  esperaba más de esta novela a la que, creo,  que le sobran algunas cosas.
Los pasajes descriptivos y los diálogos están bien concebidos y el  final abrupto es pero no por ello inesperado, como dicen algunos críticos, de hecho es la única certeza a lo largo de toda la novela. Para una tarde de verano desocupada se deja leer.
Aunque espero cosas mejores de Siri Hustvedt

El verano sin hombres (fragmento)
" Cuando asistía distraída a sus conversaciones durante los minutos previos a la clase y después de finalizarla, a menudo pensaba que la forma de hablar de las chicas era intercambiable, que no había en ellas ningún signo de individualidad. Tenían una especie de jerga que el rebaño había acordado utilizar, con la excepción de Alice, cuya dicción no estaba tan infectada de los o sea o sabes, pero incluso ella caía en el uso de aquel curioso y estúpido dialecto adolescente. Sin embargo, cuando todas se sentaban alrededor de la mesa, Alice se diferenciaba de inmediato de las demás, como si se hubiera roto un hechizo y por fin pudiese hablar por sí misma. Poco a poco fueron aflorando retazos de su vida familiar que alteraron la percepción que tenía yo de ella. Descubrí que en la familia de Ashley eran cinco hermanos y que sus padres se habían divorciado cuando ella tenía tres años; que Emma tenía una hermana pequeña con distrofia muscular y que el padre de Peyton vivía en California. Iría a visitarlo a finales de agosto, como solía hacer todos los veranos. Él era quien tenía caballos. Alice llevaba viviendo en Bonden sólo dos años. Antes había vivido en Chicago y sus continuas referencias a la metrópolis perdida provocaban inevitablemente un contagioso intercambio de miradas entre las demás. Joan y Nikki eran amigas desde tercero. Los padres de Jessica eran devotos practicantes de alguna de las muchas confesiones cristianas, quizá una de esa nueva variedad que mezcla psicología popular con religión, pero no estaba segura.
Con el fin de llegar a rozar el mundo interior de aquellas niñas, un mundo que yo presentía igual de diverso que sus historias personales, empezamos a trabajar en poemas acerca de «mi yo secreto». Puse el ejemplo de una grieta abierta entre la percepción que tenemos del mundo externo y la propia sensación de nuestra realidad interna, de los malentendidos que a veces pueden marcar nuestra relación con los demás, de ese sentimiento que tenemos la mayoría de nosotros de custodiar un ser oculto en nuestro interior, ese ser solitario enfrentado al ser social, etcétera, etcétera. Dejé bien claro que aquél no era el juego de Verdad o Mentira, un juego que recordaba de mi juventud, ni un ejercicio para confesar o revelar unos secretos que preferimos mantener ocultos. Les sugerí enfrentar dos versos que empezaran: Crees que soy… y Pero en realidad… Hablamos de algunas metáforas, de la posibilidad de usar algún animal o cosa en lugar de un adjetivo. "

DEJA EN PAZ AL DIABLO


Tercera novela de John Verdon con el detective Dave Gurney como protagonista.
Ummmm¡¡¡ más de lo mismo, crítica de la tele-basura, Gurney padece injusticias sin fin, Madeleine sigue siendo tan tocapelotas como siempre, aparece el hijo del detective, las descripciones son interminables..............buh¡
Mientras tanto un loco campa por sus respetos y nadie parece ser capaz de hacer nada para pararle. Larga y repetitiva.
No la recomiendo salvo que no tengáis nada más a mano¡


Y esta es la opinión de mi querido Ricardo Cortat:
RESEÑADA POR RICARDO CORTAT para LIBROS, el 4 de Abril de 2013.
Acabé el tercero de John Verdon "Deixa en pau el dimoni" ("Deja en paz al diablo")
Si le quitamos el rollo psiquiátrico - filosófico que acompaña a la "profiler" del FBI está entretenido.
Fallos. El asesino podría ser cualquiera. Escribes los nombres de todos los personajes en un papelito, los metes en una bolsa y sacas uno. Ese es el malo, malísimo. Lo vuelves a meter en la bolsa. Sacas otro papel. Ese también podría serlo. Y los motivos serían los mismos.
Y eso nos lleva al plural de fallo, a fallos. A que hay más de uno. Quizás no los motivos, pero sí el porqué de los asesinatos. Y es tan, tan, tan evidente y está tan, tan, tan insinuado que es casi insultante que el detective Gurney se de cuenta a escasas páginas del final y que además sea como un chispazo en su mente.
Es de esas cosas que si anda como un pato, nada como un pato y habla como un pato... tiene que ser un pato ¡y desde hace 100 folios!
Por lo demás, bien.

