viernes, 1 de mayo de 2015

LA CASA DE LAS BELLAS DURMIENTES

Esta novela fue reseñada para LIBROS por Patricia Martínez el 28 de Marzo de 2012 y esta es su reseña, tal como nos la regaló:
"Termino "La casa de las bellas durmientes" de Yasunari Kawabata. Me ha gustado mucho este libro, transmite belleza y a la vez una extraña incomodidad y desazón. cuenta  la historia de una casa donde los ancianos pagan por dormir con jovencitas, ellas están narcotizadas y no se enteran de nada, pueden tocarlas, pero no deben de llegar más allá. El protagonista hará un recorrido por su vida, cada muchacha con la que duerme evocará diferentes momentos, sensaciones y reflexiones. Está plagado de un intenso y extraño erotismo muy propio de la cultura japonesa. Lo recomiendo para experimentar diferentes y contradictorias sensaciones." Los relatos de Patri (28 de Marzo de 2012)

Escrita en 1961 por Kawabata, primer escritor japonés en ganar el Nobel de Literatura tiene todo lo bueno y lo "malo" de la literatura japonesa, a saber, poesía, lirismo, una sutil mirada hacia la vida y un modo de escribir tan particular que en ocasiones la aleja del lector occidental por su lentitud y falta de ritmo que no es más que ese modo de vivir la vida y la escritura que  ha hecho a los japoneses como son.  
Todo esto y mucho más puede encontrarse entre las páginas de La casa de las bellas durmientes, que va más allá de la novela para convertirse en una reflexión (muy oriental, eso sí) sobre la juventud, la vejez, la vida y la muerte.

Este fragmento de la novela no lo dice todo, pero si condensa el espíritu que la inspira:
"Su serena respiración era más lenta que la de Eguchi. De vez en cuando el viento pasaba sobre la casa, pero ya no tenía el sonido de un invierno inminente. El bramido de las olas contra el acantilado se suavizaba al aproximarse. Su eco parecía llegar del océano como música que sonara en el cuerpo de la muchacha y los latidos de su pecho y el pulso de ella le servían de acompañamiento. Al ritmo de la música, una mariposa pura y blanca danzó sobre sus párpados cerrados. Retiró la mano de la muñeca de ella. No la tocaba en ninguna parte. Ni la fragancia de su aliento, ni de su cuerpo, ni de sus cabellos era fuerte"