Deja en paz al diablo (Fragmento)

"El primer día de primavera
La puerta cristalera estaba abierta.
Desde su posición, de pie junto a la mesa del desayuno, Dave Gurney vio que los últimos restos de nieve del invierno, como glaciares reacios, habían retrocedido desde el prado abierto y ya sólo sobrevivían en las zonas más recónditas y umbrías del bosque de alrededor.
Las ricas fragancias de la tierra recién levantada y del heno sin segar del verano anterior flotaban hasta la gran cocina de la casa. Eran olores mágicos que en algún momento habían tenido el poder de cautivarlo. Ya apenas lo emocionaban. Le resultaban agradables, sin más. Agradables si, pero sin importancia.
-Deberías salir- dijo Madeleine desde el fregadero donde estaba lavando el bol de los cereales.- Sal, hay un sol espléndido.
-Sí, ya lo veo- contestó Dave, sin moverse.
-Tómate el café en una de las sillas de fuera- propuso ella dejando el bol en el escurreplatos de la encimera- Te vendrá bien un poco de sol.
-Hum- Dave asintió mecánicamente y tomó otro sorbo de la taza que sostenía- ¿es el mismo café que estábamos usando?
-¿Qué tiene de malo?
-No he dicho que tenga nada de malo
-Si, es el mismo
Dave suspiró"

CASA DE VERANO CON PISCINA


¿Que haría usted si.....? esta pregunta se planteó en La cena, anterior novela de Herman Koch publicada en castellano y vuelve a plantearse en Casa de verano con piscina, ¿que haría si.....?
Al igual que La cena, esta es una novela envolvente, bien es verdad que tras la experiencia anterior uno está más prevenido contra las "trampas" del escritor y espera un "final inesperado", como mínimo y razón tendrá al hacerlo.
Con esta novela Koch pone fin a una especie de trilogía sobre la decadencia moral de la sociedad, la hipocresía reinante, y el absoluto adocenamiento de la burguesía.
En España no se ha publicado la primera novela de esta trilogía esperemos que le pongan remedio pronto¡¡¡
Entretanto recomiendo esta novela de un holandés lúcido que nos hace sentir, facilmente, en la piel de esos padres e hijos que tan acertadamente retrata¡


La opinión de nuestra querida Rosi Torres Marino es la siguiente:

RESEÑADO por Rosi Torres Marino para LIBROS,  el 21 de Julio de 2014.
Lo leí de manera intermitente, me coincidió con las vacaciones y ni tiempo tuve de abrirlo, pero al llegar a casa lo terminé en un suspiro.
Decía Gurisa cuando empecé a leerlo y comenté lo desagradable que me parecía que a ella le resultó feo y fascinante, hoy que lo termino no encuentro una definición mejor que la suya.
Me pasó también con La cena, te cuestionas todo aquello en lo que el autor se adentra y hasta te dejas llevar por esos pensamientos oscuros que todos tenemos.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Autor de gran renombre en los Países Bajos —su anterior novela, La cena, fue Libro del Año y ganó el Premio del Público de ese país—, Herman Koch vuelve con otra estimulante historia de suspense donde una trama tejida a la perfección es el soporte para explorar sin ambages temas tan actuales como la ética profesional, la falsedad de las relaciones sociales o la difícil comunicación entre padres e hijos, así como los límites de la libertad sexual o el sentido de culpa en el seno de una sociedad permisiva y autocomplaciente.
Próspero médico de cabecera en Ámsterdam, Marc Schlosser ejerce su profesión con cierta dosis de cinismo. Su nutrida clientela valora especialmente el tiempo que dedica a las consultas, pero esta aparente generosidad esconde unas intenciones menos nobles, que Marc disimula con habilidad. Cuando uno de sus pacientes, el famoso actor Ralph Meier, lo invita a pasar unos días de verano junto a su familia, Marc acepta pese a las reticencias de Caroline, su esposa, molesta por la arrogante vulgaridad de Ralph y su actitud de seductor irresistible. Así, los Schlosser y los Meier, con sus respectivos hijos adolescentes, compartirán con un maduro director de Hollywood y su novia, cuarenta años más joven, una casa con piscina a pocos kilómetros de una playa mediterránea. Los días transcurren con apacible monotonía, entre comidas, paseos, largas conversaciones de sobremesa, excesos con el alcohol y flirteos más o menos inocentes, hasta que una noche se produce un grave incidente que interrumpirá las vacaciones y cambiará para siempre la relación entre las dos familias.
Casa de verano con piscina es una novela apasionante en la que nadie es del todo inocente, ni siquiera quienes parecen más frágiles e inofensivos. Herman Koch logra que el lector quede atrapado ante una incómoda encrucijada moral, que lo mantiene en vilo hasta la última página.


Casa de verano con piscina (fragmento)


"Sé por experiencia que durante una película es más fácil pensar en otras cosas que durante una representación teatral. En una obra de teatro eres consciente de tu propia presencia. De tu propia presencia y del transcurrir del tiempo. De tu reloj. Me compré un reloj con agujas fluorescentes expresamente para los estrenos de teatro. Durante una representación teatral, al tiempo le ocurre algo, algo para lo que aún no he sabido encontrar explicación. No es que se detenga, no: se cuaja. Miras a los actores y actrices, sigues sus movimientos, escuchas las frases que salen de sus labios, y es como si removieras con una cuchara una sustancia que se solidifica rápidamente. Llega un momento en que la cuchara se para. Se queda vertical en medio de la sustancia. No se puede seguir removiendo. Miro el reloj por primera vez. Lo más discretamente posible, por supuesto. Nadie quiere que le pillen mirando el reloj durante una representación teatral. Con cuidado, retiro un poco la manga de la chaqueta. Me rasco la muñeca como si me picara. A continuación lanzo una mirada fugaz a las agujas luminosas. La hora que indican es siempre una prueba fehaciente de que el tiempo real y el tiempo del teatro son dos magnitudes distintas. O mejor dicho: tiempos de dos dimensiones diferentes que discurren una junto a otra. Crees que ya habrá pasado media hora (esperas, ruegas, que haya pasado): pero las agujas del reloj te dicen que las luces de la sala apenas llevan doce minutos apagadas. No puedes gemir ni suspirar durante una representación teatral; si gimes o suspiras, llamas innecesariamente la atención. Un gemido o un suspiro demasiado alto desconcentran a los actores. Pero no es factible estar sin gemir ni suspirar. Y ahí mismo radica ya la principal diferencia con una película: uno no puede irse. Durante una película puedes escabullirte en la oscuridad sin que nadie se dé cuenta".

¡QUE VIENE EL LOBO!

Tras las Ovejas de Glenkill, la saga continua y "la novela negra ovina" lleva camino de convertirse en una saga famosa en el mundo entero.
¿Cómo resolverán las ovejitas el nuevo misterio que ha surgido en su rebaño y amenaza con terminar con ellas?
Esta novela está especialmente dedicada a nuestro amigo Dani Tavares, risas aseguradas con las ovejitas irlandesas que viajan a Francia, estas ovejitas "serie negra" con equipo investigador propio Miss Maple, Sir Ritchfield, Othello, Ramses, Zora, Heide, Cloud, Cordelia......vagarán por los bosques franceses y tendrán alguna que otra sorpresa. En ocasiones hilarante¡

¡Que viene el lobo! (fragmento)

"Aquella desconocida las sacaba de quicio. En realidad no olía a oveja, no se comportaba como una oveja y, sobre todo, no parecía una oveja, sino más bien una piedra grande, informe, musgosa, un carnero peludo.
Miss Maple, la oveja más lista del rebaño y tal vez del mundo, afirmaba que pese a todo era una oveja. Una oveja solitaria a la  que nadie esquilaba desde hacía años, con un mazacote  de lana gris, densa y enmarañada en el lomo y una historia que nadie conocía.
- Se acostumbrarán- afirmó Rebeca cuando, con ayuda del cabrero, había sacado el extraño carnero del manzanar y lo llevó al prado.
El cabrero entornó los ojos y tosió, o quizás fuese una risa polvorienta.
No se habían acostumbrado, en absoluto. Al contrario: cada día que pasaba el carnero peludo les parecía un poco más raro. Y distante.
Estaba entre ellas, pero no con ellas, se movía en un rebaño, pero no en su rebaño. A veces tenían la sensación de que el desconocido ni siquiera las veía. Veía otras ovejas, unas ovejas que nadie más podía ver.
Ovejas espíritu.
Fantasmas"


TUYA

Una persona que conozco dice que su abuela tenía una máxima que aplicó toda su vida: 
 "....si mi marido me engaña que no me entere, si me entero que no me importe y si me importa que me aguante..."
He recordado esto durante todas y cada una de las 160 páginas de Tuya, novela de Claudia Piñeiro, y no les digo más¡
Para leer en una tarde¡
Tuya (fragmento)
" Me puse el pijama y me metí en la cama. Estaba incómoda. Daba vueltas para un lado y el otro. Traté de relajarme. Respiración profunda y esas cosas. Nada. Me levanté y bajé al living. Me senté en el sillón. La lluvia era cada vez más fuerte. Me imaginé el barro que habría en los bosques de Palermo para ese entonces. Me imaginé a Ernesto dando vueltas con el auto para poner en claro sus ideas. Me lo imaginé en la ruta de camino a casa, manejando bajo esa lluvia. Me acordé de las escobillas, de las de mi auto. De esa que no barría y que tendría que haber cambiado hacía meses. La izquierda. Y me dije: "Mejor ocuparme en algo útil mientras espero". Y fui al garaje a cambiar las escobillas. Ernesto siempre tiene repuestos para el auto. Bujías, fusibles, esas cosas. Yo sé bastante de mecánica, pero él no sabe qué sé, porque ocuparse de los autos es una tarea de los hombres, y como decía mi mamá, el día que cambias un cuento, sonaste, porque ya creen que sos plomera diplomada y no agarran un destornillador ni que se esté inundando la casa. Abrí la caja donde Ernesto guardaba los repuestos y la revolví. Las escobillas estaban debajo de todo. En realidad debajo de todo no; cuando saqué las escobillas encontré un sobre que, por supuesto, abrí. Porque yo tengo mucha intuición, y sabía que tenía que abrirlo. ¿Y qué había adentro? Más cartas de Tuya. Con el rouge de Tuya. "¡Qué diálogo de mierda hay que tener para necesitar tanta carta!", pensé. Las leí. Eran una asquerosidad. "Este hombre es un reverendo idiota", pensé, "¿en cuántos lugares de la casa habrá dejado pistas de su romance?". Tiré las escobillas al cuerno y me puse a hacer una revisión a fondo de toda la casa. Yo ya le venía revisando desde hacía un tiempo bolsillos, attaché, cajones del escritorio, la mesita de luz, la guantera. Pero la caja de repuestos del auto supera la imaginación de cualquiera. Agité libros, desarmé bollos de medias, saqué fondos de valijas y bolsos. Sólo encontré una foto carnet de Ernesto, atravesada por los labios de Tuya. Adentro de una cajita de preservativos. La foto tenía una dedicatoria: "Para que los disfrutemos juntos". Fue en ese momento en que me quedó claro por qué Dios puso ese tronco donde lo puso. Guardé la foto y los preservativos con el material que había encontrado en mi primera revisión, unas semanas atrás. Pensé en quemar todo antes de que viniera Ernesto. Dadas las circunstancias, no se podía correr el riesgo de que alguien las encontrara. Pero no sé, las guardé. Una nunca sabe. Yo había armado una especie de escondite en el garaje cuando todavía no había abierto mi cuentita en el banco. Un trabajo verdaderamente prolijo: había aflojado un ladrillo, lo había sacado limpito, lo había partido al medio, y otra vez al lugar de donde lo había sacado. Pero esta vez sólo la mitad del ladrillo. Con los billetitos atrás claro. Los billetitos ahora están en un lugar más seguro. "¡Vaya uno a saber dónde terminan estas porquerías!", pensé mientras doblaba las fotos y las notas para que entraran. "

martes, 1 de agosto de 2017

UN CRIMEN BRETÓN


 

Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Georges Dupin, comisario de policía en la localidad bretona de Concarneau (Francia).

Asesinato  frustrado en las salinas de Guérande, el comisario Dupin en peligro y una investigación que descubrirá todos los secretos.

Muy buena🌞🌞


Sinopsis (ed. Grijalbo)

Unas salinas donde ronda la muerte, un oscuro secreto y un comisario de ciudad que ha sido desterrado a una pequeña población de la Bretaña francesa.

Un crimen Bretón es el tercer caso del comisario Dupin, protagonista de la serie de novela policíaca que ya se ha convertido para muchos en la lectura imprescindible de cada verano.

Es bien sabido, dicen los viejos bretones, que el olor intenso de la flor de sal provoca alucinaciones. Y eso es justamente lo que el comisario Georges Dupin cree tener cuando alguien trata de matarlo mientras estaba visitando las salinas de la península de Guérande.

Carece de sentido; nadie, excepto su amiga, la periodista Lilou Breval, sabe que estaría allí. Por hacerle un favor y, sobre todo, para alejarse del aburrido papeleo de la comisaría de Concarneau, Dupin accedió. Tras el tiroteo, sin embargo, la periodista no responde a sus llamadas, y poco después la dan por desaparecida.

Aunque las salinas de Guérande quedan fuera de su jurisdicción, y la comisaria Sylvaine Rose, decidida a defender su terreno, no le deja trabajar a su gusto, Dupin empieza una investigación sembrada de cadáveres, coartadas falsas, rencillas personales, conflictos de intereses... y antiguas leyendas bretonas.

La serie del comisario Georges Dupin se ha convertido en un fenómeno editorial en su país de origen, Alemania, donde ya lleva vendidos más de 2.000.000 de ejemplares gracias a una combinación mágica: un misterio a la manera clásica, un comisario huraño, tenaz y amante de la buena mesa, 

#LIBROS 

LA INVENCIÓN DE LA SOLEDAD


Nacemos solos, morimos solos y el acto de escribir es solitario en si mismo......
La invención de la soledad es, dentro del magnífico y vasto mundo austeriano, un pilar fundamental para comprenderle. Dicen que para vivir, plena y responsablemente, hay que matar al padre, y Auster aprovecha la muerte repentina del suyo para reflexionar sobre toda una vida y el futuro que adivina. Magnífica novela e imprescindible para los "austerianos de pro".

Un fragmento que no expresa, ni de lejos, la magnificencia de la prosa y el pensamiento de Paul Auster en esta novela:

"La muerte despoja al hombre de su alma. En vida, un hombre y su cuerpo son sinónimos; en la muerte, una cosa es el hombre y otra su cuerpo. Decimos: "Éste es el cuerpo de X", como si el cuerpo, que una vez fue el hombre mismo y no algo que lo representaba o que le pertenecía, sino el mismísimo hombre llamado X, de repente careciera de importancia. Cuando un hombre entra en una habitación y uno le estrecha la mano, no siente que es su mano lo que estrecha, sino que le estrecha la mano a él. La muerte lo cambia todo. Decimos "éste es el cuerpo de X" y no "éste es X". La sintaxis es completamente diferente. Ahora hablamos de dos cosas en lugar de una, dando por hecho que el hombre sigue existiendo, pero sólo como idea, como un grupo de imágenes y recuerdos en las mentes de otras personas; mientras que el cuerpo no es más que carne y huesos, sólo un montoncillo de materia." Página 24



LA CASA DE LOS SIETE TEJADOS

Salem, Massachusetts, finales del siglo XVII, una maldición, hechicería, rapiña, puritanismo....¡¡¡
Considerada una de las obras fundacionales de la literatura norteamericana y a juicio de T.S. Elliot la mejor novela escrita en lengua inglesa¡¡¡¡
Es la tercera novela escrita por Nathaniel Hawthorne, publicada en 1851 y a mi juicio la mejor, sin desmerecer La letra escarlata. Recomendable, muy recomendable¡¡¡

A continuación un fragmento, que sólo nos hace atisbar la grandeza de la novela:

" Una fuente de agua mansa y deliciosa—raro tesoro en aquella diminuta península donde se establecieron por vez primera los puritanos— indujo a Matthew Maule a construir una cabaña de troncos de árbol, en aquel paraje demasiado alejado de lo que a la sazón constituiría el centro de la aldea aquella.
Con el crecimiento del caserío, al cabo de unos treinta o cuarenta años, el lugar ocupado por la cabaña despertó la codicia de un prominente y poderoso personaje que reclamó la propiedad de este terreno y otro adyacente, basándose en la concesión otorgada por los legisladores provinciales.
El coronel Pyncheon—así se llamaba el reclamante— se caracterizaba por una energía férrea, a juzgar por lo que de su recuerdo se conserva.
Matthew Maule, por otra parte, aunque humilde, era terco en la defensa de lo que consideraba su derecho; y, durante varios años, logró conservar el acre o dos de tierra que, con el sudor de su frente, arrancara a la selva virgen, para convertirla en su hogar y huerto.
No se conserva ningún testimonio escrito de este pleito; sólo sabemos de él, por la tradición. Sería, por lo tanto, muy audaz y probablemente injusto, aventurar una opinión acerca de sus méritos. De todas formas, se dudó de los derechos del coronel Pyncheon y hubo quien afirmó que fueron indebidamente exagerados con el propósito de que alcanzaran al pequeño terreno de Matthew Maule.
Refuerza esta sospecha el hecho de que este pleito entre dos litigantes desiguales—entablado en una época en que se daba a la influencia personal mayor importancia que en la actualidad— quedó sin decidir hasta el día en que murió el ocupante del terreno en litigio.
Las características de su muerte afectan al espíritu de nuestro tiempo de forma muy distinta de como lo hicieron hace siglo y medio.
Fue una muerte que cubrió de horror el nombre del humilde habitante de la cabaña y que hizo aparecer casi como un acto religioso el pasar el arado sobre el pequeño terreno en que se asentaba su vivienda y borrar para siempre su lugar y su recuerdo de entre los hombres.
El viejo Matthew Maule, en una palabra, fue ejecutado por el delito de brujería. Fue uno de los mártires que nos demuestran, entre otras cosas, que las clases influyentes y los dirigentes de los pueblos están expuestos a todos los errores característicos de la plebe mas enloquecida.
Clérigos, jueces, estadistas—los hombres más sabios, prudentes, serenos y santos de la época— formaron círculo en torno al patíbulo para aplaudir aquel acto sangriento y para confesar ulteriormente que se habían engañado miserablemente.
Si algún aspecto de su conducta merece menos censura que el resto es la singular falta de discriminación con que persiguieron no solamente a los pobres y a los ancianos, como en anteriores matanzas judiciales, sino a gentes de todos los rangos, a sus iguales, hasta a sus hermanos y a sus esposas. En aquella época de espantoso desorden, nada tiene de particular que un hombre de tan poca importancia como Matthew Maule siguiera la senda del martirio, sin que nadie se fijase en él, entre la multitud de sus compañeros de sufrimiento. Mas, posteriormente, cuando se hubo calmado la locura de aquella época odiosa, se recordó con cuanto empeño el coronel Pyncheon se había unido al coro general que reclamaba que se limpiara el país de brujos y brujas; y hasta se murmuró que había algo de envidia en el celo con que reclamaba la condena de Matthew Maule. "